MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
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soy_yulia_volkova
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Que triste van a llevarse a Fiona a que de. Luz esa cosa
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Lena, me alegra que ya estés perdiendo tú timidez No sabemos si Fiona sobrevivirá ese parto
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Lamento mucho lo de Fiona, es una buen chica porque es inocente espero que no le pase nada malo
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 33:
-¿Puedes caminar?
Fiona apenas podía abrir los ojos y se preguntaba exactamente que drogas había mezclado Madre Hogan para ella. Sacudió la cabeza débilmente, sabiendo que ni siquiera podía ponerse de pie y mucho menos caminar.
-Quédate en el coche - instruyó Gretchen de manera cortante, cerrando la puerta detrás de ella.
¿Quédate en el coche? Incluso en su estado mental confuso, encontró eso gracioso. Su cabeza rodó hacia un lado, con sus párpados pesados. Estaba oscuro, pero podía distinguir las formas de las casas. Estaba de vuelta en Hoganville. Pero no era la casa de su madre, ni tampoco la de Gretchen. Sintió que sus ojos se cerraban nuevamente y parpadeó varias veces, tratando de concentrarse.
La puerta se abrió de golpe y Madre Hogan se inclinó, mirándola fijamente. Detrás de ella estaba Don Hogan, lo más parecido que tenían a un médico.
-Ayúdanos a meterla.
Madre Hogan dio un paso atrás, permitiendo que Don se acercara.
Fiona y Don rara vez se veían el uno al otro y cuando lo hacían, nunca estaban solos. Solía pensar que era extraño. Si había alguien en Hoganville con quién tenía algo en común, era Don. Ambos han sido alejados por sus estudios, estado en el exterior. Por supuesto, se daba cuenta que esa era la misma razón por la que se mantenían separados. Habían estado en el exterior.
-¿Puedes sostenerte en pie?
Ella asintió con la cabeza mientras agarraba su brazo, tratando de tirar de sí misma hacia arriba. Aún sintió las piernas tambaleantes, como si no tuviese ningún control sobre ellas. Sus ojos se encontraron por un momento y vio la preocupación genuina en los suyos. ¿Y por qué no? Debía lucir como un fenómeno.
-Adentro, rápidamente - instruyó Madre Hogan.
Fue entonces cuando Fiona se dio cuenta que estaban en la casa de Don, la que acostumbraba compartir con su madre. Nunca había estado allí anteriormente, sin duda nunca había estado en el interior.
Él la llevó a una habitación trasera y la ayudó a sentar en una silla grande. Miró a su alrededor, las paredes blancas adornadas con unos carteles médicos viejos. Esta debía ser su sala de examen.
Madre Hogan permaneció inmóvil, sus ojos viajaban entre Don y Gretchen. Fiona se sorprendió al ver miedo en ellos.
-Tiene fiebre - dijo Madre Hogan - ¿Tienes algo para ella?
-Sí. Déjeme examinarla.
-No le des nada hasta que yo lo apruebe ¿Entiendes?
-Por supuesto, madre Hogan.
-Gretchen, ven conmigo. Quiero saber por qué las dos desconocidas se encontraban en la casa de Fiona.
Fiona las vio marcharse, quedándose en silencia cuando salieron afuera y cerraron la puerta. Levantó los ojos interrogantes hacia Don.
-¿Qué te ha dado? - Preguntó él.
-No lo sé - dijo en voz baja - Algo para el dolor - Él bajó la mirada hacia su vientre y luego de regreso.
-¿Por qué tienes dolor? - Ella tragó saliva, deseando poder confiar en él.
-Viste la cópula ¿Debería ser tan grande?
-Por supuesto que no - pero él también parecía tener miedo de hacer preguntas. Echó un vistazo a la sala de estar, viendo que la puerta hacia el exterior seguía cerrada. Le tocó el rostro, con el ceño fruncido - Creo que tienes que ir a un hospital. La fiebre es muy alta - Ella negó con la cabeza.
-Sabes que Madre Hogan no lo permitirá.
-No. Pero no soy doctor - hizo una seña hacia el gabinete - Cualquier medicamento que Pasha haya podido decomisar en los últimos años, en su mayoría han expirado. Y las pociones que ella mezcla ¿quién sabe lo que hay en ellas? -, Dijo él - Es posible que hayas tenido una reacción a ella.
Fiona frunció el ceño, no estaba acostumbrada a escuchar que alguien criticara a la madre Hogan, incluso si era la verdad. Le agarró la mano, decidida a confiar en él.
-Ella me mantuvo drogada toda la semana después de la cópula. Estaba encadenada - dijo ella - Y estaba sangrando.
-¿En la cueva? - Ella asintió con la cabeza - Dijo que era para que Antel pudiese estar conmigo. Pero no creo que haya sido él.
Él dio un paso lejos de ella, echando un vistazo hacia la sala nuevamente.
-¿Sabes lo que vive en las cuevas? - Preguntó ella. Negó con la cabeza.
-Trato de no pensar en ello.
-Lo sé. Yo también. Pero sea lo que sea, creo que esto ... - dijo señalando hacia su vientre - ... es de él. No de Antel.
-¿Estás diciendo que la cópula fue tu ... tu primera vez?
-Sí - susurró - Es por eso que sé que esto no puede ser el bebé de Antel - Sus ojos se sostuvieron por un largo momento, luego él asintió.
-Tenemos que sacarte de aquí.
-No puedo - dijo ella - ¿Cómo podría explicar lo que sea que está creciendo dentro de mí?
Ambos levantaron la vista al oír voces. Aparentemente Pasha se había unido a la madre Hogan y a Gretchen. Pasha y Gretchen parecían estar discutiendo. Don se inclinó más cerca de ella.
-Vamos a salir de aquí juntos. Voy a irme contigo - dijo en voz baja - Podemos escapar de esto.
-No puedo - dijo ella - Es demasiado tarde para mí - ella le apretó la mano.
-¿Por qué te quedas? ¿Por qué no te has ido?
-He tenido miedo. Miedo de siquiera pensar en ello. Madre Hogan siempre parece saber. Así que muchos han sido sacrificados - él se apartó de ella nuevamente - No quería ese destino - Ella cerró los ojos, sintiéndose muy cansada otra vez.
-Ven a la escuela mañana por la noche. Iremos por el sendero, a través de la ruptura de la valla. Tenemos que hablar - Él negó con la cabeza.
-No sé si pueda arriesgarme.
Oyeron como la puerta de afuera se abría y Don fue hacia sus gabinetes, fingiendo que miraba a través de sus medicamentos.
-Ten cuidado con el guardia llamado Richard - susurró ella - Él es un espía de Pasha.
Cerró los ojos nuevamente al escuchar los pasos que se aproximan. Hubo un repentino frío en la habitación y supo que la madre Hogan estaba cerca.
-¿Qué piensas? - Los ojos de Fiona se abrieron cuando Don entregó un envoltorio de plástico a la Madre Hogan.
-Esto debería ayudar a bajarle la fiebre - dijo Don - Creo que pudo haber tenido una mala reacción a algo que le dieron. Una reacción alérgica, tal vez - dijo vagamente.
-Sí, tal vez Fiona exageró con mi poción, ¿hmmm?
Fiona sintió unos dedos fríos clavándose en su hombro y levantó la mirada hacia la madre Hogan.
-¿Lo tomaste como te indiqué? - Fiona asintió.
-La mitad de la mezcla con agua, sí - Madre Hogan negó con la cabeza.
-No, hija. Te dije que mezclaras la mitad de ella, pero que las bebieras con moderación ¿Estás diciendo que tomaste todo de una vez? - Ella asintió, sin recordar tal instrucción.
Madre Hogan se inclinó más, solo para que Fiona escuchara lo que iba a decirle, nadie más.
-Tienes que ser muy cuidadosa. Tu hijo es especial. No puede pasarte nada.
-Sí, madre Hogan - respondió obedientemente.
-Bien - se enderezó - Ahora, Gretchen está esperando para llevarte de regreso ¿Te sientes bien para eso? Quizás deberías quedarte conmigo esta noche - sugirió ella.
-Debería volver - dijo Fiona rápidamente - No queremos que mi ausencia provoque preguntas - dijo ella esperando que eso la apaciguara.
Madre Hogan le miró fijamente, con los ojos clavados en los suyos. Fiona rogó que no pudiese leer sus pensamientos. Finalmente asintió.
-Muy bien. Las dos nuevas de la escuela están husmeando donde no deben. No necesitamos añadir a su curiosidad - le entregó las píldoras que Don le había dado - Para la fiebre - dijo ella - Te presentarás con Gretchen en la mañana. Ella me mantendrá informada.
-Sí, madre Hogan.
-¿Puedes caminar?
Fiona apenas podía abrir los ojos y se preguntaba exactamente que drogas había mezclado Madre Hogan para ella. Sacudió la cabeza débilmente, sabiendo que ni siquiera podía ponerse de pie y mucho menos caminar.
-Quédate en el coche - instruyó Gretchen de manera cortante, cerrando la puerta detrás de ella.
¿Quédate en el coche? Incluso en su estado mental confuso, encontró eso gracioso. Su cabeza rodó hacia un lado, con sus párpados pesados. Estaba oscuro, pero podía distinguir las formas de las casas. Estaba de vuelta en Hoganville. Pero no era la casa de su madre, ni tampoco la de Gretchen. Sintió que sus ojos se cerraban nuevamente y parpadeó varias veces, tratando de concentrarse.
La puerta se abrió de golpe y Madre Hogan se inclinó, mirándola fijamente. Detrás de ella estaba Don Hogan, lo más parecido que tenían a un médico.
-Ayúdanos a meterla.
Madre Hogan dio un paso atrás, permitiendo que Don se acercara.
Fiona y Don rara vez se veían el uno al otro y cuando lo hacían, nunca estaban solos. Solía pensar que era extraño. Si había alguien en Hoganville con quién tenía algo en común, era Don. Ambos han sido alejados por sus estudios, estado en el exterior. Por supuesto, se daba cuenta que esa era la misma razón por la que se mantenían separados. Habían estado en el exterior.
-¿Puedes sostenerte en pie?
Ella asintió con la cabeza mientras agarraba su brazo, tratando de tirar de sí misma hacia arriba. Aún sintió las piernas tambaleantes, como si no tuviese ningún control sobre ellas. Sus ojos se encontraron por un momento y vio la preocupación genuina en los suyos. ¿Y por qué no? Debía lucir como un fenómeno.
-Adentro, rápidamente - instruyó Madre Hogan.
Fue entonces cuando Fiona se dio cuenta que estaban en la casa de Don, la que acostumbraba compartir con su madre. Nunca había estado allí anteriormente, sin duda nunca había estado en el interior.
Él la llevó a una habitación trasera y la ayudó a sentar en una silla grande. Miró a su alrededor, las paredes blancas adornadas con unos carteles médicos viejos. Esta debía ser su sala de examen.
Madre Hogan permaneció inmóvil, sus ojos viajaban entre Don y Gretchen. Fiona se sorprendió al ver miedo en ellos.
-Tiene fiebre - dijo Madre Hogan - ¿Tienes algo para ella?
-Sí. Déjeme examinarla.
-No le des nada hasta que yo lo apruebe ¿Entiendes?
-Por supuesto, madre Hogan.
-Gretchen, ven conmigo. Quiero saber por qué las dos desconocidas se encontraban en la casa de Fiona.
Fiona las vio marcharse, quedándose en silencia cuando salieron afuera y cerraron la puerta. Levantó los ojos interrogantes hacia Don.
-¿Qué te ha dado? - Preguntó él.
-No lo sé - dijo en voz baja - Algo para el dolor - Él bajó la mirada hacia su vientre y luego de regreso.
-¿Por qué tienes dolor? - Ella tragó saliva, deseando poder confiar en él.
-Viste la cópula ¿Debería ser tan grande?
-Por supuesto que no - pero él también parecía tener miedo de hacer preguntas. Echó un vistazo a la sala de estar, viendo que la puerta hacia el exterior seguía cerrada. Le tocó el rostro, con el ceño fruncido - Creo que tienes que ir a un hospital. La fiebre es muy alta - Ella negó con la cabeza.
-Sabes que Madre Hogan no lo permitirá.
-No. Pero no soy doctor - hizo una seña hacia el gabinete - Cualquier medicamento que Pasha haya podido decomisar en los últimos años, en su mayoría han expirado. Y las pociones que ella mezcla ¿quién sabe lo que hay en ellas? -, Dijo él - Es posible que hayas tenido una reacción a ella.
Fiona frunció el ceño, no estaba acostumbrada a escuchar que alguien criticara a la madre Hogan, incluso si era la verdad. Le agarró la mano, decidida a confiar en él.
-Ella me mantuvo drogada toda la semana después de la cópula. Estaba encadenada - dijo ella - Y estaba sangrando.
-¿En la cueva? - Ella asintió con la cabeza - Dijo que era para que Antel pudiese estar conmigo. Pero no creo que haya sido él.
Él dio un paso lejos de ella, echando un vistazo hacia la sala nuevamente.
-¿Sabes lo que vive en las cuevas? - Preguntó ella. Negó con la cabeza.
-Trato de no pensar en ello.
-Lo sé. Yo también. Pero sea lo que sea, creo que esto ... - dijo señalando hacia su vientre - ... es de él. No de Antel.
-¿Estás diciendo que la cópula fue tu ... tu primera vez?
-Sí - susurró - Es por eso que sé que esto no puede ser el bebé de Antel - Sus ojos se sostuvieron por un largo momento, luego él asintió.
-Tenemos que sacarte de aquí.
-No puedo - dijo ella - ¿Cómo podría explicar lo que sea que está creciendo dentro de mí?
Ambos levantaron la vista al oír voces. Aparentemente Pasha se había unido a la madre Hogan y a Gretchen. Pasha y Gretchen parecían estar discutiendo. Don se inclinó más cerca de ella.
-Vamos a salir de aquí juntos. Voy a irme contigo - dijo en voz baja - Podemos escapar de esto.
-No puedo - dijo ella - Es demasiado tarde para mí - ella le apretó la mano.
-¿Por qué te quedas? ¿Por qué no te has ido?
-He tenido miedo. Miedo de siquiera pensar en ello. Madre Hogan siempre parece saber. Así que muchos han sido sacrificados - él se apartó de ella nuevamente - No quería ese destino - Ella cerró los ojos, sintiéndose muy cansada otra vez.
-Ven a la escuela mañana por la noche. Iremos por el sendero, a través de la ruptura de la valla. Tenemos que hablar - Él negó con la cabeza.
-No sé si pueda arriesgarme.
Oyeron como la puerta de afuera se abría y Don fue hacia sus gabinetes, fingiendo que miraba a través de sus medicamentos.
-Ten cuidado con el guardia llamado Richard - susurró ella - Él es un espía de Pasha.
Cerró los ojos nuevamente al escuchar los pasos que se aproximan. Hubo un repentino frío en la habitación y supo que la madre Hogan estaba cerca.
-¿Qué piensas? - Los ojos de Fiona se abrieron cuando Don entregó un envoltorio de plástico a la Madre Hogan.
-Esto debería ayudar a bajarle la fiebre - dijo Don - Creo que pudo haber tenido una mala reacción a algo que le dieron. Una reacción alérgica, tal vez - dijo vagamente.
-Sí, tal vez Fiona exageró con mi poción, ¿hmmm?
Fiona sintió unos dedos fríos clavándose en su hombro y levantó la mirada hacia la madre Hogan.
-¿Lo tomaste como te indiqué? - Fiona asintió.
-La mitad de la mezcla con agua, sí - Madre Hogan negó con la cabeza.
-No, hija. Te dije que mezclaras la mitad de ella, pero que las bebieras con moderación ¿Estás diciendo que tomaste todo de una vez? - Ella asintió, sin recordar tal instrucción.
Madre Hogan se inclinó más, solo para que Fiona escuchara lo que iba a decirle, nadie más.
-Tienes que ser muy cuidadosa. Tu hijo es especial. No puede pasarte nada.
-Sí, madre Hogan - respondió obedientemente.
-Bien - se enderezó - Ahora, Gretchen está esperando para llevarte de regreso ¿Te sientes bien para eso? Quizás deberías quedarte conmigo esta noche - sugirió ella.
-Debería volver - dijo Fiona rápidamente - No queremos que mi ausencia provoque preguntas - dijo ella esperando que eso la apaciguara.
Madre Hogan le miró fijamente, con los ojos clavados en los suyos. Fiona rogó que no pudiese leer sus pensamientos. Finalmente asintió.
-Muy bien. Las dos nuevas de la escuela están husmeando donde no deben. No necesitamos añadir a su curiosidad - le entregó las píldoras que Don le había dado - Para la fiebre - dijo ella - Te presentarás con Gretchen en la mañana. Ella me mantendrá informada.
-Sí, madre Hogan.
-¿Puedes caminar?
Fiona apenas podía abrir los ojos y se preguntaba exactamente que drogas había mezclado Madre Hogan para ella. Sacudió la cabeza débilmente, sabiendo que ni siquiera podía ponerse de pie y mucho menos caminar.
-Quédate en el coche - instruyó Gretchen de manera cortante, cerrando la puerta detrás de ella.
¿Quédate en el coche? Incluso en su estado mental confuso, encontró eso gracioso. Su cabeza rodó hacia un lado, con sus párpados pesados. Estaba oscuro, pero podía distinguir las formas de las casas. Estaba de vuelta en Hoganville. Pero no era la casa de su madre, ni tampoco la de Gretchen. Sintió que sus ojos se cerraban nuevamente y parpadeó varias veces, tratando de concentrarse.
La puerta se abrió de golpe y Madre Hogan se inclinó, mirándola fijamente. Detrás de ella estaba Don Hogan, lo más parecido que tenían a un médico.
-Ayúdanos a meterla.
Madre Hogan dio un paso atrás, permitiendo que Don se acercara.
Fiona y Don rara vez se veían el uno al otro y cuando lo hacían, nunca estaban solos. Solía pensar que era extraño. Si había alguien en Hoganville con quién tenía algo en común, era Don. Ambos han sido alejados por sus estudios, estado en el exterior. Por supuesto, se daba cuenta que esa era la misma razón por la que se mantenían separados. Habían estado en el exterior.
-¿Puedes sostenerte en pie?
Ella asintió con la cabeza mientras agarraba su brazo, tratando de tirar de sí misma hacia arriba. Aún sintió las piernas tambaleantes, como si no tuviese ningún control sobre ellas. Sus ojos se encontraron por un momento y vio la preocupación genuina en los suyos. ¿Y por qué no? Debía lucir como un fenómeno.
-Adentro, rápidamente - instruyó Madre Hogan.
Fue entonces cuando Fiona se dio cuenta que estaban en la casa de Don, la que acostumbraba compartir con su madre. Nunca había estado allí anteriormente, sin duda nunca había estado en el interior.
Él la llevó a una habitación trasera y la ayudó a sentar en una silla grande. Miró a su alrededor, las paredes blancas adornadas con unos carteles médicos viejos. Esta debía ser su sala de examen.
Madre Hogan permaneció inmóvil, sus ojos viajaban entre Don y Gretchen. Fiona se sorprendió al ver miedo en ellos.
-Tiene fiebre - dijo Madre Hogan - ¿Tienes algo para ella?
-Sí. Déjeme examinarla.
-No le des nada hasta que yo lo apruebe ¿Entiendes?
-Por supuesto, madre Hogan.
-Gretchen, ven conmigo. Quiero saber por qué las dos desconocidas se encontraban en la casa de Fiona.
Fiona las vio marcharse, quedándose en silencia cuando salieron afuera y cerraron la puerta. Levantó los ojos interrogantes hacia Don.
-¿Qué te ha dado? - Preguntó él.
-No lo sé - dijo en voz baja - Algo para el dolor - Él bajó la mirada hacia su vientre y luego de regreso.
-¿Por qué tienes dolor? - Ella tragó saliva, deseando poder confiar en él.
-Viste la cópula ¿Debería ser tan grande?
-Por supuesto que no - pero él también parecía tener miedo de hacer preguntas. Echó un vistazo a la sala de estar, viendo que la puerta hacia el exterior seguía cerrada. Le tocó el rostro, con el ceño fruncido - Creo que tienes que ir a un hospital. La fiebre es muy alta - Ella negó con la cabeza.
-Sabes que Madre Hogan no lo permitirá.
-No. Pero no soy doctor - hizo una seña hacia el gabinete - Cualquier medicamento que Pasha haya podido decomisar en los últimos años, en su mayoría han expirado. Y las pociones que ella mezcla ¿quién sabe lo que hay en ellas? -, Dijo él - Es posible que hayas tenido una reacción a ella.
Fiona frunció el ceño, no estaba acostumbrada a escuchar que alguien criticara a la madre Hogan, incluso si era la verdad. Le agarró la mano, decidida a confiar en él.
-Ella me mantuvo drogada toda la semana después de la cópula. Estaba encadenada - dijo ella - Y estaba sangrando.
-¿En la cueva? - Ella asintió con la cabeza - Dijo que era para que Antel pudiese estar conmigo. Pero no creo que haya sido él.
Él dio un paso lejos de ella, echando un vistazo hacia la sala nuevamente.
-¿Sabes lo que vive en las cuevas? - Preguntó ella. Negó con la cabeza.
-Trato de no pensar en ello.
-Lo sé. Yo también. Pero sea lo que sea, creo que esto ... - dijo señalando hacia su vientre - ... es de él. No de Antel.
-¿Estás diciendo que la cópula fue tu ... tu primera vez?
-Sí - susurró - Es por eso que sé que esto no puede ser el bebé de Antel - Sus ojos se sostuvieron por un largo momento, luego él asintió.
-Tenemos que sacarte de aquí.
-No puedo - dijo ella - ¿Cómo podría explicar lo que sea que está creciendo dentro de mí?
Ambos levantaron la vista al oír voces. Aparentemente Pasha se había unido a la madre Hogan y a Gretchen. Pasha y Gretchen parecían estar discutiendo. Don se inclinó más cerca de ella.
-Vamos a salir de aquí juntos. Voy a irme contigo - dijo en voz baja - Podemos escapar de esto.
-No puedo - dijo ella - Es demasiado tarde para mí - ella le apretó la mano.
-¿Por qué te quedas? ¿Por qué no te has ido?
-He tenido miedo. Miedo de siquiera pensar en ello. Madre Hogan siempre parece saber. Así que muchos han sido sacrificados - él se apartó de ella nuevamente - No quería ese destino - Ella cerró los ojos, sintiéndose muy cansada otra vez.
-Ven a la escuela mañana por la noche. Iremos por el sendero, a través de la ruptura de la valla. Tenemos que hablar - Él negó con la cabeza.
-No sé si pueda arriesgarme.
Oyeron como la puerta de afuera se abría y Don fue hacia sus gabinetes, fingiendo que miraba a través de sus medicamentos.
-Ten cuidado con el guardia llamado Richard - susurró ella - Él es un espía de Pasha.
Cerró los ojos nuevamente al escuchar los pasos que se aproximan. Hubo un repentino frío en la habitación y supo que la madre Hogan estaba cerca.
-¿Qué piensas? - Los ojos de Fiona se abrieron cuando Don entregó un envoltorio de plástico a la Madre Hogan.
-Esto debería ayudar a bajarle la fiebre - dijo Don - Creo que pudo haber tenido una mala reacción a algo que le dieron. Una reacción alérgica, tal vez - dijo vagamente.
-Sí, tal vez Fiona exageró con mi poción, ¿hmmm?
Fiona sintió unos dedos fríos clavándose en su hombro y levantó la mirada hacia la madre Hogan.
-¿Lo tomaste como te indiqué? - Fiona asintió.
-La mitad de la mezcla con agua, sí - Madre Hogan negó con la cabeza.
-No, hija. Te dije que mezclaras la mitad de ella, pero que las bebieras con moderación ¿Estás diciendo que tomaste todo de una vez? - Ella asintió, sin recordar tal instrucción.
Madre Hogan se inclinó más, solo para que Fiona escuchara lo que iba a decirle, nadie más.
-Tienes que ser muy cuidadosa. Tu hijo es especial. No puede pasarte nada.
-Sí, madre Hogan - respondió obedientemente.
-Bien - se enderezó - Ahora, Gretchen está esperando para llevarte de regreso ¿Te sientes bien para eso? Quizás deberías quedarte conmigo esta noche - sugirió ella.
-Debería volver - dijo Fiona rápidamente - No queremos que mi ausencia provoque preguntas - dijo ella esperando que eso la apaciguara.
Madre Hogan le miró fijamente, con los ojos clavados en los suyos. Fiona rogó que no pudiese leer sus pensamientos. Finalmente asintió.
-Muy bien. Las dos nuevas de la escuela están husmeando donde no deben. No necesitamos añadir a su curiosidad - le entregó las píldoras que Don le había dado - Para la fiebre - dijo ella - Te presentarás con Gretchen en la mañana. Ella me mantendrá informada.
-Sí, madre Hogan.
-¿Puedes caminar?
Fiona apenas podía abrir los ojos y se preguntaba exactamente que drogas había mezclado Madre Hogan para ella. Sacudió la cabeza débilmente, sabiendo que ni siquiera podía ponerse de pie y mucho menos caminar.
-Quédate en el coche - instruyó Gretchen de manera cortante, cerrando la puerta detrás de ella.
¿Quédate en el coche? Incluso en su estado mental confuso, encontró eso gracioso. Su cabeza rodó hacia un lado, con sus párpados pesados. Estaba oscuro, pero podía distinguir las formas de las casas. Estaba de vuelta en Hoganville. Pero no era la casa de su madre, ni tampoco la de Gretchen. Sintió que sus ojos se cerraban nuevamente y parpadeó varias veces, tratando de concentrarse.
La puerta se abrió de golpe y Madre Hogan se inclinó, mirándola fijamente. Detrás de ella estaba Don Hogan, lo más parecido que tenían a un médico.
-Ayúdanos a meterla.
Madre Hogan dio un paso atrás, permitiendo que Don se acercara.
Fiona y Don rara vez se veían el uno al otro y cuando lo hacían, nunca estaban solos. Solía pensar que era extraño. Si había alguien en Hoganville con quién tenía algo en común, era Don. Ambos han sido alejados por sus estudios, estado en el exterior. Por supuesto, se daba cuenta que esa era la misma razón por la que se mantenían separados. Habían estado en el exterior.
-¿Puedes sostenerte en pie?
Ella asintió con la cabeza mientras agarraba su brazo, tratando de tirar de sí misma hacia arriba. Aún sintió las piernas tambaleantes, como si no tuviese ningún control sobre ellas. Sus ojos se encontraron por un momento y vio la preocupación genuina en los suyos. ¿Y por qué no? Debía lucir como un fenómeno.
-Adentro, rápidamente - instruyó Madre Hogan.
Fue entonces cuando Fiona se dio cuenta que estaban en la casa de Don, la que acostumbraba compartir con su madre. Nunca había estado allí anteriormente, sin duda nunca había estado en el interior.
Él la llevó a una habitación trasera y la ayudó a sentar en una silla grande. Miró a su alrededor, las paredes blancas adornadas con unos carteles médicos viejos. Esta debía ser su sala de examen.
Madre Hogan permaneció inmóvil, sus ojos viajaban entre Don y Gretchen. Fiona se sorprendió al ver miedo en ellos.
-Tiene fiebre - dijo Madre Hogan - ¿Tienes algo para ella?
-Sí. Déjeme examinarla.
-No le des nada hasta que yo lo apruebe ¿Entiendes?
-Por supuesto, madre Hogan.
-Gretchen, ven conmigo. Quiero saber por qué las dos desconocidas se encontraban en la casa de Fiona.
Fiona las vio marcharse, quedándose en silencia cuando salieron afuera y cerraron la puerta. Levantó los ojos interrogantes hacia Don.
-¿Qué te ha dado? - Preguntó él.
-No lo sé - dijo en voz baja - Algo para el dolor - Él bajó la mirada hacia su vientre y luego de regreso.
-¿Por qué tienes dolor? - Ella tragó saliva, deseando poder confiar en él.
-Viste la cópula ¿Debería ser tan grande?
-Por supuesto que no - pero él también parecía tener miedo de hacer preguntas. Echó un vistazo a la sala de estar, viendo que la puerta hacia el exterior seguía cerrada. Le tocó el rostro, con el ceño fruncido - Creo que tienes que ir a un hospital. La fiebre es muy alta - Ella negó con la cabeza.
-Sabes que Madre Hogan no lo permitirá.
-No. Pero no soy doctor - hizo una seña hacia el gabinete - Cualquier medicamento que Pasha haya podido decomisar en los últimos años, en su mayoría han expirado. Y las pociones que ella mezcla ¿quién sabe lo que hay en ellas? -, Dijo él - Es posible que hayas tenido una reacción a ella.
Fiona frunció el ceño, no estaba acostumbrada a escuchar que alguien criticara a la madre Hogan, incluso si era la verdad. Le agarró la mano, decidida a confiar en él.
-Ella me mantuvo drogada toda la semana después de la cópula. Estaba encadenada - dijo ella - Y estaba sangrando.
-¿En la cueva? - Ella asintió con la cabeza - Dijo que era para que Antel pudiese estar conmigo. Pero no creo que haya sido él.
Él dio un paso lejos de ella, echando un vistazo hacia la sala nuevamente.
-¿Sabes lo que vive en las cuevas? - Preguntó ella. Negó con la cabeza.
-Trato de no pensar en ello.
-Lo sé. Yo también. Pero sea lo que sea, creo que esto ... - dijo señalando hacia su vientre - ... es de él. No de Antel.
-¿Estás diciendo que la cópula fue tu ... tu primera vez?
-Sí - susurró - Es por eso que sé que esto no puede ser el bebé de Antel - Sus ojos se sostuvieron por un largo momento, luego él asintió.
-Tenemos que sacarte de aquí.
-No puedo - dijo ella - ¿Cómo podría explicar lo que sea que está creciendo dentro de mí?
Ambos levantaron la vista al oír voces. Aparentemente Pasha se había unido a la madre Hogan y a Gretchen. Pasha y Gretchen parecían estar discutiendo. Don se inclinó más cerca de ella.
-Vamos a salir de aquí juntos. Voy a irme contigo - dijo en voz baja - Podemos escapar de esto.
-No puedo - dijo ella - Es demasiado tarde para mí - ella le apretó la mano.
-¿Por qué te quedas? ¿Por qué no te has ido?
-He tenido miedo. Miedo de siquiera pensar en ello. Madre Hogan siempre parece saber. Así que muchos han sido sacrificados - él se apartó de ella nuevamente - No quería ese destino - Ella cerró los ojos, sintiéndose muy cansada otra vez.
-Ven a la escuela mañana por la noche. Iremos por el sendero, a través de la ruptura de la valla. Tenemos que hablar - Él negó con la cabeza.
-No sé si pueda arriesgarme.
Oyeron como la puerta de afuera se abría y Don fue hacia sus gabinetes, fingiendo que miraba a través de sus medicamentos.
-Ten cuidado con el guardia llamado Richard - susurró ella - Él es un espía de Pasha.
Cerró los ojos nuevamente al escuchar los pasos que se aproximan. Hubo un repentino frío en la habitación y supo que la madre Hogan estaba cerca.
-¿Qué piensas? - Los ojos de Fiona se abrieron cuando Don entregó un envoltorio de plástico a la Madre Hogan.
-Esto debería ayudar a bajarle la fiebre - dijo Don - Creo que pudo haber tenido una mala reacción a algo que le dieron. Una reacción alérgica, tal vez - dijo vagamente.
-Sí, tal vez Fiona exageró con mi poción, ¿hmmm?
Fiona sintió unos dedos fríos clavándose en su hombro y levantó la mirada hacia la madre Hogan.
-¿Lo tomaste como te indiqué? - Fiona asintió.
-La mitad de la mezcla con agua, sí - Madre Hogan negó con la cabeza.
-No, hija. Te dije que mezclaras la mitad de ella, pero que las bebieras con moderación ¿Estás diciendo que tomaste todo de una vez? - Ella asintió, sin recordar tal instrucción.
Madre Hogan se inclinó más, solo para que Fiona escuchara lo que iba a decirle, nadie más.
-Tienes que ser muy cuidadosa. Tu hijo es especial. No puede pasarte nada.
-Sí, madre Hogan - respondió obedientemente.
-Bien - se enderezó - Ahora, Gretchen está esperando para llevarte de regreso ¿Te sientes bien para eso? Quizás deberías quedarte conmigo esta noche - sugirió ella.
-Debería volver - dijo Fiona rápidamente - No queremos que mi ausencia provoque preguntas - dijo ella esperando que eso la apaciguara.
Madre Hogan le miró fijamente, con los ojos clavados en los suyos. Fiona rogó que no pudiese leer sus pensamientos. Finalmente asintió.
-Muy bien. Las dos nuevas de la escuela están husmeando donde no deben. No necesitamos añadir a su curiosidad - le entregó las píldoras que Don le había dado - Para la fiebre - dijo ella - Te presentarás con Gretchen en la mañana. Ella me mantendrá informada.
-Sí, madre Hogan.
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Ojalá el "médico" se anime y a ver si huyen los 2 aunque veo difícil el poder huir de esa vieja tiene como poderes muy raros y bueno esperemos que aun no ponga en la mira a las chicas. Feliz miércoles cariño espero que te sigas recuperando muy bien
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Espero que puedan huir, pero debe dar a luz a esa cosa primeramente
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 35
Marcus se paseaba, esperando con impaciencia a que las agentes llegaran. No le gustaba la idea de que ellas se aparecieran en su casa de esta manera, pero Yul pensaba que era importante que hablaran. Si alguien lo cuestionaba, él debería dar excusas. No había visto a Fiona por sí mismo, pero había oído hablar a algunos de los otros maestros sobre que ella estaba muy embarazada. Eso sin duda lo sorprendió.
Un leve golpe en la puerta lo hizo mover rápidamente para abrirla.
Yulia y Lena entraron y la cerró detrás de ellas, pasando la llave como de costumbre.
-¿Sabes algo? - Preguntó Lena - Gretchen se fue con ella. Suponemos que la llevó a Hoganville.
-Eso es todo lo que sé - dijo él - Gretchen no me ha devuelto la llamada. No esperaría que lo hiciera. Este es un asunto familiar. No tiene nada que ver con la escuela.
-¿Qué demonios está pasando aquí? - Preguntó la pelirroja - Debiste haberla visto. Pensé que iba a morir - Marcus miró a Yulia, preguntándole en silencio por la obvia preocupación de Lena.
Eran agentes en una misión, aun así, la angustia de la ojiverde parecía muy personal. Yul pareció entender su pregunta no formulada.
-Lena y Fiona se han convertido en amigas. Puesto que ella es una persona de interés, pensamos que lo mejor era hacernos amigas de ella - describió - Lena la vio cuando llegó manejando esta tarde.
-Ella se doblaba de dolor - dijo la pelirroja - Fui a ayudarla a entrar. Tenía un pequeño frasco, una especie de polvo que dijo que Madre Hogan le había dado.
-¿Madre?
-Sí. Ella llama a Esther Hogan 'madre'. Al parecer todos lo hacen - dijo Yul.
-Ella lo mezcló con agua ... - Continuó Elena - ... y justo así ... - dijo chasqueando sus dedos - ... estuvo fuera. La metí en la cama, luego me fui - dijo mirando a Yul. - Volvimos a verificar como estaba más tarde y la encontramos así. Con fiebre muy alta, las sábanas empapadas. Y no pude despertarla.
-Hiciste lo correcto al llamarme - dijo él - A pesar de todo, hay que mantener un perfil bajo y no llamar la atención sobre nosotros mismos - dijo él repitiendo las palabras que Marcus le había dicho.
Él no era un agente de campo, pero conocía el manual de atrás hacia adelante. Estas dos podrían conocer las calles, pero él conocía el manual.
-No perdamos de vista nuestra tarea - notó la rápida mirada que intercambiaron las dos.
-Sabemos cuál es nuestra tarea, Marcus - dijo Yul mientras iba a la ventana, separando distraídamente las persianas y mirando hacia afuera - Y hasta ahora, ha sido bastante benigno. Nuestra entrada a Hoganville ... si alguna vez logramos entrar ... es a través de Fiona Hogan - se dio la vuelta.
-Asumo que Boris te mantiene atado, pero en realidad, no tenemos nada. El equipo en Baton Rouge no tiene nada. El registro de la puerta tiene resultado provechoso y ...
-Sí, me enteré del patrón. Bastante sorprendente, en realidad, pensar que Fiona pudiese estar involucrada.
-Todos sabemos que siguen las órdenes de Esther Hogan - dijo Lena - Sea lo que sea que le haya pasado a los secuestrados ... ya todos, podemos adivinar que ocurrió ... creo que es prematuro culpar a Fiona. O a Gretchen, para el caso.
-Ellas parecen estar implicadas de alguna manera - les recordó él.
-Dudo seriamente que tengan libre albedrío - dijo Lena - Pero sí, tienen que tener algún conocimiento de lo que pasa.
-El patrón parece extraño ¿no? - Preguntó Yul - Lunes, martes y miércoles por la noche ¿Qué crees que suceda? Quiero decir, originalmente, pensábamos que era una especie de culto ¿verdad?
-Esa era una mera especulación - dijo Marcus - ¿Hay algún tipo de ritual? ¿Tortura? - Se encogió de hombros - Es una incógnita para todos en este punto - Lena negó con la cabeza.
-Mira, he pasado tiempo suficiente con Fiona como para saber que no podría estar involucrada en eso ¿Tortura? Vamos, ella es tan dulce como puede serlo - Elena miró a Yul. - ¿Cierto?
-No creo que esté involucrada directamente – dijola morena. - Sin embargo, la poca evidencia que tenemos sugiere su participación en algo - dijo ella.
-Tal vez está jugando contigo - dijo Marcus - He estado alrededor de ella un puñado de veces y tienes razón, parece ser muy agradable, muy amable. Podría ser una fachada.
-No. No soy una novata de la calle, Marcus - dijo Lena - Sé leer a las personas. Ella no está fingiendo, no está actuando - Marcus levantó las manos.
-Entiendo que quieras defenderla. Pero como Yulia dijo, ella es la única conexión con Hoganville. Gretchen está fuera de cuestión. No pueden acercarse a ella - fue hacia la misma ventana que Yul había desocupado anteriormente. Imitando sus acciones, también abrió las persianas un poco para mirar hacia afuera - ¿Estamos seguros que está embarazada?
Lena se echó a reír.
-Oh, sí, estamos seguros. No sé qué tan avanzado está, pero no se notaba la primera vez que nos conocimos. Lucía de, no sé, seis o siete meses de embarazo.
-Por lo menos - agregó Yul. - ¿Creen que su enfermedad esté relacionada con eso?
-Creo que su enfermedad está relacionada con lo que sea que le dio Esther Hogan para que lo bebiera - dijo Lena.
Marcus suspiró. Era obvio que no llegaría a ninguna parte con Lena. Echó un vistazo a Yul.
-Creo que deberíamos llamar a Boris - dijo ella - Si esta interacción con Fiona es lo más cerca que vamos a llegar a Hoganville, entonces estamos perdiendo el tiempo aquí. O bien tenemos que asaltar el lugar y averiguar qué diablos está pasando u olvidarnos - Marcus negó con la cabeza.
-Les aseguro que no quieren otro Waco en sus manos. No habrá asalto.
-Entonces ¿Qué jodido propósito tiene nuestra presencia aquí? ¿Para reunir pruebas que parecen inexistentes? ¿Para observar?
-Bueno, obviamente tenemos más preguntas que respuestas, lo sé - dijo él queriendo ponerle fin a su reunión. No estaban logrando nada y cuanto más tiempo se quedaran, habría mayor oportunidad de ser vistos.
Las palabras de Boris resonaron en su cerebro: 'No llamen la atención sobre sí mismos'.
-¿Es posible que puedas confrontar a Gretchen? - Preguntó Lena.
-¿Averiguar lo que pasó con Fiona?
-No. Lo haré, por supuesto, preguntaré por su salud ¿pero enfrentarla? No - se acercó a la puerta, con la intención de hacer una oferta de buenas noches, cuando el grito estridente ya familiar atravesó la noche. Saltó, el corazón le latía terriblemente fuerte.
-Jesús - Lena se quedó sin aliento, con una mano en su propio pecho - Eso sonó cerca.
-Sí - Marcus se aclaró la garganta, ahora temeroso de abrir la puerta.
-¿Supongo que lo han oído anteriormente?
-Dos veces - dijo Yul. Inclinó la cabeza - ¿Hay osos por aquí?
-¿Osos?
-Algo estaba afuera de nuestra casa la otra noche – detalló la pelirroja.
-Salimos. Encontramos algunas huellas. Pensamos que tal vez eran de oso.
-No he oído a nadie mencionar osos - dijo él - Sin embargo no creo que ese horrible grito sea de un oso ¿Y ustedes?
-No - dijo Lena y se dio cuenta que se había movido más cerca de Yul.
-¿Tienes alguna idea de lo que sea?
-Algunos dicen que es una pantera negra, pero creo que es sólo un mito que han hecho rodar. Pero me molesta - confesó él - Tanto es así que he investigado a fondo y no he podido encontrar sonidos que se le asemejen. Un león de montaña después de haber matado suena similar, sin embargo, no es lo mismo. En cualquier caso, trato de no estar afuera de noche - les ofreció una pequeña sonrisa.
-Eso debe sonar extraño viniendo de un agente de la KGB.
Todos saltaron nuevamente, mirando rápidamente alrededor cuando el primer grito se escuchó una vez más.
-No. No extraño en absoluto - murmuró Yul.
***
Esther Hogan se mantenía de pie ante la ventana abierta de su estudio, mirando hacia la oscuridad, con la noche húmeda, escuchando. ¿Estaba de caza? ¿Se estaba cansando de seguir ciervos?
Ladeó la cabeza, escuchando su llamado a lo lejos en el bosque. Cerca de la escuela. Esperó, preguntándose si había cometido un asesinato. El grito resonó nuevamente por el bosque, provocando escalofríos a través de su cuerpo. Lo imaginaba rasgando la carne mientras devoraba a su presa.
Se apartó de la ventana, el estrés del día estaba regresando a ella. Sí, Fiona estaba enferma. Sólo esperaba que pudiese soportar unas cuantas semanas más.
La última vez que había tratado este experimento, con Dovie Hogan, había salido terriblemente mal. Pero había aprendido mucho en los últimos veinte años. Había perfeccionado sus pociones, estaba segura. Por error había permitido que Dovie pariera de forma natural. Oh, qué terrible escena había sido. El bebé la había abierto por completo, sus afiladas garras la había desgarrado. No hubo nada que pudiera hacer. El sangrado había sido demasiado. Todavía recordaba el grito insoportable que provino de Dovie cuando vio a su bebé.
Esther sonreía ahora, pensando que probablemente eso había enloquecido a Dovie en sus últimos momentos. Era igual de bueno. Por desgracia, su bebé no había sobrevivido. No habría importado. Era un macho.
Pero ahora Fiona llevaba una hembra. Oh, sí, él estaría tan complacido.
Su dilema, sin embargo, era Fiona. No sabía cómo iba a explicar su ausencia en la escuela. Su madre también debería tener curiosidad por el destino de Fiona, pero eso no tenía importancia. Su preocupación era mantener a la escuela fuera de sus asuntos. La prematura muerte de Fiona no podría explicarse fácilmente. Sobre todo cuando no habría cuerpo que entregar. Él llevaría a Fiona ya su bebé dentro de las cuevas con él. Cuando Fiona había servido a sus propósitos, él ... se desharía de ella.
Suspiró. Echaría de menos a Fiona. Siempre había sido tan fiel. Pero su suerte en esta vida había sido lanzada hacía mucho tiempo.
Un ligero golpe en la puerta le sacó de sus pensamientos. Abrió la puerta sin hacer ruido, indicándole a Pasha que entrara.
-Gretchen llevó a Fiona a la escuela. No había nadie alrededor.
-¿Las vecinas? ¿Las que la encontraron?
-No. No había luces encendidas. Ellas no parecían estar allí.
-Es extraño ¿no? ¿Has comprobado con Richard?
-Sí. No han dejado el complejo - Ella regresó a su ventana, acariciando distraídamente las cortinas desgastadas que todavía estaban abiertas.
-Bueno, tal vez estaban visitando a alguien - lo miró fijamente.
- ¿Al director?
-No quería correr el riesgo de ser descubierto, madre Hogan. Me fui tan pronto como Fiona fue ubicada - dijo él.
-Sí, eso fue lo correcto - hizo un gesto hacia una silla - Siéntate, Pasha. Vamos a hablar - Ella tomó su lugar detrás del escritorio, la vieja silla crujió cuando se deslizó hacia adelante - ¿Qué piensas de ellas?
-¿Las vecinas?
-Sí, las que entraron en la cafetería ese día. Parecían muy valientes. Casi como si hubiera sido una prueba.
-La guardiana, a la que llaman Yulia, tiene experiencia. Gretchen dice que la otra, Elena, la profesora de gimnasia, parece ser inexperta.
-¿Qué significa eso?
-Que debe ser su primer trabajo. Gretchen dice que es poco ortodoxa.
-Parecen muy sociables con Fiona ¿no es así? Sé que le dije que se hiciera amiga de ellas, para averiguar sobre ellas, pero me ha reportado poco - juntó las manos - Es un momento extraño del año para traer a alguien nuevo, los contratos son lo que son - dijo ella - Algo me dice que no son lo que parecen ser.
-¿Quiere que les dé una visita? - Ella sonrió.
-Todavía no. Pero muy pronto.
Marcus se paseaba, esperando con impaciencia a que las agentes llegaran. No le gustaba la idea de que ellas se aparecieran en su casa de esta manera, pero Yul pensaba que era importante que hablaran. Si alguien lo cuestionaba, él debería dar excusas. No había visto a Fiona por sí mismo, pero había oído hablar a algunos de los otros maestros sobre que ella estaba muy embarazada. Eso sin duda lo sorprendió.
Un leve golpe en la puerta lo hizo mover rápidamente para abrirla.
Yulia y Lena entraron y la cerró detrás de ellas, pasando la llave como de costumbre.
-¿Sabes algo? - Preguntó Lena - Gretchen se fue con ella. Suponemos que la llevó a Hoganville.
-Eso es todo lo que sé - dijo él - Gretchen no me ha devuelto la llamada. No esperaría que lo hiciera. Este es un asunto familiar. No tiene nada que ver con la escuela.
-¿Qué demonios está pasando aquí? - Preguntó la pelirroja - Debiste haberla visto. Pensé que iba a morir - Marcus miró a Yulia, preguntándole en silencio por la obvia preocupación de Lena.
Eran agentes en una misión, aun así, la angustia de la ojiverde parecía muy personal. Yul pareció entender su pregunta no formulada.
-Lena y Fiona se han convertido en amigas. Puesto que ella es una persona de interés, pensamos que lo mejor era hacernos amigas de ella - describió - Lena la vio cuando llegó manejando esta tarde.
-Ella se doblaba de dolor - dijo la pelirroja - Fui a ayudarla a entrar. Tenía un pequeño frasco, una especie de polvo que dijo que Madre Hogan le había dado.
-¿Madre?
-Sí. Ella llama a Esther Hogan 'madre'. Al parecer todos lo hacen - dijo Yul.
-Ella lo mezcló con agua ... - Continuó Elena - ... y justo así ... - dijo chasqueando sus dedos - ... estuvo fuera. La metí en la cama, luego me fui - dijo mirando a Yul. - Volvimos a verificar como estaba más tarde y la encontramos así. Con fiebre muy alta, las sábanas empapadas. Y no pude despertarla.
-Hiciste lo correcto al llamarme - dijo él - A pesar de todo, hay que mantener un perfil bajo y no llamar la atención sobre nosotros mismos - dijo él repitiendo las palabras que Marcus le había dicho.
Él no era un agente de campo, pero conocía el manual de atrás hacia adelante. Estas dos podrían conocer las calles, pero él conocía el manual.
-No perdamos de vista nuestra tarea - notó la rápida mirada que intercambiaron las dos.
-Sabemos cuál es nuestra tarea, Marcus - dijo Yul mientras iba a la ventana, separando distraídamente las persianas y mirando hacia afuera - Y hasta ahora, ha sido bastante benigno. Nuestra entrada a Hoganville ... si alguna vez logramos entrar ... es a través de Fiona Hogan - se dio la vuelta.
-Asumo que Boris te mantiene atado, pero en realidad, no tenemos nada. El equipo en Baton Rouge no tiene nada. El registro de la puerta tiene resultado provechoso y ...
-Sí, me enteré del patrón. Bastante sorprendente, en realidad, pensar que Fiona pudiese estar involucrada.
-Todos sabemos que siguen las órdenes de Esther Hogan - dijo Lena - Sea lo que sea que le haya pasado a los secuestrados ... ya todos, podemos adivinar que ocurrió ... creo que es prematuro culpar a Fiona. O a Gretchen, para el caso.
-Ellas parecen estar implicadas de alguna manera - les recordó él.
-Dudo seriamente que tengan libre albedrío - dijo Lena - Pero sí, tienen que tener algún conocimiento de lo que pasa.
-El patrón parece extraño ¿no? - Preguntó Yul - Lunes, martes y miércoles por la noche ¿Qué crees que suceda? Quiero decir, originalmente, pensábamos que era una especie de culto ¿verdad?
-Esa era una mera especulación - dijo Marcus - ¿Hay algún tipo de ritual? ¿Tortura? - Se encogió de hombros - Es una incógnita para todos en este punto - Lena negó con la cabeza.
-Mira, he pasado tiempo suficiente con Fiona como para saber que no podría estar involucrada en eso ¿Tortura? Vamos, ella es tan dulce como puede serlo - Elena miró a Yul. - ¿Cierto?
-No creo que esté involucrada directamente – dijola morena. - Sin embargo, la poca evidencia que tenemos sugiere su participación en algo - dijo ella.
-Tal vez está jugando contigo - dijo Marcus - He estado alrededor de ella un puñado de veces y tienes razón, parece ser muy agradable, muy amable. Podría ser una fachada.
-No. No soy una novata de la calle, Marcus - dijo Lena - Sé leer a las personas. Ella no está fingiendo, no está actuando - Marcus levantó las manos.
-Entiendo que quieras defenderla. Pero como Yulia dijo, ella es la única conexión con Hoganville. Gretchen está fuera de cuestión. No pueden acercarse a ella - fue hacia la misma ventana que Yul había desocupado anteriormente. Imitando sus acciones, también abrió las persianas un poco para mirar hacia afuera - ¿Estamos seguros que está embarazada?
Lena se echó a reír.
-Oh, sí, estamos seguros. No sé qué tan avanzado está, pero no se notaba la primera vez que nos conocimos. Lucía de, no sé, seis o siete meses de embarazo.
-Por lo menos - agregó Yul. - ¿Creen que su enfermedad esté relacionada con eso?
-Creo que su enfermedad está relacionada con lo que sea que le dio Esther Hogan para que lo bebiera - dijo Lena.
Marcus suspiró. Era obvio que no llegaría a ninguna parte con Lena. Echó un vistazo a Yul.
-Creo que deberíamos llamar a Boris - dijo ella - Si esta interacción con Fiona es lo más cerca que vamos a llegar a Hoganville, entonces estamos perdiendo el tiempo aquí. O bien tenemos que asaltar el lugar y averiguar qué diablos está pasando u olvidarnos - Marcus negó con la cabeza.
-Les aseguro que no quieren otro Waco en sus manos. No habrá asalto.
-Entonces ¿Qué jodido propósito tiene nuestra presencia aquí? ¿Para reunir pruebas que parecen inexistentes? ¿Para observar?
-Bueno, obviamente tenemos más preguntas que respuestas, lo sé - dijo él queriendo ponerle fin a su reunión. No estaban logrando nada y cuanto más tiempo se quedaran, habría mayor oportunidad de ser vistos.
Las palabras de Boris resonaron en su cerebro: 'No llamen la atención sobre sí mismos'.
-¿Es posible que puedas confrontar a Gretchen? - Preguntó Lena.
-¿Averiguar lo que pasó con Fiona?
-No. Lo haré, por supuesto, preguntaré por su salud ¿pero enfrentarla? No - se acercó a la puerta, con la intención de hacer una oferta de buenas noches, cuando el grito estridente ya familiar atravesó la noche. Saltó, el corazón le latía terriblemente fuerte.
-Jesús - Lena se quedó sin aliento, con una mano en su propio pecho - Eso sonó cerca.
-Sí - Marcus se aclaró la garganta, ahora temeroso de abrir la puerta.
-¿Supongo que lo han oído anteriormente?
-Dos veces - dijo Yul. Inclinó la cabeza - ¿Hay osos por aquí?
-¿Osos?
-Algo estaba afuera de nuestra casa la otra noche – detalló la pelirroja.
-Salimos. Encontramos algunas huellas. Pensamos que tal vez eran de oso.
-No he oído a nadie mencionar osos - dijo él - Sin embargo no creo que ese horrible grito sea de un oso ¿Y ustedes?
-No - dijo Lena y se dio cuenta que se había movido más cerca de Yul.
-¿Tienes alguna idea de lo que sea?
-Algunos dicen que es una pantera negra, pero creo que es sólo un mito que han hecho rodar. Pero me molesta - confesó él - Tanto es así que he investigado a fondo y no he podido encontrar sonidos que se le asemejen. Un león de montaña después de haber matado suena similar, sin embargo, no es lo mismo. En cualquier caso, trato de no estar afuera de noche - les ofreció una pequeña sonrisa.
-Eso debe sonar extraño viniendo de un agente de la KGB.
Todos saltaron nuevamente, mirando rápidamente alrededor cuando el primer grito se escuchó una vez más.
-No. No extraño en absoluto - murmuró Yul.
***
Esther Hogan se mantenía de pie ante la ventana abierta de su estudio, mirando hacia la oscuridad, con la noche húmeda, escuchando. ¿Estaba de caza? ¿Se estaba cansando de seguir ciervos?
Ladeó la cabeza, escuchando su llamado a lo lejos en el bosque. Cerca de la escuela. Esperó, preguntándose si había cometido un asesinato. El grito resonó nuevamente por el bosque, provocando escalofríos a través de su cuerpo. Lo imaginaba rasgando la carne mientras devoraba a su presa.
Se apartó de la ventana, el estrés del día estaba regresando a ella. Sí, Fiona estaba enferma. Sólo esperaba que pudiese soportar unas cuantas semanas más.
La última vez que había tratado este experimento, con Dovie Hogan, había salido terriblemente mal. Pero había aprendido mucho en los últimos veinte años. Había perfeccionado sus pociones, estaba segura. Por error había permitido que Dovie pariera de forma natural. Oh, qué terrible escena había sido. El bebé la había abierto por completo, sus afiladas garras la había desgarrado. No hubo nada que pudiera hacer. El sangrado había sido demasiado. Todavía recordaba el grito insoportable que provino de Dovie cuando vio a su bebé.
Esther sonreía ahora, pensando que probablemente eso había enloquecido a Dovie en sus últimos momentos. Era igual de bueno. Por desgracia, su bebé no había sobrevivido. No habría importado. Era un macho.
Pero ahora Fiona llevaba una hembra. Oh, sí, él estaría tan complacido.
Su dilema, sin embargo, era Fiona. No sabía cómo iba a explicar su ausencia en la escuela. Su madre también debería tener curiosidad por el destino de Fiona, pero eso no tenía importancia. Su preocupación era mantener a la escuela fuera de sus asuntos. La prematura muerte de Fiona no podría explicarse fácilmente. Sobre todo cuando no habría cuerpo que entregar. Él llevaría a Fiona ya su bebé dentro de las cuevas con él. Cuando Fiona había servido a sus propósitos, él ... se desharía de ella.
Suspiró. Echaría de menos a Fiona. Siempre había sido tan fiel. Pero su suerte en esta vida había sido lanzada hacía mucho tiempo.
Un ligero golpe en la puerta le sacó de sus pensamientos. Abrió la puerta sin hacer ruido, indicándole a Pasha que entrara.
-Gretchen llevó a Fiona a la escuela. No había nadie alrededor.
-¿Las vecinas? ¿Las que la encontraron?
-No. No había luces encendidas. Ellas no parecían estar allí.
-Es extraño ¿no? ¿Has comprobado con Richard?
-Sí. No han dejado el complejo - Ella regresó a su ventana, acariciando distraídamente las cortinas desgastadas que todavía estaban abiertas.
-Bueno, tal vez estaban visitando a alguien - lo miró fijamente.
- ¿Al director?
-No quería correr el riesgo de ser descubierto, madre Hogan. Me fui tan pronto como Fiona fue ubicada - dijo él.
-Sí, eso fue lo correcto - hizo un gesto hacia una silla - Siéntate, Pasha. Vamos a hablar - Ella tomó su lugar detrás del escritorio, la vieja silla crujió cuando se deslizó hacia adelante - ¿Qué piensas de ellas?
-¿Las vecinas?
-Sí, las que entraron en la cafetería ese día. Parecían muy valientes. Casi como si hubiera sido una prueba.
-La guardiana, a la que llaman Yulia, tiene experiencia. Gretchen dice que la otra, Elena, la profesora de gimnasia, parece ser inexperta.
-¿Qué significa eso?
-Que debe ser su primer trabajo. Gretchen dice que es poco ortodoxa.
-Parecen muy sociables con Fiona ¿no es así? Sé que le dije que se hiciera amiga de ellas, para averiguar sobre ellas, pero me ha reportado poco - juntó las manos - Es un momento extraño del año para traer a alguien nuevo, los contratos son lo que son - dijo ella - Algo me dice que no son lo que parecen ser.
-¿Quiere que les dé una visita? - Ella sonrió.
-Todavía no. Pero muy pronto.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Fiona no puede morir!!! Quien debe morir es la vieja loca Esther! Fiona es inocente solo una juguete más de esa secta rara
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Ya sabía q Fiona no iba aguantar quizás ni finalizar ese embarazo y morir y ahora las chicas en la mira de esos dementes, la cosa se va a poner fea muy pronto. Saludos cariño
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Ojalá que Fiona no muera y logré escapar con Don de allí 🥺
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Fiona no debe morir porque tal ves ayude a las chicas ha atrapar a todos los asesinos en el pueblo . espero pueda escaparse con el otro chico también
Ice-Man- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 08/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Todo va viento en popa, salvo el mendigo culto tan extraño que hay con los Hoganvillanos y qué clase de monstruo es el que vive en la cueva
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
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Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 36:
Fiona todavía se sentía débil, pero logró terminar sus clases sin incidentes.
Afortunadamente, ninguno de los otros profesores había comentado nada, por lo que suponía que no estaban al tanto de lo que había sucedido. Todos menos Elena. La pelirroja la había buscado a primera hora, asegurándose de que estuviese bien para comenzar con sus oficios.
La chica sonrió al recordar la preocupación de Elena, pero trató de asegurarle que estaba bien. La ojiverde no se lo creyó, pero, ¿qué podía decir?
Se arrastró hacia la cocina. Tenía hambre, pero sabía que no habría mucho para elegir. Abrió la nevera, sorprendida por el gran contenedor en el estante. Levantó la tapa y su estómago gruñó en anticipación. Una de las espesas sopas de carne de Selma. Se preguntaba si Gretchen la había traído, o tal vez Pasha había logrado colarse durante el día. No le importaba. Estaba casi voraz.
Sirvió una porción grande en una olla para calentarla, el aroma era tentador. Su apetito había aumentado en el último mes, pero nunca a este punto. Estaba salivando cuando escogió un trozo de carne de la olla. La mordió sorprendida ... y encantada ... que todavía estaba casi cruda. Sacó la olla de la cocina, sin importarle que no estuviese totalmente climatizada.
Agarró una cuchara, comiendo directamente de la olla como si estuviese muerta de hambre. Captó su reflejo en el metal brillante de la olla, su rostro era como el de una mujer loca mientras tomaba cucharada tras cucharada, el caldo le goteaba por la barbilla y hasta la mesa.
¿Qué me está pasando?
Bajó la cuchara, disgustada consigo misma. Se quedó mirando el sangriento trozo de carne que había estado royendo, arrancándolo como si ella fuera un animal. La carne estaba tan cruda, había sangre corriendo por sus dedos.
Se quedó mirando a la olla de sopa, sin ver nada más que sangre.
Abrió los ojos y apenas pudo llegar a la basura antes de vomitar, vaciando su estómago de la sopa que acababa de consumir. Se dobló de dolor, temerosa de que fue a desmayarse.
Finalmente se apoderó de la encimera, estabilizándose hasta que la oleada de náuseas pasó. Se arrastró hasta el lavabo, todavía asida a la encimera. Giró el grifo, observando el flujo constante durante unos segundos antes de enjuagar su boca. Cerró los ojos y luego se echó agua en el rostro varias veces, tratando de alejar el sangriento escenario de su mente.
"¿Qué me está pasando?"
Fiona todavía se sentía débil, pero logró terminar sus clases sin incidentes.
Afortunadamente, ninguno de los otros profesores había comentado nada, por lo que suponía que no estaban al tanto de lo que había sucedido. Todos menos Elena. La pelirroja la había buscado a primera hora, asegurándose de que estuviese bien para comenzar con sus oficios.
La chica sonrió al recordar la preocupación de Elena, pero trató de asegurarle que estaba bien. La ojiverde no se lo creyó, pero, ¿qué podía decir?
Se arrastró hacia la cocina. Tenía hambre, pero sabía que no habría mucho para elegir. Abrió la nevera, sorprendida por el gran contenedor en el estante. Levantó la tapa y su estómago gruñó en anticipación. Una de las espesas sopas de carne de Selma. Se preguntaba si Gretchen la había traído, o tal vez Pasha había logrado colarse durante el día. No le importaba. Estaba casi voraz.
Sirvió una porción grande en una olla para calentarla, el aroma era tentador. Su apetito había aumentado en el último mes, pero nunca a este punto. Estaba salivando cuando escogió un trozo de carne de la olla. La mordió sorprendida ... y encantada ... que todavía estaba casi cruda. Sacó la olla de la cocina, sin importarle que no estuviese totalmente climatizada.
Agarró una cuchara, comiendo directamente de la olla como si estuviese muerta de hambre. Captó su reflejo en el metal brillante de la olla, su rostro era como el de una mujer loca mientras tomaba cucharada tras cucharada, el caldo le goteaba por la barbilla y hasta la mesa.
¿Qué me está pasando?
Bajó la cuchara, disgustada consigo misma. Se quedó mirando el sangriento trozo de carne que había estado royendo, arrancándolo como si ella fuera un animal. La carne estaba tan cruda, había sangre corriendo por sus dedos.
Se quedó mirando a la olla de sopa, sin ver nada más que sangre.
Abrió los ojos y apenas pudo llegar a la basura antes de vomitar, vaciando su estómago de la sopa que acababa de consumir. Se dobló de dolor, temerosa de que fue a desmayarse.
Finalmente se apoderó de la encimera, estabilizándose hasta que la oleada de náuseas pasó. Se arrastró hasta el lavabo, todavía asida a la encimera. Giró el grifo, observando el flujo constante durante unos segundos antes de enjuagar su boca. Cerró los ojos y luego se echó agua en el rostro varias veces, tratando de alejar el sangriento escenario de su mente.
"¿Qué me está pasando?"
Feliz finde, chicos!! Un abrazo a todos
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Feliz sábado cariño . Pobre Fiona ojalá pueda hacer algo y salvarse aunque esta difícil con esa cosa dentro ya veremos que pasara
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Ya Fiona es un monstro nooooo
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Me da dolor la pobrecita de Fiona 🥺
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 37:
Yulia metió la caja bajo su brazo mientras entraba, cerrando la puerta de un empujón con el codo.
-¿Qué es eso? - Preguntó Lena desde la cocina.
-No estoy segura. Algo de Samir - dijo colocando la caja sobre la mesa - ¿Has hablado con Fiona?
-Muy brevemente - dijo Lena - Se veía mucho mejor, pero aún lucía débil. Me pregunto por qué no dice que está enferma - sonrió - Y sí, he tenido que detenerme a mí misma para no ir y verificarla - Yulia se acercó por detrás, deslizando sus brazos alrededor de la delgada cintura de la pelirroja. Sintió como Lena se relajaba contra ella con un pequeño suspiro. Dado que se han convertido en amantes, la tensión entre ellas había desaparecido por completo. Y así todo el stress de pretender que odiaban esta misión encubierta.
-Déjala en paz. Sabes lo que dijo Marcus - besó un lado del cuello de Lena, luego la soltó, curiosa sobre lo que Samir les había enviado.
-Lo sé. Esperaré para hablar con ella mañana - Lena volvió a cortar el tomate -¿Te importa comer sobras? Hice una ensalada, pero no estaba de humor para cocinar.
-No hay problema - dijo mientras cortaba la caja.
Abrió la tapa, luego retiró el papel de seda. Se quedó mirando fijamente con incredulidad, parpadeando varias veces al darse cuenta de lo que estaba viendo.
-Voy a matarlo - murmuró.
-¿Qué es? - Cerró la tapa rápidamente.
-Nada - Lena se acercó, con las cejas levantadas.
-¿Nada? - Ella vaciló, luego deslizó la caja a lo largo de la mesa hacia ella.
Abrió la tapa, con los ojos muy abiertos.
-¿Esto es lo que creo que es?
-Sí. Y voy a matarlo - dijo la pelinegra, tratando de alcanzar la caja. Lena la agarró la mano y la detuvo.
-Tal vez deberíamos ... probarlo - sugirió mirándola a los ojos con una sonrisa descarada.
-¿Hmmm? - Las rodillas de Yulia se debilitaron mientras se imaginaba haciendo precisamente eso. Jesús.
Lena se movió rozando su cuerpo contra el de Yulia.
-¿Es eso un sí? - Preguntó besando ligeramente a la morena.
-Dios, sí - murmuró Yulia inmediatamente -Sí. Es decir ... si estás segura - agregó mientras sus manos se deslizaban por el cuerpo de Lena. Otro beso, entonces se alejó, dándole a Yulia la caja.
-Te veré en el dormitorio - dijo con un guiño.
Yulia pasó las manos por su cabello, sintiendo como temblaban. Dios.
Abrió la caja nuevamente, mirando el interior. No era como si nunca había usado un falo anteriormente. ¿Pero con Lena? Maldita sea, la mujer nunca dejaba de sorrenderla.
Cuando salió del baño hacia el dormitorio, Lena la estaba esperando.
La sábana se había deslizado hasta su cintura, sus pezones estaban duros por la anticipación. Yulia lamió sus labios y luego tironeó los pantalones cortos que se había colocado para ocultar el falo que estaba atado a ella. Se sintió expuesta, de pie allí bajo la luz. Lena levantó las sábanas, dejando al descubierto su cuerpo desnudo ante los ojos codiciosos de Yulia.
-Ven aquí.
Yulia asintió, caminando lentamente hacia la cama, el falo reclamando atención en el interior de sus pantalones cortos. Se sentía nerviosa y no estaba muy segura de cómo proceder. Lena dejó caer la sabana mientras se ponía de rodillas, extendiendo una mano. Yulia la tomó, sorprendida por la confianza que Lena estaba demostrando. Sintió su excitación mientras sus ojos se encontraban, Lena le hizo señas para que se acercara.
-Vamos a quitarte esto - sugirió Lena, tirando de la camiseta de Yulia hacia arriba y sacándola. Su sujetador le siguió, dejándola desnuda de la cintura para arriba. Su preocupación por la manera en que Lena recibiría esto, se transformó en excitación y tiró de la pelirroja hacia ella, besándola con fuerza. Escuchó el jadeo de ésta cuando sus caderas se encontraron y el bulto en sus pantalones cortos se apretó contra el centro de Lena. La ojiverde se recostó, instando a Yulia para que la siguiera. La morena lo hizo, buscando sus labios nuevamente.
-Lena ... - susurró ella -... ¿estás segura? -Lena sonrió mientras sus manos se deslizaban dentro del pantalón corto, empujándolos hacia abajo. Yulia los echó fuera y cerró los ojos al sentir las manos de su amante en la piel de sus muslos, moviéndose más arriba.
-Nunca he hecho esto - Yulia abrió los ojos, encontrándose con la mirada de Lena.
-Entonces tal vez deberíamos ... - pero sus palabras fueron cortadas cuando la lengua de Lena se deslizó dentro de su boca - Dios, Elena ... - susurró cuando el beso llegó a su fin. Lena estaba debajo de ella, abierta y apetecible.
Yulia se bajó a sí misma, escuchando el gemido de la pelirroja cuando frotó el falo contra ella. No podía creer lo mucho que la quería ... tan desesperadamente.
-¿Me lo dirás si te hago daño? - Lena sonrió nuevamente.
-No imagino que tú me hagas daño - deslizó su mano entre sus cuerpos y se sintió como agarraba el juguete, guiándolo hacia su apertura.
Yulia gimió cuando reconoció lo que Lena estaba haciendo. Se dejó llevar, relajándose mientras presionaba hacia delante, sintiendo como la mano de Lena se alejaba mientras la penetraba.
Se estremeció al darse cuenta que estaba dentro de ella, completamente. Utilizando sus brazos para sostenerse a sí misma, bajó sus caderas, mirando el rostro de la pelirroja, donde era evidente su placer. Sus ojos permanecieron conectados y se detuvo por un momento, sin saber lo qué Lena quería. En respuesta, las manos de la ojiverde fueron hacia sus caderas, ahuecándolas y animándola. Yulia asintió mientras lo sacaba, luego empujó hacia adentro, más profundamente esta vez, sus gemidos se mezclaron con los de Lena mientras la joven se arqueaba contra ella. Se perdió a sí misma en este baile atemporal, llenando a la ojiverde con cada golpe, sintiendo su propia humedad ... su propia excitación ... como respuesta posterior. Ahora su única preocupación era Lena y las manos frenéticas en sus caderas, urgiéndola. Se inclinó más, tomando la boca de la pelirroja en otro acalorado beso,
-Dios, sí - siseó Lena cuando las caderas de Yulia se movían más rápido, el falo se deslizaba con su humedad.
Yulia escuchaba vagamente el crujido de la cama con cada empuje de sus caderas, su ritmo imitando la fuerza de su movimiento. Lena ahora jadeaba, girando su cabeza hacia un lado. Yulia agarraba el muslo de Lena, tirando de él hacia arriba, dándose más espacio. Sus brazos estaban temblando por su peso, pero continuaba. Chocaba contra ella con más y más fuerza, la base del falo golpeaba su clítoris con cada golpe, haciéndola dolorosamente consciente de su propia excitación. Los dedos de Lena se clavaron en sus brazos, sus caderas se arquearon una vez más, encontrándose plenamente con Yulia en su último golpe, gritando cuando su orgasmo la poseyó. Su cuerpo se relajó, sus ojos se abrieron parpadeantes y luego se cerraron.
Yulia se retiró de ella y se dio la vuelta mientras sus brazos cedían. Retiró el falo, yendo con sus dedos hacia su propia humedad, en busca de alivio.
-Permíteme - murmuró la ojiverde mientras se volteaba, sus dedos se deslizaron sobre el clítoris de Yulia. La morena se arqueó y abrió las piernas, dejando que Lena le acariciara. Demasiado pronto su clímax la poseyó, su aliento tembloroso quedó atrapado contra el cuello de la ojiverde mientras ella la abrazaba.
Ambas se quedaron inmóviles, recuperando el aliento. Su piel estaba húmeda por el sudor, al igual que la de Lena. Apartó el cabello del rostro de la pelirroja, mirándola a los ojos.
-Fantástico - respondió Lena a su pregunta no formulada. Se apoyó sobre un codo, moviendo sus dedos perezosamente a través del pecho de Yulia - ¿Quieres que te devuelva el favor? - Yulia tragó saliva y negó con la cabeza.
-No. No, estoy bien - Lena la miró inquisitivamente y Yulia no pudo sostenerle la mirada. Maldita sea - Debes saber a estas alturas que la penetración no es lo mío. Al menos ... no con eso - Lena asintió y Yulia pudo ver las preguntas que se formaban.
-¿Quieres hablar de ello? - Yulia se dio la vuelta.
-No - Cerró los ojos, pero las caricias de Lena nunca vacilaron, sus dedos se deslizaban suavemente sobre su piel.
-Cariño ¿qué edad tenías?
Yulia se mordió el labio, avergonzada de que Lena había adivinado. No debería estar sorprendida. Había hecho alusión a eso ella misma. Nunca le había contado a alguien acerca de ese momento en su vida. Pero quería contarle a Lena. Sentía una conexión ... una cercanía ... con Lena que no había tenido con nadie más. Su mayor temor era si Lena la juzgaría con dureza o no.
-Tenía diez años cuando comenzó - Lena jadeó y sus dedos se quedaron inmóviles. Yulia se volteó para mirarla - Mi hermana era dos años mayor que yo - dijo ella -Trató de detenerlo - Lena la miró a los ojos.
-¿Diez? Dios mío ¿Qué pasó ... qué pasó con tu madre? ¿Estaba allí? ¿Lo sabía? -Yulia asintió.
-Ella sabía. Creo que estaba agradecida de que él la dejara en paz - se inclinó hacia Lena, limpiando una lágrima que se formaba - No llores por mí, Lena. Es demasiado tarde para eso - Lena aclaró su garganta y respiró hondo.
-¿Sabes de que estoy de humor? Una botella de vino.
-¿Si?
-Sí. Estoy aquí. En la cama. Contigo - Lena acarició su rostro suavemente, frotando un dedo sobre sus labios -Quiero saber tu historia. Quiero saber que te hace quién eres, ¿vas a contarme?
-No es una historia bonita - advirtió Yulia.
-No. No creo que lo sea - hizo una pausa - Si no quieres contarme, lo entenderé.
Yulia casi dijo eso precisamente. Esa era una parte de su vida en la que rara vez pensaba. Pero Lena tenía razón. Era lo que la había hecho quién era ¿Quería compartirlo con Lena?
-Está bien. Te voy a contar mi historia.
Lena le sonrió tranquilizadoramente, luego se arrastró fuera de la cama, agarrando sus pantalones cortos y su camisa desechada, caminando desnuda hacia el cuarto de baño. La mirada de Yulia siguió sus movimientos, disfrutando de las suaves curvas y piel suave con un suspiro de satisfacción.
Toda su vida adulta la había pasado en soledad, saltando de cama en cama, de mujer en mujer. Sin sentido. Era todo lo que pensaba podía ofrecer a cualquier persona. El deseo de compartir más, simplemente no estaba allí.
¿Por qué entonces se descubría a sí misma disfrutando de esta felicidad doméstica con Elena? Casi deseaba que esta asignación se prolongara durante un tiempo más. Una vez que todo había terminado, regresarían a la ciudad ... y a sus vidas. Sorprendentemente, era algo que no estaba lista para pensar.
Cuando Lena salió del baño, la morena tomó su turno. Encontró a Lena de vuelta en la cama, apoyada en las almohadas. Una camiseta le cubría esta vez, aunque ... sin brasier ... los ojos de Yulia fueron atraídos por sus pechos y pezones que se dibujaban perfectamente. Lena le sonrió.
-Tranquila, tigre - palmeó la cama junto a ella - Ven - Yulia arqueó una ceja.
-¿Otra vez? - Lena se echó a reír, una risa que hacía que sus ojos bailaran de alegría.
-¿Qué tal si hablamos primero? - Dijo ella sosteniendo un vaso de vino para Yulia.
La ojiazul asintió, desapareciendo la ligereza cuando sus ojos se encontraron. No había nada alegre sobre la historia que estaba a punto de contar. Se recostó junto a Elena, tomando la copa y sosteniéndola suavemente entre sus dedos. Nunca había sido una bebedora de vino. Nunca había pensado mucho en el vino anteriormente.
Lena, sin embargo, estaba bien versada y conocía muy bien que vino era apropiado para cada ocasión. Como ahora, sentada en la cama, con Yulia a punto de contarle los horrores de su infancia. Un vino color rojo oscuro para la ocasión. Yulia ni siquiera pretendía saber qué tipo de vino era. Tomó un sorbo y luego otro. Lena esperó en silencio a su lado.
-Mi hermana y yo compartíamos una habitación - dijo ella - Kristina era dos años mayor que yo - se encogió de hombros - Nunca supe que él solía visitarla durante las noches - le dio una media sonrisa - Esa era la palabra que usábamos. 'Visita'. En fin, su temperamento era legendario. Mi madre, bueno, ella llevaba su ración de golpes. Él llegaba tarde a casa, oliendo a whisky y se quejaba de que la cena no estuviese sobre la mesa - Yulia la miró - Por supuesto, todos comíamos temprano, a la hora normal. Ella siempre tenía un plato para él. A veces era lo suficientemente bueno. La mayoría de las veces. Otras veces, estrellaba el plato contra la pared y la golpeaba un par de veces - por no ser una buena esposa. Hacía que ella cocinara nuevamente algo para él.
-¿Dónde estabas?
-Oh, diablos, estábamos escondidas, esperando que no nos viera. Creo que a veces olvidaba que estábamos allí. Si él estaba en uno de sus estados de ánimo y le daba palizas a ella, si nos veía, también ganábamos una paliza.
-Oh, cariño - susurró Lena.
-Simplemente era con lo que vivía. Hasta esa primera vez que vino a mi cama. No tenía ni idea de lo que estaba pasando. Teníamos dos camas allí, Kris saltó de su cama y comenzó a golpearlo, diciéndole que me dejara en paz. Yo estaba asustada de muerte y él la lanzó por la habitación como si fuera un muñeco de trapo - Yulia se detuvo ante el recuerdo borroso de aquella noche. Podía ver a Kristina viniendo a su defensa, recordaba el sonido de su pequeño cuerpo golpeando la pared, podía ver como Kristina caía. Recordaba a su padre tirando de sus bragas. Aparte de eso, sólo recordaba el dolor ... y la vergüenza. Sacudió su cabeza, aclarándola - En fin, después de eso, cada vez que entraba en nuestra habitación, era como, si rogaras que no fueses tú quien escogiera esa noche, sin embargo, casi deseabas que lo fueras - tragó y respiró hondo - Escuchar como él violaba a Kristina era peor que si me lo estuviese haciendo a mí.
La mano de la pelirroja acariciaba su muslo de arriba hacia abajo, con su cabeza ligeramente apoyada en su hombro. Sólo podía imaginar los pensamientos que pasan por la mente de Lena. Se dio la vuelta, viendo las relucientes lágrimas en los ojos de la pelirroja.
-¿Quieres que me detenga? - Lena negó con la cabeza y apretó su muslo.
-Quiero saber -, susurró. Yulia asintió, con la intención de contarle todo.
-Eso se prolongó durante los siguientes tres años, hasta que Kristina quedó embarazada. Tenía quince años entonces.
-Jesús - murmuró Lena.
-Mi madre ni siquiera sabía. Kris me hizo prometer que no le diría a nadie. Pero entonces estaba comenzando a notarse y tenía que hacer algo. Me dijo que se ocuparía de ello. Así que una mañana mientras nos preparábamos para la escuela ella comenzó una discusión con él. Ni siquiera recuerdo por qué. Él le dio una bofetada, como una advertencia para que se callara. Pero no lo hizo. Ella siguió provocándolo. Yo estaba escondida en la habitación, mirando por la rendija de la puerta. Nuestra madre estaba en la cocina, preparando el desayuno como si nada estuviese pasando. En fin, él la golpeó muy bien, rompiendo su labio. Y como de costumbre después de una paliza, nuestra madre buscaba el maquillaje para ocultar los moretones. Esa mañana no fue diferente. Cuando entramos en la escuela, nos metimos en una tienda y Kris se lavó el rostro,se quitó todo el maquillaje - Yulia miró a Lena - Tenía la huella perfecta de una mano en la mejilla.
-¿Kristina esperaba que alguien se enterara?
-Sí. Ella estaba en la secundaria. Yo todavía estaba en la primaria. Cuando llegamos a mi escuela, me dijo que la verdad saldría ese día. Ella dijo: 'Cuando vengan y te busquen haciendo preguntas, diles la verdad' - Yulia respiró profundamente - Tenía miedo. Tenía miedo de lo que él haría con nosotras, ya sabes.
-¿Y vinieron? - Yulia asintió.
-Kris le contó todo a su consejero de la escuela - Yulia la miró - Todo. Así que cuando me llamaron, había una mujer policía allí. Al principio, pensé, mierda, ahora estamos realmente en problemas - dijo sonriendo.
Había sido tan ingenua en ese momento. No inocente, no. Pero recordó su miedo en ese entonces, el temor de que la policía simplemente le llevara a su casa con su padre.
-¿Pero les dijiste?
-Sí. Recuerdo lo sorprendidos que estaban todos, cuan horrorizados - se volvió hacia Lena - Esa era nuestra vida. Eso era con lo que nos topamos a diario. Ya no era una sorpresa para nosotras. Simplemente así era nuestra vida.
Lena tomó la copa de vino que ella había olvidado, bebiendo lo que Yulia había dejado. La morena notó que las manos de Lena estaban temblando. Se preguntaba qué pensaba de todo.
¿Estaría asqueada? Seguro. ¿Se apartaría de ella como lo han hecho sus amigos en aquel entonces? ¿Como si fuesen leprosas? ¿Cómo si tuviesen una enfermedad? Lena entrelazó sus manos juntándolas, levantándola para poder besar los nudillos de Yulia. Dejó escapar un suspiro profundo.
-¿Qué pasó entonces?
Yulia miró sus manos entrelazadas, complacida por el contacto. Apretó los dedos de Lena un poco más fuerte antes de continuar.
-Me llevaron hasta la secundaria y llamaron a nuestra madre. Ella ... ella lo negó todo, dijo que estábamos inventándolo todo sólo para llamar la atención.
La morena hizo una pausa, recordando el desafío en el rostro de Kristina mientras permanecía de pie, levantando su camiseta y señalando su vientre. '¿Estoy inventando esto?' Sonrió ante el recuerdo. Su madre había sido sorprendida quedando sin palabras.
-¿Por qué lo negaría? ¿Esa no era su oportunidad de alejarse de él?
-Estaba asustada. Tenía miedo de los golpes que recibiría cuando él se enterara - se recostó contra las almohadas, sin soltar la mano de Lena -Para resumir, nos llevaron a un refugio, a mí y a Kristina. Nuestra madre era tan culpable como nuestro padre.
-¿Prisión?
-Eventualmente, sí. El hijo de puta obtuvo veinte años. Ella obtuvo ocho.
-¿La has visto?
-Una vez. Me encontró cuando salió. Yo estaba empezando en la academia. En el Departamento de Policía, no en la KGB -, contestó a la pregunta silenciosa de Lena - Le dije que no me contactara nunca más. No quería tener nada que ver con ella - se encogió de hombros - Y no lo ha hecho.
-¿Y tu hermana? - Yulia cerró sus ojos por un momento, imaginando el rostro de Kristina.
-Nos fuimos a vivir con mi tía. Ella era todo lo contrario a nuestra madre. Una bonita casa, un buen trabajo. Estaba divorciada y no tenía hijos. Nos acogió y nos dio un lugar estable donde vivir. Pero Kris ... Kristina no pudo hacerlo - entonces miró a Lena - El embarazo, quiero decir. Ella se suicidó.
-Oh, Dios, cariño. Lo siento tanto - murmuró Lena, sus dedos se apretaron alrededor de la mano de Yulia.
-Dejó una nota para mí. Fue breve, al grano. Muy sincera - dijo ella. No mencionó que todavía tenía la nota, que todavía la leía de vez en cuando. Tragó saliva, sus palabras salieron con dificultad mientras la recitaba: - Te amo, Yulia. Nunca olvides eso. Haz algo bueno de tu vida. Ayuda a los niños. Niños como nosotras. Pero no puedo hacer esto. No puedo traer un niño al mundo, no uno que fue engendrado por ese monstruo. No voy a hacerlo - se encontró con los ojos de Lena notando lágrimas en ellos - Eso fue todo. Esa fue la nota. Ella se subió a un árbol y se ahorcó - dijo simplemente.
-Oh, bebé, ¿tú la encontraste? - Yulia negó con la cabeza.
-No. Mi tía lo hizo. Ya había leído la nota. Lo supe - Lena se acercó, acariciando suavemente con sus dedos la frente de Yulia, apartando su cabello de su rostro.
-Todo eso, por eso cuando son niños ¿te afecta? - Yulia asintió.
-Al principio, su nota me derrumbó. Quiero decir, nosotras fuimos engendradas por ese monstruo. Pero no la culpé. Traté de hacer lo que ella dijo. Pensé que tal vez podría ser una consejera de escuela, como la que nos ayudó. O tal vez una trabajadora social o algo así - sonrió - Descubrí que la universidad no era lo mío. Obtuve mi diploma, pero la perspectiva de finalizar era demasiado desalentadora. Me aceptaron en la academia, así que me salí de la universidad.
Estaba casi avergonzada por ese hecho, consciente de que Lena no sólo había terminado, sino que también había ido a la escuela de leyes.
-La universidad no es para todos - dijo Lena - Te convertiste en una persona maravillosa, Yulia. Tu hermana se sentiría orgullosa ¿no lo crees?
-Creo que ... sí, tal vez - dijo ella. Lena se acercó aún más y la besó suavemente.
-¿Ves a tu tía todavía? - Yulia asintió.
-No tanto como debería, pero sí, hablamos. Ahora está casada. Suelo pasar por allí en Acción de Gracias y ceno con ellos - se apoyó en Lena, permitiendo que la ojiverde la abrazara mientras se acomodaban en las almohadas nuevamente.
Cerró sus ojos, los suaves dedos de Lena acariciaban su piel de ida y de vuelta adormeciéndola a un estado relajado, su mente se liberaba a sí misma de esas imágenes de tanto tiempo atrás. La vulnerabilidad que experimentaron al recordar esos momentos en su vida ahora se han ido. Si era el hecho de que estaba más vieja ... y más sabia ... o simplemente que ahora lo aceptaba, no lo sabía. Fuese lo que fue, se sintió en paz con todo.
Abrió sus ojos, descubriendo que Lena la observaba. No había ninguna señal de juicio, ni de asco o de repulsión. Sólo un toque de tristeza, nada más. Detuvo la mano que aún se movía perezosamente a lo largo de su brazo, llevándola hacia su boca y la besó suavemente.
-Gracias
Capítulo sad pero inevitable...
Yulia metió la caja bajo su brazo mientras entraba, cerrando la puerta de un empujón con el codo.
-¿Qué es eso? - Preguntó Lena desde la cocina.
-No estoy segura. Algo de Samir - dijo colocando la caja sobre la mesa - ¿Has hablado con Fiona?
-Muy brevemente - dijo Lena - Se veía mucho mejor, pero aún lucía débil. Me pregunto por qué no dice que está enferma - sonrió - Y sí, he tenido que detenerme a mí misma para no ir y verificarla - Yulia se acercó por detrás, deslizando sus brazos alrededor de la delgada cintura de la pelirroja. Sintió como Lena se relajaba contra ella con un pequeño suspiro. Dado que se han convertido en amantes, la tensión entre ellas había desaparecido por completo. Y así todo el stress de pretender que odiaban esta misión encubierta.
-Déjala en paz. Sabes lo que dijo Marcus - besó un lado del cuello de Lena, luego la soltó, curiosa sobre lo que Samir les había enviado.
-Lo sé. Esperaré para hablar con ella mañana - Lena volvió a cortar el tomate -¿Te importa comer sobras? Hice una ensalada, pero no estaba de humor para cocinar.
-No hay problema - dijo mientras cortaba la caja.
Abrió la tapa, luego retiró el papel de seda. Se quedó mirando fijamente con incredulidad, parpadeando varias veces al darse cuenta de lo que estaba viendo.
-Voy a matarlo - murmuró.
-¿Qué es? - Cerró la tapa rápidamente.
-Nada - Lena se acercó, con las cejas levantadas.
-¿Nada? - Ella vaciló, luego deslizó la caja a lo largo de la mesa hacia ella.
Abrió la tapa, con los ojos muy abiertos.
-¿Esto es lo que creo que es?
-Sí. Y voy a matarlo - dijo la pelinegra, tratando de alcanzar la caja. Lena la agarró la mano y la detuvo.
-Tal vez deberíamos ... probarlo - sugirió mirándola a los ojos con una sonrisa descarada.
-¿Hmmm? - Las rodillas de Yulia se debilitaron mientras se imaginaba haciendo precisamente eso. Jesús.
Lena se movió rozando su cuerpo contra el de Yulia.
-¿Es eso un sí? - Preguntó besando ligeramente a la morena.
-Dios, sí - murmuró Yulia inmediatamente -Sí. Es decir ... si estás segura - agregó mientras sus manos se deslizaban por el cuerpo de Lena. Otro beso, entonces se alejó, dándole a Yulia la caja.
-Te veré en el dormitorio - dijo con un guiño.
Yulia pasó las manos por su cabello, sintiendo como temblaban. Dios.
Abrió la caja nuevamente, mirando el interior. No era como si nunca había usado un falo anteriormente. ¿Pero con Lena? Maldita sea, la mujer nunca dejaba de sorrenderla.
Cuando salió del baño hacia el dormitorio, Lena la estaba esperando.
La sábana se había deslizado hasta su cintura, sus pezones estaban duros por la anticipación. Yulia lamió sus labios y luego tironeó los pantalones cortos que se había colocado para ocultar el falo que estaba atado a ella. Se sintió expuesta, de pie allí bajo la luz. Lena levantó las sábanas, dejando al descubierto su cuerpo desnudo ante los ojos codiciosos de Yulia.
-Ven aquí.
Yulia asintió, caminando lentamente hacia la cama, el falo reclamando atención en el interior de sus pantalones cortos. Se sentía nerviosa y no estaba muy segura de cómo proceder. Lena dejó caer la sabana mientras se ponía de rodillas, extendiendo una mano. Yulia la tomó, sorprendida por la confianza que Lena estaba demostrando. Sintió su excitación mientras sus ojos se encontraban, Lena le hizo señas para que se acercara.
-Vamos a quitarte esto - sugirió Lena, tirando de la camiseta de Yulia hacia arriba y sacándola. Su sujetador le siguió, dejándola desnuda de la cintura para arriba. Su preocupación por la manera en que Lena recibiría esto, se transformó en excitación y tiró de la pelirroja hacia ella, besándola con fuerza. Escuchó el jadeo de ésta cuando sus caderas se encontraron y el bulto en sus pantalones cortos se apretó contra el centro de Lena. La ojiverde se recostó, instando a Yulia para que la siguiera. La morena lo hizo, buscando sus labios nuevamente.
-Lena ... - susurró ella -... ¿estás segura? -Lena sonrió mientras sus manos se deslizaban dentro del pantalón corto, empujándolos hacia abajo. Yulia los echó fuera y cerró los ojos al sentir las manos de su amante en la piel de sus muslos, moviéndose más arriba.
-Nunca he hecho esto - Yulia abrió los ojos, encontrándose con la mirada de Lena.
-Entonces tal vez deberíamos ... - pero sus palabras fueron cortadas cuando la lengua de Lena se deslizó dentro de su boca - Dios, Elena ... - susurró cuando el beso llegó a su fin. Lena estaba debajo de ella, abierta y apetecible.
Yulia se bajó a sí misma, escuchando el gemido de la pelirroja cuando frotó el falo contra ella. No podía creer lo mucho que la quería ... tan desesperadamente.
-¿Me lo dirás si te hago daño? - Lena sonrió nuevamente.
-No imagino que tú me hagas daño - deslizó su mano entre sus cuerpos y se sintió como agarraba el juguete, guiándolo hacia su apertura.
Yulia gimió cuando reconoció lo que Lena estaba haciendo. Se dejó llevar, relajándose mientras presionaba hacia delante, sintiendo como la mano de Lena se alejaba mientras la penetraba.
Se estremeció al darse cuenta que estaba dentro de ella, completamente. Utilizando sus brazos para sostenerse a sí misma, bajó sus caderas, mirando el rostro de la pelirroja, donde era evidente su placer. Sus ojos permanecieron conectados y se detuvo por un momento, sin saber lo qué Lena quería. En respuesta, las manos de la ojiverde fueron hacia sus caderas, ahuecándolas y animándola. Yulia asintió mientras lo sacaba, luego empujó hacia adentro, más profundamente esta vez, sus gemidos se mezclaron con los de Lena mientras la joven se arqueaba contra ella. Se perdió a sí misma en este baile atemporal, llenando a la ojiverde con cada golpe, sintiendo su propia humedad ... su propia excitación ... como respuesta posterior. Ahora su única preocupación era Lena y las manos frenéticas en sus caderas, urgiéndola. Se inclinó más, tomando la boca de la pelirroja en otro acalorado beso,
-Dios, sí - siseó Lena cuando las caderas de Yulia se movían más rápido, el falo se deslizaba con su humedad.
Yulia escuchaba vagamente el crujido de la cama con cada empuje de sus caderas, su ritmo imitando la fuerza de su movimiento. Lena ahora jadeaba, girando su cabeza hacia un lado. Yulia agarraba el muslo de Lena, tirando de él hacia arriba, dándose más espacio. Sus brazos estaban temblando por su peso, pero continuaba. Chocaba contra ella con más y más fuerza, la base del falo golpeaba su clítoris con cada golpe, haciéndola dolorosamente consciente de su propia excitación. Los dedos de Lena se clavaron en sus brazos, sus caderas se arquearon una vez más, encontrándose plenamente con Yulia en su último golpe, gritando cuando su orgasmo la poseyó. Su cuerpo se relajó, sus ojos se abrieron parpadeantes y luego se cerraron.
Yulia se retiró de ella y se dio la vuelta mientras sus brazos cedían. Retiró el falo, yendo con sus dedos hacia su propia humedad, en busca de alivio.
-Permíteme - murmuró la ojiverde mientras se volteaba, sus dedos se deslizaron sobre el clítoris de Yulia. La morena se arqueó y abrió las piernas, dejando que Lena le acariciara. Demasiado pronto su clímax la poseyó, su aliento tembloroso quedó atrapado contra el cuello de la ojiverde mientras ella la abrazaba.
Ambas se quedaron inmóviles, recuperando el aliento. Su piel estaba húmeda por el sudor, al igual que la de Lena. Apartó el cabello del rostro de la pelirroja, mirándola a los ojos.
-Fantástico - respondió Lena a su pregunta no formulada. Se apoyó sobre un codo, moviendo sus dedos perezosamente a través del pecho de Yulia - ¿Quieres que te devuelva el favor? - Yulia tragó saliva y negó con la cabeza.
-No. No, estoy bien - Lena la miró inquisitivamente y Yulia no pudo sostenerle la mirada. Maldita sea - Debes saber a estas alturas que la penetración no es lo mío. Al menos ... no con eso - Lena asintió y Yulia pudo ver las preguntas que se formaban.
-¿Quieres hablar de ello? - Yulia se dio la vuelta.
-No - Cerró los ojos, pero las caricias de Lena nunca vacilaron, sus dedos se deslizaban suavemente sobre su piel.
-Cariño ¿qué edad tenías?
Yulia se mordió el labio, avergonzada de que Lena había adivinado. No debería estar sorprendida. Había hecho alusión a eso ella misma. Nunca le había contado a alguien acerca de ese momento en su vida. Pero quería contarle a Lena. Sentía una conexión ... una cercanía ... con Lena que no había tenido con nadie más. Su mayor temor era si Lena la juzgaría con dureza o no.
-Tenía diez años cuando comenzó - Lena jadeó y sus dedos se quedaron inmóviles. Yulia se volteó para mirarla - Mi hermana era dos años mayor que yo - dijo ella -Trató de detenerlo - Lena la miró a los ojos.
-¿Diez? Dios mío ¿Qué pasó ... qué pasó con tu madre? ¿Estaba allí? ¿Lo sabía? -Yulia asintió.
-Ella sabía. Creo que estaba agradecida de que él la dejara en paz - se inclinó hacia Lena, limpiando una lágrima que se formaba - No llores por mí, Lena. Es demasiado tarde para eso - Lena aclaró su garganta y respiró hondo.
-¿Sabes de que estoy de humor? Una botella de vino.
-¿Si?
-Sí. Estoy aquí. En la cama. Contigo - Lena acarició su rostro suavemente, frotando un dedo sobre sus labios -Quiero saber tu historia. Quiero saber que te hace quién eres, ¿vas a contarme?
-No es una historia bonita - advirtió Yulia.
-No. No creo que lo sea - hizo una pausa - Si no quieres contarme, lo entenderé.
Yulia casi dijo eso precisamente. Esa era una parte de su vida en la que rara vez pensaba. Pero Lena tenía razón. Era lo que la había hecho quién era ¿Quería compartirlo con Lena?
-Está bien. Te voy a contar mi historia.
Lena le sonrió tranquilizadoramente, luego se arrastró fuera de la cama, agarrando sus pantalones cortos y su camisa desechada, caminando desnuda hacia el cuarto de baño. La mirada de Yulia siguió sus movimientos, disfrutando de las suaves curvas y piel suave con un suspiro de satisfacción.
Toda su vida adulta la había pasado en soledad, saltando de cama en cama, de mujer en mujer. Sin sentido. Era todo lo que pensaba podía ofrecer a cualquier persona. El deseo de compartir más, simplemente no estaba allí.
¿Por qué entonces se descubría a sí misma disfrutando de esta felicidad doméstica con Elena? Casi deseaba que esta asignación se prolongara durante un tiempo más. Una vez que todo había terminado, regresarían a la ciudad ... y a sus vidas. Sorprendentemente, era algo que no estaba lista para pensar.
Cuando Lena salió del baño, la morena tomó su turno. Encontró a Lena de vuelta en la cama, apoyada en las almohadas. Una camiseta le cubría esta vez, aunque ... sin brasier ... los ojos de Yulia fueron atraídos por sus pechos y pezones que se dibujaban perfectamente. Lena le sonrió.
-Tranquila, tigre - palmeó la cama junto a ella - Ven - Yulia arqueó una ceja.
-¿Otra vez? - Lena se echó a reír, una risa que hacía que sus ojos bailaran de alegría.
-¿Qué tal si hablamos primero? - Dijo ella sosteniendo un vaso de vino para Yulia.
La ojiazul asintió, desapareciendo la ligereza cuando sus ojos se encontraron. No había nada alegre sobre la historia que estaba a punto de contar. Se recostó junto a Elena, tomando la copa y sosteniéndola suavemente entre sus dedos. Nunca había sido una bebedora de vino. Nunca había pensado mucho en el vino anteriormente.
Lena, sin embargo, estaba bien versada y conocía muy bien que vino era apropiado para cada ocasión. Como ahora, sentada en la cama, con Yulia a punto de contarle los horrores de su infancia. Un vino color rojo oscuro para la ocasión. Yulia ni siquiera pretendía saber qué tipo de vino era. Tomó un sorbo y luego otro. Lena esperó en silencio a su lado.
-Mi hermana y yo compartíamos una habitación - dijo ella - Kristina era dos años mayor que yo - se encogió de hombros - Nunca supe que él solía visitarla durante las noches - le dio una media sonrisa - Esa era la palabra que usábamos. 'Visita'. En fin, su temperamento era legendario. Mi madre, bueno, ella llevaba su ración de golpes. Él llegaba tarde a casa, oliendo a whisky y se quejaba de que la cena no estuviese sobre la mesa - Yulia la miró - Por supuesto, todos comíamos temprano, a la hora normal. Ella siempre tenía un plato para él. A veces era lo suficientemente bueno. La mayoría de las veces. Otras veces, estrellaba el plato contra la pared y la golpeaba un par de veces - por no ser una buena esposa. Hacía que ella cocinara nuevamente algo para él.
-¿Dónde estabas?
-Oh, diablos, estábamos escondidas, esperando que no nos viera. Creo que a veces olvidaba que estábamos allí. Si él estaba en uno de sus estados de ánimo y le daba palizas a ella, si nos veía, también ganábamos una paliza.
-Oh, cariño - susurró Lena.
-Simplemente era con lo que vivía. Hasta esa primera vez que vino a mi cama. No tenía ni idea de lo que estaba pasando. Teníamos dos camas allí, Kris saltó de su cama y comenzó a golpearlo, diciéndole que me dejara en paz. Yo estaba asustada de muerte y él la lanzó por la habitación como si fuera un muñeco de trapo - Yulia se detuvo ante el recuerdo borroso de aquella noche. Podía ver a Kristina viniendo a su defensa, recordaba el sonido de su pequeño cuerpo golpeando la pared, podía ver como Kristina caía. Recordaba a su padre tirando de sus bragas. Aparte de eso, sólo recordaba el dolor ... y la vergüenza. Sacudió su cabeza, aclarándola - En fin, después de eso, cada vez que entraba en nuestra habitación, era como, si rogaras que no fueses tú quien escogiera esa noche, sin embargo, casi deseabas que lo fueras - tragó y respiró hondo - Escuchar como él violaba a Kristina era peor que si me lo estuviese haciendo a mí.
La mano de la pelirroja acariciaba su muslo de arriba hacia abajo, con su cabeza ligeramente apoyada en su hombro. Sólo podía imaginar los pensamientos que pasan por la mente de Lena. Se dio la vuelta, viendo las relucientes lágrimas en los ojos de la pelirroja.
-¿Quieres que me detenga? - Lena negó con la cabeza y apretó su muslo.
-Quiero saber -, susurró. Yulia asintió, con la intención de contarle todo.
-Eso se prolongó durante los siguientes tres años, hasta que Kristina quedó embarazada. Tenía quince años entonces.
-Jesús - murmuró Lena.
-Mi madre ni siquiera sabía. Kris me hizo prometer que no le diría a nadie. Pero entonces estaba comenzando a notarse y tenía que hacer algo. Me dijo que se ocuparía de ello. Así que una mañana mientras nos preparábamos para la escuela ella comenzó una discusión con él. Ni siquiera recuerdo por qué. Él le dio una bofetada, como una advertencia para que se callara. Pero no lo hizo. Ella siguió provocándolo. Yo estaba escondida en la habitación, mirando por la rendija de la puerta. Nuestra madre estaba en la cocina, preparando el desayuno como si nada estuviese pasando. En fin, él la golpeó muy bien, rompiendo su labio. Y como de costumbre después de una paliza, nuestra madre buscaba el maquillaje para ocultar los moretones. Esa mañana no fue diferente. Cuando entramos en la escuela, nos metimos en una tienda y Kris se lavó el rostro,se quitó todo el maquillaje - Yulia miró a Lena - Tenía la huella perfecta de una mano en la mejilla.
-¿Kristina esperaba que alguien se enterara?
-Sí. Ella estaba en la secundaria. Yo todavía estaba en la primaria. Cuando llegamos a mi escuela, me dijo que la verdad saldría ese día. Ella dijo: 'Cuando vengan y te busquen haciendo preguntas, diles la verdad' - Yulia respiró profundamente - Tenía miedo. Tenía miedo de lo que él haría con nosotras, ya sabes.
-¿Y vinieron? - Yulia asintió.
-Kris le contó todo a su consejero de la escuela - Yulia la miró - Todo. Así que cuando me llamaron, había una mujer policía allí. Al principio, pensé, mierda, ahora estamos realmente en problemas - dijo sonriendo.
Había sido tan ingenua en ese momento. No inocente, no. Pero recordó su miedo en ese entonces, el temor de que la policía simplemente le llevara a su casa con su padre.
-¿Pero les dijiste?
-Sí. Recuerdo lo sorprendidos que estaban todos, cuan horrorizados - se volvió hacia Lena - Esa era nuestra vida. Eso era con lo que nos topamos a diario. Ya no era una sorpresa para nosotras. Simplemente así era nuestra vida.
Lena tomó la copa de vino que ella había olvidado, bebiendo lo que Yulia había dejado. La morena notó que las manos de Lena estaban temblando. Se preguntaba qué pensaba de todo.
¿Estaría asqueada? Seguro. ¿Se apartaría de ella como lo han hecho sus amigos en aquel entonces? ¿Como si fuesen leprosas? ¿Cómo si tuviesen una enfermedad? Lena entrelazó sus manos juntándolas, levantándola para poder besar los nudillos de Yulia. Dejó escapar un suspiro profundo.
-¿Qué pasó entonces?
Yulia miró sus manos entrelazadas, complacida por el contacto. Apretó los dedos de Lena un poco más fuerte antes de continuar.
-Me llevaron hasta la secundaria y llamaron a nuestra madre. Ella ... ella lo negó todo, dijo que estábamos inventándolo todo sólo para llamar la atención.
La morena hizo una pausa, recordando el desafío en el rostro de Kristina mientras permanecía de pie, levantando su camiseta y señalando su vientre. '¿Estoy inventando esto?' Sonrió ante el recuerdo. Su madre había sido sorprendida quedando sin palabras.
-¿Por qué lo negaría? ¿Esa no era su oportunidad de alejarse de él?
-Estaba asustada. Tenía miedo de los golpes que recibiría cuando él se enterara - se recostó contra las almohadas, sin soltar la mano de Lena -Para resumir, nos llevaron a un refugio, a mí y a Kristina. Nuestra madre era tan culpable como nuestro padre.
-¿Prisión?
-Eventualmente, sí. El hijo de puta obtuvo veinte años. Ella obtuvo ocho.
-¿La has visto?
-Una vez. Me encontró cuando salió. Yo estaba empezando en la academia. En el Departamento de Policía, no en la KGB -, contestó a la pregunta silenciosa de Lena - Le dije que no me contactara nunca más. No quería tener nada que ver con ella - se encogió de hombros - Y no lo ha hecho.
-¿Y tu hermana? - Yulia cerró sus ojos por un momento, imaginando el rostro de Kristina.
-Nos fuimos a vivir con mi tía. Ella era todo lo contrario a nuestra madre. Una bonita casa, un buen trabajo. Estaba divorciada y no tenía hijos. Nos acogió y nos dio un lugar estable donde vivir. Pero Kris ... Kristina no pudo hacerlo - entonces miró a Lena - El embarazo, quiero decir. Ella se suicidó.
-Oh, Dios, cariño. Lo siento tanto - murmuró Lena, sus dedos se apretaron alrededor de la mano de Yulia.
-Dejó una nota para mí. Fue breve, al grano. Muy sincera - dijo ella. No mencionó que todavía tenía la nota, que todavía la leía de vez en cuando. Tragó saliva, sus palabras salieron con dificultad mientras la recitaba: - Te amo, Yulia. Nunca olvides eso. Haz algo bueno de tu vida. Ayuda a los niños. Niños como nosotras. Pero no puedo hacer esto. No puedo traer un niño al mundo, no uno que fue engendrado por ese monstruo. No voy a hacerlo - se encontró con los ojos de Lena notando lágrimas en ellos - Eso fue todo. Esa fue la nota. Ella se subió a un árbol y se ahorcó - dijo simplemente.
-Oh, bebé, ¿tú la encontraste? - Yulia negó con la cabeza.
-No. Mi tía lo hizo. Ya había leído la nota. Lo supe - Lena se acercó, acariciando suavemente con sus dedos la frente de Yulia, apartando su cabello de su rostro.
-Todo eso, por eso cuando son niños ¿te afecta? - Yulia asintió.
-Al principio, su nota me derrumbó. Quiero decir, nosotras fuimos engendradas por ese monstruo. Pero no la culpé. Traté de hacer lo que ella dijo. Pensé que tal vez podría ser una consejera de escuela, como la que nos ayudó. O tal vez una trabajadora social o algo así - sonrió - Descubrí que la universidad no era lo mío. Obtuve mi diploma, pero la perspectiva de finalizar era demasiado desalentadora. Me aceptaron en la academia, así que me salí de la universidad.
Estaba casi avergonzada por ese hecho, consciente de que Lena no sólo había terminado, sino que también había ido a la escuela de leyes.
-La universidad no es para todos - dijo Lena - Te convertiste en una persona maravillosa, Yulia. Tu hermana se sentiría orgullosa ¿no lo crees?
-Creo que ... sí, tal vez - dijo ella. Lena se acercó aún más y la besó suavemente.
-¿Ves a tu tía todavía? - Yulia asintió.
-No tanto como debería, pero sí, hablamos. Ahora está casada. Suelo pasar por allí en Acción de Gracias y ceno con ellos - se apoyó en Lena, permitiendo que la ojiverde la abrazara mientras se acomodaban en las almohadas nuevamente.
Cerró sus ojos, los suaves dedos de Lena acariciaban su piel de ida y de vuelta adormeciéndola a un estado relajado, su mente se liberaba a sí misma de esas imágenes de tanto tiempo atrás. La vulnerabilidad que experimentaron al recordar esos momentos en su vida ahora se han ido. Si era el hecho de que estaba más vieja ... y más sabia ... o simplemente que ahora lo aceptaba, no lo sabía. Fuese lo que fue, se sintió en paz con todo.
Abrió sus ojos, descubriendo que Lena la observaba. No había ninguna señal de juicio, ni de asco o de repulsión. Sólo un toque de tristeza, nada más. Detuvo la mano que aún se movía perezosamente a lo largo de su brazo, llevándola hacia su boca y la besó suavemente.
-Gracias
Capítulo sad pero inevitable...
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Corderito_Agron- Mensajes : 305
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Apesar de que fue un capitulo triste fue muy importante para ellas para hacer mucho más fuerte su conexión y lena entenderla más y julia liberarse de esos demonios y de prejuicios q lena no tiene y ella sola asumía q si. Me gusta que lo de ellas va mucho más fuerte . Saludos cariño
Fati20- Mensajes : 1370
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Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Me imaginé algo así mientras iba leyendo los primeros capítulos... 🥺
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Al igual que Volkatin, también me hice idea de lo que le había pasado a Yulia. Es lamentable pero afortunadamente tiene a Lena par salir adelante, aunque ya lo haya hecho sola
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 38:
Fiona se sentó en su sillón, mientras leía. Era su única forma de entretenimiento ya que madre Hogan había prohibido la televisión. La mayoría de los otros, ni siquiera había visto un televisor. Del rebaño restante, sólo ella, Don y Gretchen habían estado afuera. No sabía nada de Don y Gretchen, pero se había fascinado con la televisión cuando estuvo en la universidad. Cualquier razón que madre Hogan utilizaba para prohibir los televisores, Fiona sabía el verdadero propósito. Tener televisores expondría al rebaño hacia el mundo exterior, influiría en ellos. Sería someterlos a ideas que la mayoría de los que vivían en Hoganville no tenían ni idea, tomando en cuenta lo protegido ... y controlados ... que los mantenía madre Hogan.
De esa manera, no habría perspectivas de ninguno de los otros para salir al exterior. Fiona era la más joven que quedaba. Todos los jóvenes como ella han sido sacrificados por varias razones.
Desobediencia. Sí, algo de lo que nunca había sido acusada. Miró su libro con cariño, sabiendo que Madre Hogan no tenía ni idea de cuántos de ellos había devorado con los años. Era una visitante frecuente de la biblioteca en la universidad. Su único temor era que Gretchen descubriera su pasión por la lectura y la reportara a Madre Hogan. Hasta ahora, había sido capaz de proteger sus sueños, viviendo a través de los personajes de sus libros, permitiéndose escapar de la existencia infernal que había tenido hasta el momento. Sin embargo, era una realidad que había llegado a aceptar.
Sobre todo ahora, pensó, mientras se atrevía a tocar su anormalmente enorme vientre. Oh, pero deseó no haber aceptado. Los eventos del mes pasado le hicieron darse cuenta de lo mucho que realmente quería salir. Las elecciones que había hecho, de las pocas elecciones que en realidad tenía, deseaba poder rehacerlas. Si había sido más fuerte, habría escapado años atrás. Si se hubiera atrevido, podría haber escapado cuando estaba en la universidad.
Suspiró. Sí, sólo si ella se había atrevido. Pero el temor que Madre Hogan le había inculcado entonces era aún más fuerte. Y ahora, por supuesto, ya era demasiado tarde para eso de todos modos.
Un golpe rápido y delicado en la puerta de la cocina la sacó de sus cavilaciones. Ladeó la cabeza para escuchar y el golpe sonó nuevamente.
Frunció el ceño, preguntándose quien estaría en su puerta trasera.
No era Elena. Ella usaría el frente. Quizás Pasha, pero él no se molestaría en llamar. Abrió la puerta, sorprendida al encontrar a Don allí. Al ver que no se había presentado la noche anterior, había asumido que él había cambiado de opinión. No lo habría culpado.
-¿Estás sola? - Susurró él. Ella asintió con la cabeza.
-Sí, estoy sola ¿Está todo bien? - Preguntó ella, mirando más allá de él en la noche oscura.
-Sí. No pude venir ayer por la noche. Pasha estaba afuera y muy vigilante. No quería arriesgarme - Ella asintió con la cabeza y dio un paso atrás.
-Entra - Él lo hizo y ella cerró la puerta detrás de él. Miró a su alrededor, luego rió con inquietud.
-No me importa decir que estaba un poco nervioso cuando salí - se aclaró la garganta - Está bien, muy nervioso. Incluso puse almohadas en mi cama para que se viera como que si estaba durmiendo - se encogió de hombros - Si Pasha se entera que salí ...
-Sí, lo sé. ¿Viniste por el sendero?
-Sí. Me tomó cerca de media hora a paso rápido - Sus ojos se encontraron.
-En el bosque por la noche, Pasha sería la menor de mis preocupaciones - dijo ella.
-Lo sé. Estaba aterrorizado.
Ella se movió lentamente hacia la sala de estar hacia su sillón, haciendo un gesto hacia el sofá desgastado para que el recién llegado se sentara. Don en vez de sentarse, le ayudó a ella sentarse en su silla.
-Gracias. Cada día se me hace más difícil moverme.
-No puedo creer que estés tan tranquila sobre esto - dijo Don, con sus manos retorciéndose nerviosamente.
-¿Tranquila? Tendrías que haberme visto ayer. Después de tomar la poción, la que Madre Hogan me dijo que tomara dos veces al día, estaba tan hambrienta. Pero sabía que no tendría nada. Excepto por una sopa que me dejaron. Una de Selma, ya sabes. Empecé a comerla como si fuera una loca - hizo una pausa, sólo pensar en ello le daba náuseas - La sopa estaba ensangrentada - dijo ella - Ni siquiera pude notarlo al principio. Estaba lleno de carne cruda y ... sangre - apartó la mirada, aclarando su garganta - Me enfermé. Vomité todo. Y no he tomado su poción en todo el día - lo miró fijamente - ¿Qué crees que haya en ellas? ¿Qué crees que ella mezcle ahí? - Él negó con la cabeza lentamente.
-Ni siquiera podría adivinar. Pero no tomaría nada de lo que me diera - se inclinó hacia delante - Sabes que el rumor es que ella misma envenenó a su madre.
Fiona asintió. Sí, todos han oído ese rumor. A menudo se preguntaba si Madre Hogan lo había empezado ella misma, un medio más para mantener el rebaño bajo su control. A pesar de que no tenía ninguna duda de que podría haber sido cierto.
-Crees que ... bueno ¿crees que haya una posibilidad de que pudiese escapar?
-Sí. Pero vas a necesitar ayuda. Hay alguien en quien confío aquí. Ella te ayudará.
-¿Una maestra?
-Sí. Las dos nuevas. Las que me encontraron la otra noche.
-¿Son nuevas? ¿Y confías en ellas? - Ella asintió con la cabeza.
-Sí. Ellas te ayudarán. Sé que lo harán.
-¿Vendrás conmigo? - Ella cerró los ojos, sintiendo el dolor que comenzaba de nuevo. Oh, cómo desearía poder huir con él.
-No. Sabes que no puedo. Sin embargo, he estado pensando en cómo puedes hacerlo. Estoy seguro que una vez que entre en Hoganville este fin de semana, no va a dejar que nuevamente me vaya. Así que debe ser esta semana - trató de moverse en la silla, pero no pudo. Tomó respiraciones cortas y poco profundas, descubriendo que eso le ayudaba un poco con el dolor - Vendrás aquí el viernes - dijo ella - Temprano. Estarás aquí cuando vaya para la escuela. Iremos juntos - encontró su mirada resuelta -Tenemos que decirles.
-¿Decirles?
-Sí. Todo - Se puso de pie rápidamente.
-Fiona, no podemos - caminó delante de su silla nerviosamente - Sabes lo que pasará. Pasha nos llevará a las cuevas. Nadie regresa de las cuevas.
Su respiración se estaba volviendo laboriosa y se preguntaba si tal vez debió haber tomado la poción de Madre Hogan después de todo. Ella lo miró, viendo el miedo en sus ojos. Extrañamente, ella no sentía nada de eso.
-Vas a lograr salir de aquí ¿recuerdas? - Señaló hacia su vientre - Y no seré enviada a las cuevas. No mientras lleve esto.
-Pero si les decimos, ¿crees que incluso nos crean? A veces no lo creo yo mismo - sacó un pequeño frasco de pastillas del bolsillo.
-Toma - dijo entregándoselo - Casi se me olvida. Es Vicodin. Para el dolor. Supuse que no estarías tomando sus pociones, no después de la otra noche.
-Gracias - se quedó mirando la botella -¿Qué va a hacer esto?
-Va a hacer que sientas sueño. Es posible que desees tomar sólo la mitad de una pastilla ahora - sugirió. El dolor era cada vez peor, pero pensaba que podía mantenerlo a raya un poco más.
-Voy a tomar una pastilla entera antes de acostarme - ella lo miró - Voy a despertar ¿no? - Él sonrió y asintió con la cabeza.
-Sí. Y una ventaja añadida, no ha expirado - sonrió nuevamente, sus pensamientos, obviamente, regresaron a lo que había estado discutiendo - Si les decimos ¿qué pasará con los otros?
-¿El rebaño? - Ella negó con la cabeza -Ellos no podrán funcionar en el exterior, lo sabes ¿Van a ser encarcelados? Madre Hogan será encarcelada. Pasha y su equipo, sí. ¿Pero los otros?
-Ninguno de nosotros éramos participantes en esto, Fiona.
-Tú y yo - dijo ella - Hemos estado afuera. Teníamos conocimiento. Debimos haber hecho algo para evitarlo hace años.
-¿Hacer qué? Los dos conocíamos las consecuencias. Hemos visto lo que le pasa a los que van en contra de madre Hogan - le recordó.
-Sí - y eso también lo había pensado ella ¿Qué pasaría con el rebaño? ¿Con su propia madre? Sabía la respuesta, pero tenía miedo de decirla ¿Le había lavado el cerebro a Don al igual que el resto de ellos? ¿O había sido capaz de bloquearlo, como ella lo había hecho? ¿Era porque tuvieron educación, porque estuvieron afuera, que supo incluso que podrían bloquearlos?
-¿Qué estás pensando?
-Las sesiones - dijo ella - No le permití entrar - golpeó su cabeza - La he bloqueado.
-Roca amarilla - dijo claramente, arqueando una ceja. Ella sonrió.
-Tú la has bloqueado también.
-Sí. La palabra clave de madre para su poción venenosa - se puso de pie nuevamente - Cuando las iniciaciones comenzaron, estaba horrorizado por lo que había planeado para nosotros. Vi a los otros, en trance, todos repitiendo sus palabras. Roca amarilla en el reloj - se rió - Uno pensaría que ella podría haber escogido una mejor frase que esa - Odiaba tener que decirlo, pero era la única opción.
-Tal vez el rebaño deba terminar con esa frase - dijo ella - Ponerle fin a todo de una vez por todas.
-¿Hacer que todos mueran por sus propias manos?
-¿Conoces a alguien que pudiese sobrevivir fuera de los confines de Hoganville? - Lentamente negó con la cabeza. Fiona respiró profundamente sintiéndose más cansada de lo que debería - Vuelve el viernes - dijo - Ahora tienes que irte. No querrás ser atrapado en el bosque - Miró hacia la noche.
-Sí, tengo que darme prisa. No quiero ser confundido con la cena.
Lo dijo con una risa, pero no tenía ninguna duda de que lo decía literalmente.
Fiona se sentó en su sillón, mientras leía. Era su única forma de entretenimiento ya que madre Hogan había prohibido la televisión. La mayoría de los otros, ni siquiera había visto un televisor. Del rebaño restante, sólo ella, Don y Gretchen habían estado afuera. No sabía nada de Don y Gretchen, pero se había fascinado con la televisión cuando estuvo en la universidad. Cualquier razón que madre Hogan utilizaba para prohibir los televisores, Fiona sabía el verdadero propósito. Tener televisores expondría al rebaño hacia el mundo exterior, influiría en ellos. Sería someterlos a ideas que la mayoría de los que vivían en Hoganville no tenían ni idea, tomando en cuenta lo protegido ... y controlados ... que los mantenía madre Hogan.
De esa manera, no habría perspectivas de ninguno de los otros para salir al exterior. Fiona era la más joven que quedaba. Todos los jóvenes como ella han sido sacrificados por varias razones.
Desobediencia. Sí, algo de lo que nunca había sido acusada. Miró su libro con cariño, sabiendo que Madre Hogan no tenía ni idea de cuántos de ellos había devorado con los años. Era una visitante frecuente de la biblioteca en la universidad. Su único temor era que Gretchen descubriera su pasión por la lectura y la reportara a Madre Hogan. Hasta ahora, había sido capaz de proteger sus sueños, viviendo a través de los personajes de sus libros, permitiéndose escapar de la existencia infernal que había tenido hasta el momento. Sin embargo, era una realidad que había llegado a aceptar.
Sobre todo ahora, pensó, mientras se atrevía a tocar su anormalmente enorme vientre. Oh, pero deseó no haber aceptado. Los eventos del mes pasado le hicieron darse cuenta de lo mucho que realmente quería salir. Las elecciones que había hecho, de las pocas elecciones que en realidad tenía, deseaba poder rehacerlas. Si había sido más fuerte, habría escapado años atrás. Si se hubiera atrevido, podría haber escapado cuando estaba en la universidad.
Suspiró. Sí, sólo si ella se había atrevido. Pero el temor que Madre Hogan le había inculcado entonces era aún más fuerte. Y ahora, por supuesto, ya era demasiado tarde para eso de todos modos.
Un golpe rápido y delicado en la puerta de la cocina la sacó de sus cavilaciones. Ladeó la cabeza para escuchar y el golpe sonó nuevamente.
Frunció el ceño, preguntándose quien estaría en su puerta trasera.
No era Elena. Ella usaría el frente. Quizás Pasha, pero él no se molestaría en llamar. Abrió la puerta, sorprendida al encontrar a Don allí. Al ver que no se había presentado la noche anterior, había asumido que él había cambiado de opinión. No lo habría culpado.
-¿Estás sola? - Susurró él. Ella asintió con la cabeza.
-Sí, estoy sola ¿Está todo bien? - Preguntó ella, mirando más allá de él en la noche oscura.
-Sí. No pude venir ayer por la noche. Pasha estaba afuera y muy vigilante. No quería arriesgarme - Ella asintió con la cabeza y dio un paso atrás.
-Entra - Él lo hizo y ella cerró la puerta detrás de él. Miró a su alrededor, luego rió con inquietud.
-No me importa decir que estaba un poco nervioso cuando salí - se aclaró la garganta - Está bien, muy nervioso. Incluso puse almohadas en mi cama para que se viera como que si estaba durmiendo - se encogió de hombros - Si Pasha se entera que salí ...
-Sí, lo sé. ¿Viniste por el sendero?
-Sí. Me tomó cerca de media hora a paso rápido - Sus ojos se encontraron.
-En el bosque por la noche, Pasha sería la menor de mis preocupaciones - dijo ella.
-Lo sé. Estaba aterrorizado.
Ella se movió lentamente hacia la sala de estar hacia su sillón, haciendo un gesto hacia el sofá desgastado para que el recién llegado se sentara. Don en vez de sentarse, le ayudó a ella sentarse en su silla.
-Gracias. Cada día se me hace más difícil moverme.
-No puedo creer que estés tan tranquila sobre esto - dijo Don, con sus manos retorciéndose nerviosamente.
-¿Tranquila? Tendrías que haberme visto ayer. Después de tomar la poción, la que Madre Hogan me dijo que tomara dos veces al día, estaba tan hambrienta. Pero sabía que no tendría nada. Excepto por una sopa que me dejaron. Una de Selma, ya sabes. Empecé a comerla como si fuera una loca - hizo una pausa, sólo pensar en ello le daba náuseas - La sopa estaba ensangrentada - dijo ella - Ni siquiera pude notarlo al principio. Estaba lleno de carne cruda y ... sangre - apartó la mirada, aclarando su garganta - Me enfermé. Vomité todo. Y no he tomado su poción en todo el día - lo miró fijamente - ¿Qué crees que haya en ellas? ¿Qué crees que ella mezcle ahí? - Él negó con la cabeza lentamente.
-Ni siquiera podría adivinar. Pero no tomaría nada de lo que me diera - se inclinó hacia delante - Sabes que el rumor es que ella misma envenenó a su madre.
Fiona asintió. Sí, todos han oído ese rumor. A menudo se preguntaba si Madre Hogan lo había empezado ella misma, un medio más para mantener el rebaño bajo su control. A pesar de que no tenía ninguna duda de que podría haber sido cierto.
-Crees que ... bueno ¿crees que haya una posibilidad de que pudiese escapar?
-Sí. Pero vas a necesitar ayuda. Hay alguien en quien confío aquí. Ella te ayudará.
-¿Una maestra?
-Sí. Las dos nuevas. Las que me encontraron la otra noche.
-¿Son nuevas? ¿Y confías en ellas? - Ella asintió con la cabeza.
-Sí. Ellas te ayudarán. Sé que lo harán.
-¿Vendrás conmigo? - Ella cerró los ojos, sintiendo el dolor que comenzaba de nuevo. Oh, cómo desearía poder huir con él.
-No. Sabes que no puedo. Sin embargo, he estado pensando en cómo puedes hacerlo. Estoy seguro que una vez que entre en Hoganville este fin de semana, no va a dejar que nuevamente me vaya. Así que debe ser esta semana - trató de moverse en la silla, pero no pudo. Tomó respiraciones cortas y poco profundas, descubriendo que eso le ayudaba un poco con el dolor - Vendrás aquí el viernes - dijo ella - Temprano. Estarás aquí cuando vaya para la escuela. Iremos juntos - encontró su mirada resuelta -Tenemos que decirles.
-¿Decirles?
-Sí. Todo - Se puso de pie rápidamente.
-Fiona, no podemos - caminó delante de su silla nerviosamente - Sabes lo que pasará. Pasha nos llevará a las cuevas. Nadie regresa de las cuevas.
Su respiración se estaba volviendo laboriosa y se preguntaba si tal vez debió haber tomado la poción de Madre Hogan después de todo. Ella lo miró, viendo el miedo en sus ojos. Extrañamente, ella no sentía nada de eso.
-Vas a lograr salir de aquí ¿recuerdas? - Señaló hacia su vientre - Y no seré enviada a las cuevas. No mientras lleve esto.
-Pero si les decimos, ¿crees que incluso nos crean? A veces no lo creo yo mismo - sacó un pequeño frasco de pastillas del bolsillo.
-Toma - dijo entregándoselo - Casi se me olvida. Es Vicodin. Para el dolor. Supuse que no estarías tomando sus pociones, no después de la otra noche.
-Gracias - se quedó mirando la botella -¿Qué va a hacer esto?
-Va a hacer que sientas sueño. Es posible que desees tomar sólo la mitad de una pastilla ahora - sugirió. El dolor era cada vez peor, pero pensaba que podía mantenerlo a raya un poco más.
-Voy a tomar una pastilla entera antes de acostarme - ella lo miró - Voy a despertar ¿no? - Él sonrió y asintió con la cabeza.
-Sí. Y una ventaja añadida, no ha expirado - sonrió nuevamente, sus pensamientos, obviamente, regresaron a lo que había estado discutiendo - Si les decimos ¿qué pasará con los otros?
-¿El rebaño? - Ella negó con la cabeza -Ellos no podrán funcionar en el exterior, lo sabes ¿Van a ser encarcelados? Madre Hogan será encarcelada. Pasha y su equipo, sí. ¿Pero los otros?
-Ninguno de nosotros éramos participantes en esto, Fiona.
-Tú y yo - dijo ella - Hemos estado afuera. Teníamos conocimiento. Debimos haber hecho algo para evitarlo hace años.
-¿Hacer qué? Los dos conocíamos las consecuencias. Hemos visto lo que le pasa a los que van en contra de madre Hogan - le recordó.
-Sí - y eso también lo había pensado ella ¿Qué pasaría con el rebaño? ¿Con su propia madre? Sabía la respuesta, pero tenía miedo de decirla ¿Le había lavado el cerebro a Don al igual que el resto de ellos? ¿O había sido capaz de bloquearlo, como ella lo había hecho? ¿Era porque tuvieron educación, porque estuvieron afuera, que supo incluso que podrían bloquearlos?
-¿Qué estás pensando?
-Las sesiones - dijo ella - No le permití entrar - golpeó su cabeza - La he bloqueado.
-Roca amarilla - dijo claramente, arqueando una ceja. Ella sonrió.
-Tú la has bloqueado también.
-Sí. La palabra clave de madre para su poción venenosa - se puso de pie nuevamente - Cuando las iniciaciones comenzaron, estaba horrorizado por lo que había planeado para nosotros. Vi a los otros, en trance, todos repitiendo sus palabras. Roca amarilla en el reloj - se rió - Uno pensaría que ella podría haber escogido una mejor frase que esa - Odiaba tener que decirlo, pero era la única opción.
-Tal vez el rebaño deba terminar con esa frase - dijo ella - Ponerle fin a todo de una vez por todas.
-¿Hacer que todos mueran por sus propias manos?
-¿Conoces a alguien que pudiese sobrevivir fuera de los confines de Hoganville? - Lentamente negó con la cabeza. Fiona respiró profundamente sintiéndose más cansada de lo que debería - Vuelve el viernes - dijo - Ahora tienes que irte. No querrás ser atrapado en el bosque - Miró hacia la noche.
-Sí, tengo que darme prisa. No quiero ser confundido con la cena.
Lo dijo con una risa, pero no tenía ninguna duda de que lo decía literalmente.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Ojalá llegue el viernes y las cosas salgan bien y acaben con eso y a ver si alguien se puede salvar . Saludos cariño
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Esperemos haber que pasa con todo esto y si Fionanu Don pueden escaparse. Saludos
Volkatin_420- Mensajes : 235
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 39:
-Bueno, te ves mejor - dijo Lena mientras ayudaba a Fiona a ocupar la silla.
-Sí. Me siento casi normal - dijo señalando hacia su abultado vientre - Tan normal como puede estar con esto, de todos modos - comenzó a desenvolver su sándwich, pero se detuvo - Todo el mundo está hablando de mí ¿no es así? - Lo más educado por hacer sería mentir, pero Lena no pensaba que Fiona quería eso. Así que asintió.
-Sí. La mayoría están preocupados - dijo ella - Y, por supuesto, algunos están sorprendidos por tu embarazo.
-Sí. Yo también lo estoy - dijo con una pequeña sonrisa - Pero terminará pronto.
-¿Estás ya estás en espera?
-Sí. Pronto - dijo con evasivas.
Lena no la presionó. También estaba preocupada por la salud de Fiona. Aunque, como había dicho, se veía mejor hoy. Pero decidió mantener las cosas ligeras durante su almuerzo y no presionarla.
-Tuve otro regaño de la Sra. Miner - dijo ella - Entró en el gimnasio mientras estábamos haciendo Zumba - Fiona se echó a reír.
-Apuesto a que casi le da un infarto.
-Peor aún. Me hizo una cita con el director Marcus para estudiar mi falta de plan de estudios - La pelirroja se inclinó hacia delante con complicidad - Ella piensa que estoy saboteando la auditoría que está por venir en el otoño - sonrió - Sí, voy a derribar sin ayuda la escuela - Fiona estrechó su mano.
-Oh, se siente tan bien reír. Gracias - Lena asintió, pero se sorprendió cuando Fiona entrelazó sus dedos.
-Realmente me gustas, Elena. Creo ... creo que podríamos haber sido muy buenas amigas - Lena frunció el ceño.
-¿Qué quieres decir con que podríamos haber sido?
-Quiero decir, que me gustaría que no hubiera sido aquí. Me gustaría que hubiera sido en el mundo real - apretó sus dedos - Un lugar diferente, un tiempo diferente.
Lena no estaba segura de lo que quería decir y supuso por la expresión de su rostro que reflejaba sorpresa porque Fiona se echó a reír nuevamente.
-No, no. No me refiero sexualmente - dijo - No como tú y Yulia.
-Oh. Está bien, entonces - dijo Lena dándole una sonrisa de alivio y apretó aún más su agarre cuando Fiona trató de retirar la mano.
-Simplemente siento que contigo, si hubiésemos estado en otro lugar - dijo ella - Podríamos haber sido mejores amigas - Fiona suspiró - Nunca he tenido una mejor amiga - Lena aclaró su garganta.
-Bueno, ahora la tienes.
Volvieron a comer su lunch y Lena se preguntaba qué estaba pasando con Fiona. Parecía diferente. La misma, sin embargo, diferente. Las siguientes palabras de Fiona sólo confirmaron eso.
-¿Crees en los monstruos? - Preguntó en voz baja. Lena asintió.
-Sí, las personas pueden ser monstruos - le guiñó un ojo - Estas estudiantes pueden ser monstruos - Fiona no le devolvió la sonrisa.
-No hablo de las personas. Monstruos reales - Lena apoyó los codos sobre la mesa, estudiándola.
-No lo sé. Leemos acerca de ellos en los libros, están en el cine, pero si existen o no, no estoy segura - vio como las manos de Fiona frotaban su vientre -¿Estás bien? - Preguntó ella. Fiona se levantó la vista rápidamente, la sonrisa en su rostro era forzada.
-Sí. Lo siento. Deben ser mis hormonas - aclaró su garganta - Escucha ¿podrían tú y Yulia venir a casa el viernes luego de la escuela? - Lena asintió.
-Sí, pero tengo que ir a San Agustín al supermercado. A menos que la tienda de comestibles Hogan esté abierta -, bromeó ella. Una vez más Fiona no sonrió.
-No - la miró a los ojos - No vayas allí - Lena estaba confundida por la seriedad de Fiona. Seguramente sabía que ella sólo había estado bromeando.
-Está bien - le tocó el brazo ligeramente -¿Qué pasa?
-Hay alguien que quiero que conozcas, eso es todo - Ante eso, se despertó el interés de Lena.
-¿Alguien especial? - Fiona tomó una respiración profunda, asintiendo con la cabeza.
-Si.
Lena esperó que Fiona se explicara, pero no dijo nada más. Colocó la parte no consumida de su sándwich en la bolsa y se puso de pie, usando la mesa para sostenerse.
-Tengo q...Tengo que volver.
-Está bien - Lena recogió su basura rápidamente, agarrando la de Fiona y tirando todo en un contenedor.
-Solo estoy cansada - dijo la otra chica.
-¿Qué?
-Estás preocupada - Lena se echó a reír.
-¿Se nota? - Fiona la sorprendió tomándola del brazo.
-Gracias por ser mi amiga.
-Si necesitas ayuda, me lo harás saber ¿verdad?
-Por supuesto.
-Porque ... - se detuvo, al ver que Jules se acercaba. Ella sonrió.
-Hola ¿Estás almorzando tarde?
-Oh, no. Es que no te había visto en toda la semana - se volvió hacia Fiona - ¿Cómo te sientes?
-Gorda - dijo ella y todas rieron. Jules se volvió hacia Lena.
-Quería asegurarme de que sabías acerca de la barbacoa el domingo. Es en casa de Val y Emma.
-Está bien ¿Cuál es el tema de esta semana?
-Oh, sin tema. Haremos filetes y un plato de acompañamiento. Dave tiene una parrilla de gas que pondrá en uso - Lena asintió.
-Grandioso. Estaremos allí.
-Las veo más tarde - dijo Jules despidiéndose de ellas.
-Maravilloso - dijo Lena secamente - Filetes. A Yul le encantará eso.
-¿Oh? ¿Y a ti no? - Lena negó con la cabeza.
-Estoy así de cerca ... - dijo sosteniendo su dedo pulgar e índice - ... de ser vegetariana.
-Bueno, te ves mejor - dijo Lena mientras ayudaba a Fiona a ocupar la silla.
-Sí. Me siento casi normal - dijo señalando hacia su abultado vientre - Tan normal como puede estar con esto, de todos modos - comenzó a desenvolver su sándwich, pero se detuvo - Todo el mundo está hablando de mí ¿no es así? - Lo más educado por hacer sería mentir, pero Lena no pensaba que Fiona quería eso. Así que asintió.
-Sí. La mayoría están preocupados - dijo ella - Y, por supuesto, algunos están sorprendidos por tu embarazo.
-Sí. Yo también lo estoy - dijo con una pequeña sonrisa - Pero terminará pronto.
-¿Estás ya estás en espera?
-Sí. Pronto - dijo con evasivas.
Lena no la presionó. También estaba preocupada por la salud de Fiona. Aunque, como había dicho, se veía mejor hoy. Pero decidió mantener las cosas ligeras durante su almuerzo y no presionarla.
-Tuve otro regaño de la Sra. Miner - dijo ella - Entró en el gimnasio mientras estábamos haciendo Zumba - Fiona se echó a reír.
-Apuesto a que casi le da un infarto.
-Peor aún. Me hizo una cita con el director Marcus para estudiar mi falta de plan de estudios - La pelirroja se inclinó hacia delante con complicidad - Ella piensa que estoy saboteando la auditoría que está por venir en el otoño - sonrió - Sí, voy a derribar sin ayuda la escuela - Fiona estrechó su mano.
-Oh, se siente tan bien reír. Gracias - Lena asintió, pero se sorprendió cuando Fiona entrelazó sus dedos.
-Realmente me gustas, Elena. Creo ... creo que podríamos haber sido muy buenas amigas - Lena frunció el ceño.
-¿Qué quieres decir con que podríamos haber sido?
-Quiero decir, que me gustaría que no hubiera sido aquí. Me gustaría que hubiera sido en el mundo real - apretó sus dedos - Un lugar diferente, un tiempo diferente.
Lena no estaba segura de lo que quería decir y supuso por la expresión de su rostro que reflejaba sorpresa porque Fiona se echó a reír nuevamente.
-No, no. No me refiero sexualmente - dijo - No como tú y Yulia.
-Oh. Está bien, entonces - dijo Lena dándole una sonrisa de alivio y apretó aún más su agarre cuando Fiona trató de retirar la mano.
-Simplemente siento que contigo, si hubiésemos estado en otro lugar - dijo ella - Podríamos haber sido mejores amigas - Fiona suspiró - Nunca he tenido una mejor amiga - Lena aclaró su garganta.
-Bueno, ahora la tienes.
Volvieron a comer su lunch y Lena se preguntaba qué estaba pasando con Fiona. Parecía diferente. La misma, sin embargo, diferente. Las siguientes palabras de Fiona sólo confirmaron eso.
-¿Crees en los monstruos? - Preguntó en voz baja. Lena asintió.
-Sí, las personas pueden ser monstruos - le guiñó un ojo - Estas estudiantes pueden ser monstruos - Fiona no le devolvió la sonrisa.
-No hablo de las personas. Monstruos reales - Lena apoyó los codos sobre la mesa, estudiándola.
-No lo sé. Leemos acerca de ellos en los libros, están en el cine, pero si existen o no, no estoy segura - vio como las manos de Fiona frotaban su vientre -¿Estás bien? - Preguntó ella. Fiona se levantó la vista rápidamente, la sonrisa en su rostro era forzada.
-Sí. Lo siento. Deben ser mis hormonas - aclaró su garganta - Escucha ¿podrían tú y Yulia venir a casa el viernes luego de la escuela? - Lena asintió.
-Sí, pero tengo que ir a San Agustín al supermercado. A menos que la tienda de comestibles Hogan esté abierta -, bromeó ella. Una vez más Fiona no sonrió.
-No - la miró a los ojos - No vayas allí - Lena estaba confundida por la seriedad de Fiona. Seguramente sabía que ella sólo había estado bromeando.
-Está bien - le tocó el brazo ligeramente -¿Qué pasa?
-Hay alguien que quiero que conozcas, eso es todo - Ante eso, se despertó el interés de Lena.
-¿Alguien especial? - Fiona tomó una respiración profunda, asintiendo con la cabeza.
-Si.
Lena esperó que Fiona se explicara, pero no dijo nada más. Colocó la parte no consumida de su sándwich en la bolsa y se puso de pie, usando la mesa para sostenerse.
-Tengo q...Tengo que volver.
-Está bien - Lena recogió su basura rápidamente, agarrando la de Fiona y tirando todo en un contenedor.
-Solo estoy cansada - dijo la otra chica.
-¿Qué?
-Estás preocupada - Lena se echó a reír.
-¿Se nota? - Fiona la sorprendió tomándola del brazo.
-Gracias por ser mi amiga.
-Si necesitas ayuda, me lo harás saber ¿verdad?
-Por supuesto.
-Porque ... - se detuvo, al ver que Jules se acercaba. Ella sonrió.
-Hola ¿Estás almorzando tarde?
-Oh, no. Es que no te había visto en toda la semana - se volvió hacia Fiona - ¿Cómo te sientes?
-Gorda - dijo ella y todas rieron. Jules se volvió hacia Lena.
-Quería asegurarme de que sabías acerca de la barbacoa el domingo. Es en casa de Val y Emma.
-Está bien ¿Cuál es el tema de esta semana?
-Oh, sin tema. Haremos filetes y un plato de acompañamiento. Dave tiene una parrilla de gas que pondrá en uso - Lena asintió.
-Grandioso. Estaremos allí.
-Las veo más tarde - dijo Jules despidiéndose de ellas.
-Maravilloso - dijo Lena secamente - Filetes. A Yul le encantará eso.
-¿Oh? ¿Y a ti no? - Lena negó con la cabeza.
-Estoy así de cerca ... - dijo sosteniendo su dedo pulgar e índice - ... de ser vegetariana.
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