MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Me gustaron los capítulos y lena deberia intentarlo con Yulia porque le gusta
Ice-Man- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 08/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 13:
-Mira, hay un coche - dijo Yulia desacelerando cerca de la cafetería - Es la primera vez.
-Está estacionado en la tienda de comestibles. Quizás están abiertos hoy.
-Bueno, la cafetería está abierta por lo menos. Eso es una buena señal - dijo la pelinegra.
Estacionaron delante, explorando el área detrás de la cafetería, en busca de movimiento y no vieron nada. Las casas parecían desiertas.
-Lo más loco que he visto nunca - dijo en voz baja.
-Me siento tonta diciendo esto, pero en realidad estoy asustada - dijo Lena - Es como si los vellos de mi nuca estuviesen en posición firme.
-Sé lo que quieres decir - dijo Yul. También lo sintió, su sexto sentido en acción, la tenían más atenta, ningún detalle se le escapaba. Como las persianas que estaban bajas en la ventana de la tienda de comestibles o el cierre de una puerta por la calle, cualquier sonido que perturbara el silencio. Había ocho personas en la cafetería y todos los pares de ojos se posicionaron en ellas cuando entraron. Incluso la mujer que sostenía el café parecía congelada en su lugar mientras volteaba la cabeza.
Estaba tan tranquilo, que en realidad podía escucharse el tictac de un reloj. Su mirada se posó en la pantalla redonda en la pared, donde la segunda manilla se movía con movimientos espasmódicos. Eran las 09 am Elena fue la primera en recuperar la compostura, quizás su crianza que le dictaba buenos modales. Sonrió a la mujer mientras sacaba una silla.
-Ese café luce muy bien - dijo Lena.
-Vamos a empezar con eso, por favor - Yulia la siguió, sacando la silla frente a ella.
La señora del café finalmente se movió, pero no para llevarles una taza. Se apresuró para regresar hacia la puerta cerrada. ¿La cocina? Los otros, cuatro mujeres y tres hombres, se mantuvieron congelados e inmóviles, su conversación seguía paralizada. Yulia miró a Lena y se encogió de hombros.
La ojiverde, por otra parte, estaba tratando de parecer lo más normal posible. Sonrió, mirando a su alrededor en busca de un menú.
-Me muero de hambre. Estoy pensando en dos huevos, croquetas de patata. Tal vez voy a alardear con el tocino ¿Qué hay de ti?
-Tortitas - dijo Yulia - No he comido tortitas en años - pero notando que la señora del café no regresaba, pensó en que la posibilidad de tortitas era escasa. Miró hacia los ojos de Lena interrogante. La ojiverde se acercó más, su voz apenas un susurro.
-Siento como si estuviese en un episodio de The Twilight Zone.
Antes de que Yulia pudiese respondedor, la puerta de la cocina se abrió, pero no era la señora del café quien regresaba. Era una mujer mucho mayor, su piel pálida combinaba con el color gris en su cabeza. Parecía casi fantasmal y se movía con pasos ágiles y ligeros hacia ellas.
-Soy Esther Hogan - dijo forzando una sonrisa en su rostro - Lo siento, pero no está abierto al público esta mañana. Tenemos una fiesta privada en este momento. Deberíamos haber cerrado las puertas - Yulia miró fijamente hacia las otras mesas ocupadas y luego olfateó el aire con exageración.
-Pero el desayuno huele muy bien - dijo sonriendo ampliamente - ¿Está segura que no puede hacer una excepción?
-Lo siento, pero no - Esther Hogan barrió su mirada entre las dos - ¿Ustedes son de la escuela?
-Sip. Acabamos de empezar - dijo la pelinegra -Yulia Volkova. Ella es Elena Katina-Katina - Lena asintió cortésmente.
-Encantada de conocerla. Estábamos buscando un agradable desayuno campestre. Alguien sugirió que viniéramos aquí - dijo ella. Ante esto, Esther Hogan esbozó una sonrisa.
-Tal vez alguien les jugó una broma. Pero, nuevamente, me disculpo. Hoy no estamos abiertos al público - hizo un gesto hacia la puerta exterior - Debo insistir en que se vayan.
-Guau. Pensé que esto era una cafetería verdadera. Luce como una cafetería común ... platos blancos regulares, azúcar y salsa de tomate en las mesas. Incluso los pequeños sostenedores para servilletas - dijo tocando el recipiente metálico - ¿Cierran así a menudo? - La expresión facial de Esther Hogan no cambió. Se inclinó hacia adelante, con sus ojos oscuros clavados en Yulia.
-Se irán ahora - el aire a su alrededor se enfrió y Yulia sintió como si tuviese una mano alrededor de su garganta ahogándola. Se le hizo difícil tomar aliento.
Esther se enderezó, su mirada yendo hacia la señora del café, que asintió con la cabeza y se fue. Yulia sintió que la presión cedía e inmediatamente se tocó el cuello con la mano.
La puerta se abrió nuevamente, esta vez un hombre corpulento, de hombros anchos, llenó el espacio. Él no dijo nada. No tenía por qué. Sus bíceps eran tan grandes como sus muslos. Lucia como sí ... él lo eligiera ... pudiese partirlas por la mitad como una ramita.
-Está bien. Supongo que esta es nuestra señal - le dijo a Lena. Las tortitas están fuera.
Lena la sorprendió caminando alrededor de la mesa deteniéndose delante de Esther Hogan.
-¿Está abierta la tienda de comestibles esta mañana? Si voy a preparar el desayuno, necesitaré algunos huevos - dijo con una leve sonrisa en sus labios -Tal vez tocino también.
-Lo siento, pero no. La tienda de comestibles no está abierta los sábados. Además, no tenemos muchas cosas. Todo el mundo es autosuficiente.
-Oh. Había un coche delante. Tenía la esperanza de que estuviese abierta.
-No. Pero tengo algo para darles - Esther miró a la señora del café - Selma, huevos y tocino para nuestras nuevas amigas.
-Sí, madre Hogan - dijo antes de alejarse con rapidez - Tendrán que esperar afuera. Pasha les hará compañía - Yulia empujó su silla de regreso contra la mesa.
-Eso no será necesario. Gracias por su amabilidad - dijo ella. Elena se detuvo en la puerta.
-Por cierto ¿cómo está Fiona? Aún tenemos que conocerla - Si la pregunta le tomó por sorpresa, Esther no dio muestras de ello.
-Sí, Fiona ha estado enferma esta semana. Creo que se siente un poco mejor.
-Bien. Estamos ansiosas por conocerla - Lena asintió ligeramente - Gracias nuevamente por los productos para el desayuno.
Yulia acababa de abrir la puerta para esperar afuera cuando regresó la señora del café ... Selma ... con una cesta de mimbre cubierta con un paño. En lugar de entregársela a Lena, se la dio a Esther Hogan.
Esther levantó el paño, dejando al descubierto no sólo los huevos y varias lonjas gruesas de tocino, sino también una barra de pan hecho en casa.
-Muy bien, Selma. Gracias - ofreció la canasta a Lena - Que disfruten.
-Gracias. Lo haremos - tomó la canasta - Voy a asegurarme de devolverla.
-No será necesario. Tal vez pueda entregársela a Fiona un día.
-Muy bien.
****
-Cierra la puerta - Esther dio instrucciones en cuanto las mujeres se fueron - Gracias, Selma. Puedes reanudar tus deberes.
-Sí, madre Hogan.
-Pasha, creo que tenemos que darle una visita al director Marcus. Al parecer, no hizo caso de nuestra advertencia sobre mantener su personal fuera de la comunidad. No podemos tenerlos aquí, sobre todo esta semana.
-Sí, madre ¿Debo visitarlo esta noche?
-Llama al guardia que contrataste ... a Richard. Puedes llevar a Fiona de regreso mañana. Visita entonces al director. Regresa por el bosque. Nada demasiado grave ahora, Pasha. Esta es la Semana de Celebración. No queremos nada que altere nuestros planes - sonrió pensando en la joven que iba a ofrecer en sacrificio.
Ya podía olerlo, saborearlo. Cerró los ojos por un momento, imaginando la calidez de la sangre en sus manos.
-No, no queremos ningún tipo de distracción esta semana - abrió los ojos nuevamente, descubriendo que Pasha esperaba - Asegúrate que todo el mundo utilice los túneles para viajar. Es posible que haya ojos sobre nosotros.
-Sí, madre.
Ella lo vio salir, su mirada se dirigió por la ventana hacia donde el coche de las extrañas había estado. Algo no estaba bien, lo sabía, pero no tenía tiempo para pensar en ello. Era la Semana de Celebración. Debía preparar a Fiona.
-Debemos cerrar las persianas - dijo volteándose para marcharse, escuchando como Oksana se daba prisa para cumplir sus órdenes. Sonrió. Como una buena oveja.
***
-¿Crees que es seguro comer esas cosas? - Preguntó Yulia. Lena sonrió.
-Creo que sí. Es probablemente lo que estaban utilizando para el desayuno. El pan está todavía caliente. Probablemente horneado esta mañana.
-¿Por qué crees que nos dio eso?
-Probablemente quería que saliéramos de su vista. Dios ¿puedes creer ese lugar? - Yulia negó con la cabeza.
-No. Y la señora del café la llamó 'madre Hogan'. ¿Qué tan extraño es eso?
-¿Te diste cuenta de sus uñas?
-¿Las de quién?
-Las de Esther. Cuando me entregó la canasta, las vi. Eran como garras, afiladas. Espeluznantes.
-Lo que era espeluznante eran las otras personas allí. Quiero decir, era como si se hubiesen congelado. Y no nos miraban. Nos dieron la espalda - dijo Yulia.
-Sí, parecían estar aterrorizados de nosotras. Y tal vez lo estaban. No ven forasteros a menudo, supongo - Yulia la miró.
-¿Crees que tienen un lavado de cerebro? - Lena sonrió.
-Parece que están condicionados a comportarse de cierta manera, no sé si lo llamaría lavado de cerebro. Es evidente que están subordinados a Esther Hogan. Supongo que Marcus estaba en lo cierto con respecto a que ella es la matriarca, que dirige las cosas.
-También los controla por tener los recursos necesarios para manejar la cafetería y la tienda de comestibles - miró a Lena.
-Sentí algo - dijo ella.
-¿Qué quieres decir?
-Cuando me estaba mirando. Sentí esta ... esta opresión en el pecho, alrededor de mi garganta. Como si estuviese acostada y alguien estuviese sentado sobre mí o algo así. Como si hubiesen unas manos alrededor de mi garganta.
-Está bien - dijo Lena lentamente - ¿Y? ¿Crees que Esther Hogan hizo algo?
-No lo sé. Pero fue definitivamente real. Tenía dificultad para respirar - Yulia giró en la entrada de la escuela, deteniéndose en la puerta cerrada para mostrar su identificación.
Richard Barr, el guardia de seguridad que les recibió y las dejó entrar en el edificio de administración ese primer día, les hizo señas para que pasaran, sin una palabra.
-Él no habla mucho - dijo a Lena - Esta puede ser una escuela para chicas y la mayoría de los profesores son mujeres, pero en mi lado de las cosas ... siendo la única mujer ... soy una forastera. Realmente el jefe Aims tampoco habla conmigo.
-¿Asumo que estás en tu estilo encantador de siempre? - Yulia se echó a reír.
-¿Qué quieres decir? - Lena sonrió, pero no dio más detales.
-Nada.
Yulia estacionó en su pequeña entrada para vehículos, deslizando su mirada hacia la canasta que Lena sostenía.
-Entonces ¿realmente me vas a hacer el desayuno?
-Voy a hacernos el desayuno - Lena se encontró con sus ojos a través de la parte superior del coche - Y si realmente tienes afición por las tortitas, tendremos que añadirlas en nuestra lista de compras.
-Gracias. Solía estar enloquecida por las tortitas, cuando era una niña. Mi mamá ... - se detuvo, el feliz recuerdo que estaba a punto de recordar fue sustituido por uno de su padre lanzando la plancha caliente por la habitación, enterrándola en el revestimiento barato de madera de la pared de la cocina. Su madre había recibido una llamada telefónica y se había olvidado de las tortitas. Pronto, el olor a quemado de su desayuno llenó el viejo remolque. Yulia había tenido tal vez nueve o diez años, realmente no podía recordarlo. Cuando los gritos comienzan, ella y su hermana Vika se encuentran escondidas debajo de la mesa. Esa fue la última vez que su madre hizo tortitas. Cerró los ojos por un segundo, imaginando el rostro maltratado de su madre antes de alejar el recuerdo.
-¿Qué pasa? - preguntó Lena. Yulia negó con la cabeza, incapaz de mirar los ojos de la pelirroja.
-Nada. No es nada.
Hola chicos, feliz finde para todos o lo que resta de domingo. Más luego les traigo otro capítulo!!
-Mira, hay un coche - dijo Yulia desacelerando cerca de la cafetería - Es la primera vez.
-Está estacionado en la tienda de comestibles. Quizás están abiertos hoy.
-Bueno, la cafetería está abierta por lo menos. Eso es una buena señal - dijo la pelinegra.
Estacionaron delante, explorando el área detrás de la cafetería, en busca de movimiento y no vieron nada. Las casas parecían desiertas.
-Lo más loco que he visto nunca - dijo en voz baja.
-Me siento tonta diciendo esto, pero en realidad estoy asustada - dijo Lena - Es como si los vellos de mi nuca estuviesen en posición firme.
-Sé lo que quieres decir - dijo Yul. También lo sintió, su sexto sentido en acción, la tenían más atenta, ningún detalle se le escapaba. Como las persianas que estaban bajas en la ventana de la tienda de comestibles o el cierre de una puerta por la calle, cualquier sonido que perturbara el silencio. Había ocho personas en la cafetería y todos los pares de ojos se posicionaron en ellas cuando entraron. Incluso la mujer que sostenía el café parecía congelada en su lugar mientras volteaba la cabeza.
Estaba tan tranquilo, que en realidad podía escucharse el tictac de un reloj. Su mirada se posó en la pantalla redonda en la pared, donde la segunda manilla se movía con movimientos espasmódicos. Eran las 09 am Elena fue la primera en recuperar la compostura, quizás su crianza que le dictaba buenos modales. Sonrió a la mujer mientras sacaba una silla.
-Ese café luce muy bien - dijo Lena.
-Vamos a empezar con eso, por favor - Yulia la siguió, sacando la silla frente a ella.
La señora del café finalmente se movió, pero no para llevarles una taza. Se apresuró para regresar hacia la puerta cerrada. ¿La cocina? Los otros, cuatro mujeres y tres hombres, se mantuvieron congelados e inmóviles, su conversación seguía paralizada. Yulia miró a Lena y se encogió de hombros.
La ojiverde, por otra parte, estaba tratando de parecer lo más normal posible. Sonrió, mirando a su alrededor en busca de un menú.
-Me muero de hambre. Estoy pensando en dos huevos, croquetas de patata. Tal vez voy a alardear con el tocino ¿Qué hay de ti?
-Tortitas - dijo Yulia - No he comido tortitas en años - pero notando que la señora del café no regresaba, pensó en que la posibilidad de tortitas era escasa. Miró hacia los ojos de Lena interrogante. La ojiverde se acercó más, su voz apenas un susurro.
-Siento como si estuviese en un episodio de The Twilight Zone.
Antes de que Yulia pudiese respondedor, la puerta de la cocina se abrió, pero no era la señora del café quien regresaba. Era una mujer mucho mayor, su piel pálida combinaba con el color gris en su cabeza. Parecía casi fantasmal y se movía con pasos ágiles y ligeros hacia ellas.
-Soy Esther Hogan - dijo forzando una sonrisa en su rostro - Lo siento, pero no está abierto al público esta mañana. Tenemos una fiesta privada en este momento. Deberíamos haber cerrado las puertas - Yulia miró fijamente hacia las otras mesas ocupadas y luego olfateó el aire con exageración.
-Pero el desayuno huele muy bien - dijo sonriendo ampliamente - ¿Está segura que no puede hacer una excepción?
-Lo siento, pero no - Esther Hogan barrió su mirada entre las dos - ¿Ustedes son de la escuela?
-Sip. Acabamos de empezar - dijo la pelinegra -Yulia Volkova. Ella es Elena Katina-Katina - Lena asintió cortésmente.
-Encantada de conocerla. Estábamos buscando un agradable desayuno campestre. Alguien sugirió que viniéramos aquí - dijo ella. Ante esto, Esther Hogan esbozó una sonrisa.
-Tal vez alguien les jugó una broma. Pero, nuevamente, me disculpo. Hoy no estamos abiertos al público - hizo un gesto hacia la puerta exterior - Debo insistir en que se vayan.
-Guau. Pensé que esto era una cafetería verdadera. Luce como una cafetería común ... platos blancos regulares, azúcar y salsa de tomate en las mesas. Incluso los pequeños sostenedores para servilletas - dijo tocando el recipiente metálico - ¿Cierran así a menudo? - La expresión facial de Esther Hogan no cambió. Se inclinó hacia adelante, con sus ojos oscuros clavados en Yulia.
-Se irán ahora - el aire a su alrededor se enfrió y Yulia sintió como si tuviese una mano alrededor de su garganta ahogándola. Se le hizo difícil tomar aliento.
Esther se enderezó, su mirada yendo hacia la señora del café, que asintió con la cabeza y se fue. Yulia sintió que la presión cedía e inmediatamente se tocó el cuello con la mano.
La puerta se abrió nuevamente, esta vez un hombre corpulento, de hombros anchos, llenó el espacio. Él no dijo nada. No tenía por qué. Sus bíceps eran tan grandes como sus muslos. Lucia como sí ... él lo eligiera ... pudiese partirlas por la mitad como una ramita.
-Está bien. Supongo que esta es nuestra señal - le dijo a Lena. Las tortitas están fuera.
Lena la sorprendió caminando alrededor de la mesa deteniéndose delante de Esther Hogan.
-¿Está abierta la tienda de comestibles esta mañana? Si voy a preparar el desayuno, necesitaré algunos huevos - dijo con una leve sonrisa en sus labios -Tal vez tocino también.
-Lo siento, pero no. La tienda de comestibles no está abierta los sábados. Además, no tenemos muchas cosas. Todo el mundo es autosuficiente.
-Oh. Había un coche delante. Tenía la esperanza de que estuviese abierta.
-No. Pero tengo algo para darles - Esther miró a la señora del café - Selma, huevos y tocino para nuestras nuevas amigas.
-Sí, madre Hogan - dijo antes de alejarse con rapidez - Tendrán que esperar afuera. Pasha les hará compañía - Yulia empujó su silla de regreso contra la mesa.
-Eso no será necesario. Gracias por su amabilidad - dijo ella. Elena se detuvo en la puerta.
-Por cierto ¿cómo está Fiona? Aún tenemos que conocerla - Si la pregunta le tomó por sorpresa, Esther no dio muestras de ello.
-Sí, Fiona ha estado enferma esta semana. Creo que se siente un poco mejor.
-Bien. Estamos ansiosas por conocerla - Lena asintió ligeramente - Gracias nuevamente por los productos para el desayuno.
Yulia acababa de abrir la puerta para esperar afuera cuando regresó la señora del café ... Selma ... con una cesta de mimbre cubierta con un paño. En lugar de entregársela a Lena, se la dio a Esther Hogan.
Esther levantó el paño, dejando al descubierto no sólo los huevos y varias lonjas gruesas de tocino, sino también una barra de pan hecho en casa.
-Muy bien, Selma. Gracias - ofreció la canasta a Lena - Que disfruten.
-Gracias. Lo haremos - tomó la canasta - Voy a asegurarme de devolverla.
-No será necesario. Tal vez pueda entregársela a Fiona un día.
-Muy bien.
****
-Cierra la puerta - Esther dio instrucciones en cuanto las mujeres se fueron - Gracias, Selma. Puedes reanudar tus deberes.
-Sí, madre Hogan.
-Pasha, creo que tenemos que darle una visita al director Marcus. Al parecer, no hizo caso de nuestra advertencia sobre mantener su personal fuera de la comunidad. No podemos tenerlos aquí, sobre todo esta semana.
-Sí, madre ¿Debo visitarlo esta noche?
-Llama al guardia que contrataste ... a Richard. Puedes llevar a Fiona de regreso mañana. Visita entonces al director. Regresa por el bosque. Nada demasiado grave ahora, Pasha. Esta es la Semana de Celebración. No queremos nada que altere nuestros planes - sonrió pensando en la joven que iba a ofrecer en sacrificio.
Ya podía olerlo, saborearlo. Cerró los ojos por un momento, imaginando la calidez de la sangre en sus manos.
-No, no queremos ningún tipo de distracción esta semana - abrió los ojos nuevamente, descubriendo que Pasha esperaba - Asegúrate que todo el mundo utilice los túneles para viajar. Es posible que haya ojos sobre nosotros.
-Sí, madre.
Ella lo vio salir, su mirada se dirigió por la ventana hacia donde el coche de las extrañas había estado. Algo no estaba bien, lo sabía, pero no tenía tiempo para pensar en ello. Era la Semana de Celebración. Debía preparar a Fiona.
-Debemos cerrar las persianas - dijo volteándose para marcharse, escuchando como Oksana se daba prisa para cumplir sus órdenes. Sonrió. Como una buena oveja.
***
-¿Crees que es seguro comer esas cosas? - Preguntó Yulia. Lena sonrió.
-Creo que sí. Es probablemente lo que estaban utilizando para el desayuno. El pan está todavía caliente. Probablemente horneado esta mañana.
-¿Por qué crees que nos dio eso?
-Probablemente quería que saliéramos de su vista. Dios ¿puedes creer ese lugar? - Yulia negó con la cabeza.
-No. Y la señora del café la llamó 'madre Hogan'. ¿Qué tan extraño es eso?
-¿Te diste cuenta de sus uñas?
-¿Las de quién?
-Las de Esther. Cuando me entregó la canasta, las vi. Eran como garras, afiladas. Espeluznantes.
-Lo que era espeluznante eran las otras personas allí. Quiero decir, era como si se hubiesen congelado. Y no nos miraban. Nos dieron la espalda - dijo Yulia.
-Sí, parecían estar aterrorizados de nosotras. Y tal vez lo estaban. No ven forasteros a menudo, supongo - Yulia la miró.
-¿Crees que tienen un lavado de cerebro? - Lena sonrió.
-Parece que están condicionados a comportarse de cierta manera, no sé si lo llamaría lavado de cerebro. Es evidente que están subordinados a Esther Hogan. Supongo que Marcus estaba en lo cierto con respecto a que ella es la matriarca, que dirige las cosas.
-También los controla por tener los recursos necesarios para manejar la cafetería y la tienda de comestibles - miró a Lena.
-Sentí algo - dijo ella.
-¿Qué quieres decir?
-Cuando me estaba mirando. Sentí esta ... esta opresión en el pecho, alrededor de mi garganta. Como si estuviese acostada y alguien estuviese sentado sobre mí o algo así. Como si hubiesen unas manos alrededor de mi garganta.
-Está bien - dijo Lena lentamente - ¿Y? ¿Crees que Esther Hogan hizo algo?
-No lo sé. Pero fue definitivamente real. Tenía dificultad para respirar - Yulia giró en la entrada de la escuela, deteniéndose en la puerta cerrada para mostrar su identificación.
Richard Barr, el guardia de seguridad que les recibió y las dejó entrar en el edificio de administración ese primer día, les hizo señas para que pasaran, sin una palabra.
-Él no habla mucho - dijo a Lena - Esta puede ser una escuela para chicas y la mayoría de los profesores son mujeres, pero en mi lado de las cosas ... siendo la única mujer ... soy una forastera. Realmente el jefe Aims tampoco habla conmigo.
-¿Asumo que estás en tu estilo encantador de siempre? - Yulia se echó a reír.
-¿Qué quieres decir? - Lena sonrió, pero no dio más detales.
-Nada.
Yulia estacionó en su pequeña entrada para vehículos, deslizando su mirada hacia la canasta que Lena sostenía.
-Entonces ¿realmente me vas a hacer el desayuno?
-Voy a hacernos el desayuno - Lena se encontró con sus ojos a través de la parte superior del coche - Y si realmente tienes afición por las tortitas, tendremos que añadirlas en nuestra lista de compras.
-Gracias. Solía estar enloquecida por las tortitas, cuando era una niña. Mi mamá ... - se detuvo, el feliz recuerdo que estaba a punto de recordar fue sustituido por uno de su padre lanzando la plancha caliente por la habitación, enterrándola en el revestimiento barato de madera de la pared de la cocina. Su madre había recibido una llamada telefónica y se había olvidado de las tortitas. Pronto, el olor a quemado de su desayuno llenó el viejo remolque. Yulia había tenido tal vez nueve o diez años, realmente no podía recordarlo. Cuando los gritos comienzan, ella y su hermana Vika se encuentran escondidas debajo de la mesa. Esa fue la última vez que su madre hizo tortitas. Cerró los ojos por un segundo, imaginando el rostro maltratado de su madre antes de alejar el recuerdo.
-¿Qué pasa? - preguntó Lena. Yulia negó con la cabeza, incapaz de mirar los ojos de la pelirroja.
-Nada. No es nada.
Hola chicos, feliz finde para todos o lo que resta de domingo. Más luego les traigo otro capítulo!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Feliz domingo cariño muy interesante capitulo resulta q la vieja loca esa tiene poderes también bueno entre no es raro si hacen sacrificios y cosas así 🫣. Me encanta lo dulce q es lena, estaré pendiente del capitulo de más tarde. Saludos cariño
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Esa Esther deben vigilarla mas de lo normal, es la cabecilla de lo que sea que hagan en ese lado del pueblo quiero leer más
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 14:
Esther avanzó a través del laberinto de túneles sin molestarse, con la antorcha. Realmente prefería la oscuridad.
El olor a tierra mojada era reconfortante, familiar. La mayoría de los túneles habían sido construídos hacía muchos, muchos años, uniendo la casa principal Hogan y la cueva subterránea ... las cámaras ... con las principales edificaciones, como la tienda de comestibles y la cafetería.
Desde que tenía el control, había dirigido la construcción de los más recientes, que unía las casas. Ahora podía desplazarse libremente, sin tener que salir afuera. No había ninguna posibilidad de miradas indiscretas. Eran libres de hacer lo que quisieran. Sonrió por la anticipación de la próxima semana, sabiendo que el trabajo que ha elegido era más por la celebración de la semana que su bisabuela había comenzado. En cualquier caso, parecía disfrutarlo tanto como el rebaño lo hacía. Siguió por los túneles directamente hacia su casa, extrañando que Pasha estuviese allí para saludarla.
Pasha había sido su protector desde que tenía veinte años, mucho antes de que su madre le entregara el rebaño. La familia de Pasha siempre han sido los pastores, su padre había cuidado de su querida abuela años atrás. Ellos eran los pastores, sí. También eran los cazadores, habiendo aprendido sus habilidades desde el nacimiento, el linaje largo y de primera línea. No se preocupaba por que Pasha era el último de su familia. Sólo quedaba su hermana menor y no era de ninguna utilidad para Esther.
Eso era culpa de su madre. Ella no había tenido la mano de acero que su querida abuela había tenido. Su madre no controlaba la cópula. No hubo selección. Los nacidos en el rebaño no eran de buen linaje, su madre lo sabía, pero no pudo sacrificarlos, no como su abuela lo había hecho. Afortunadamente, su madre enfermó. Encuentra una pequeña sonrisa ante ese pensamiento, desvaneciéndola rápidamente. Su madre se había visto obligada a entregarle el manto púrpura. Esther estaba preparada. Sacrificó las ovejas rápidamente, gobernando con mano de hierro y recibiendo instrucciones de él. Por desgracia, ahora había un hueco.
Y por primera vez en más de cien años, no existía una verdadera Hogan para que siguiera adelante. Fiona era tan cercana como podía y había demostrado ser fiel. Si daba a luz a una niña, entonces él sería feliz. Él sería capaz de copular nuevamente. La verdadera línea Hogan terminaría, pero su reinado continuaría. Ese pensamiento la emocionó, casi tanto como la próxima ceremonia.
Se detuvo ante la puerta de su habitación, mirando hacia atrás por los túneles oscuros. Había escuchado un ruido, un sonido chirriante. Ladeó la cabeza, tratando de escuchar, pero todo estaba en silencio. Una rata tal vez.
***
-¿Por qué policía? - Lena se detuvo a medio llenado, la botella de vino era lo único que separaba sus ojos de los de Yul. Odiaba esa pregunta. Deseaba haber inventado una mentira años atrás.
-Quiero decir, tomando en cuenta tu familia y todo eso ... - Yul continuó - ... eso no pareciera lo que tenían en mente para ti.
-No. Difícilmente - dijo la pelirroja. En realidad, estaba sorprendida por el intento de Yul de buscar conversación. Había estado distante, aislada la mayor parte del día. Amenazante. Finalmente Lena renunció a tratar de hablar con ella. Así que ahora, en la cena ... cuando había asumido que sería un momento tranquilo ... Yul hacía esa pregunta.
-¿Y? - Lena se encogió de hombros.
-Quería ayudar a la gente - dijo ella - Fui a la escuela de derecho ...
-¿Para ayudar a la gente.
-Lo sé. Después del primer año, me di cuenta que no era para mí. Era todo sobre dinero y política - Lena se encontró con sus ojos - Hice una solicitud en la KGB sin que mis padres lo supieran. Realmente no creía que todo llegaría tan lejos - dijo.
-¿Así que ellos enloquecieron?
-Eso es un eufemismo - dijo ella - Fui criada ... entrenada ... para ser la esposa de un hombre rico. Ellos toleraron la escuela de derecho, porque era considerada una profesión noble. Y si insistía, me permitirían unirme a la empresa que se desempeña como abogados de mi padre - tomó un sorbo de su vino, recordando así la conversación - Hasta que me casara, por supuesto. Entonces resultaría siendo una buena esposa.
-¿Y la KGB? - Ella sonrió.
-¿Qué puedo decir? Me exigieron que lo dejara, pero en realidad, no tenían poder sobre mí. Por supuesto no monetariamente, aunque trataron de jugar esa carta - apartó la vista - Tenía fondos fiduciarios. No podía tocar eso. Pero me amenazaron con sacarme de su herencia -Lena bajó su copa de vino, incómoda con la conversación - Cuando se dieron cuenta que no me importaba, se retractaron. Supongo que pensaron que con el tiempo renunciaría.
-Bueno, si fueron sacudidos por el rollo del KGB, apuesto a que realmente enloquecieron sobre el asunto de ser gay - dijo Yul alejando su plato y ahuecando su copa de vino con las dos manos.
Lena sintió el rubor cubriendo su rostro, pero no pudo detenerlo. Agarró su copa, con la esperanza de que la pelinegra no se diera cuenta, pero consciente de que lo haría.
-¿Elena? - la ojiverde aclaró su garganta.
-Ellos no ... bueno, nunca lo he mencionado - Yul se la quedó mirando.
-¿Estás aún en el closet?
-Creo que podría decir eso - Yul la miró a los ojos, ampliandolos como platos. Se puso de pie rápidamente, empujando la silla hacia atrás, inclinando su cabeza hacia un lado, pensativa.
-Está bien, espera un minuto - se alejó de Lena por un segundo, luego volvió rápidamente a su alrededor - ¿Qué dijiste exactamente?
-Qué...?
-No tiene...?
-¿Qué?
-Quiero decir, conmigo, Dios ¿No fui tu primera vez? - Los ojos de Yul se ampliaron - Jesús, ¿no es así? - Lena levantó las cejas.
-Oh, vamos. ¿En serio?
-Por supuesto, sabías lo que estabas haciendo - murmuró Yul, casi para sí misma - No. No puede ser. Fuiste demasiado ... - miró hacia Lena ¿Cierto?
-Por favor, siéntate. Estás exagerando - dijo la pelirroja - Ni que yo hubiera sido la primera virgen con la que hubieses dormido - agregó. Yul nuevamente puso una mirada de pánico en su rostro.
-Lena, en serio. No fui la primera mujer con la que habías estado, ¿no? - Lena frunció el ceño.
-¿De dónde viene eso? ¿Estuve tan mal que pensaste que había sido mi primera vez?
-No. Dios, no. Estuviste fantásti ... - se detuvo -Eso no es ... - la pelinegra se sentó nuevamente. - Lo siento. Por supuesto que no era tu primera vez - trató de sonreír - ¿Qué estaba pensando? - Lena la miró fijamente.
-¿Qué te pasa? - Yul negó con la cabeza.
-Nada. Lo siento. Es sólo que no quiero ser la primera de nadie. Es aterrador - tomó un gran trago de su vino - ¿Así que estás en el closet? Guau. Quiero decir, ¿con todo el mundo?
-Obviamente, no contigo - Fue el turno de Yul de fruncir el ceño.
-Lena, los chicos ... Dima y Samir ... me refiero a que coqueteamos todo el tiempo.
-Sí. Y eso ahora es lo esperado. Puedo jugar con eso, al igual que tú.
-Pero sabes que ellos piensan que eres gay, ¿cierto? Quiero decir, ellos saben, no creen. Bueno, ellos creen que saben. Cristo ... - Lena se echó a reír.
-Aunque simplemente no llevo mi vida personal al trabajo ... nunca ... no me cabe duda que ellos lo asuman, por la falta de mención de un novio.
-¿Y no crees que tus padres asuman lo mismo?- Lena sonrió, esperando que llegara a sus ojos.
-Estoy muy ocupada. No tengo tiempo para citas - afirmó.
-Oh, Dios mío - murmuró Yul - No hay un sujeto ¿verdad? Quiero decir ¿alguien en quien tu familia mantiene las esperanzas? - Lena miró hacia otro lado. Mierda. Suspiró.
-Aleksei Borischev - Yul se la quedó mirando.
-Vamos ¿En serio? - Lena se puso de pie, recogiendo sus dos platos.
-En serio - tenía la esperanza de que fuera el final de todo, pero Yul la siguió a la cocina, llevando sus copas de vino con ella.
-Entonces ¿con qué frecuencia ves a esta persona, Aleksei? - Lena tomó la copa que Yul le ofrecía.
-Reuniones familiares, ese tipo de cosas - dijo evasivamente.
-¿Y cuán frecuentemente es eso?
-No muy a menudo. Mi familia está en otra ciudad, recuerdas - dejó la copa sobre la mesa -¿Por qué tanta curiosidad?
-¿Me estás tomando el pelo? Soltaste la bomba de estoy en el closet y ¿piensas que no tendré curiosidad? - Yul arqueó una ceja - ¿Te acuestas con él?
-¡Por supuesto que no me acuesto con él! - Espetó ella.
-¿Él sabe que eres gay? - Lena suspiró, deseando que esta conversación llegara a su fin.
-No lo sabe. Al menos no me ha dicho nada.
-Sin embargo, ¿tienen citas?
-No tenemos citas, Yul. Él es muy parecido a ti. Le gusta jugar - dijo preguntándose si así era cómo describiría realmente a Yulia.
-Él no tiene más interés en mí que yo en él.
-No lo entiendo.
-Mira, cuando estamos rodeados de familia, somos ... amables el uno con el otro. Eso es todo. Lo suficiente como para hacer que mis padres piensen que nos vemos y lo suficiente para hacer que sus padres dejen de preocuparse por su estilo de playboy - No agregó que sería mucho más fácil fingir si Aleksei no era un culo ostentoso.
-Entonces ¿dónde conociste a ese tipo?
-Lo conozco la mayor parte de mi vida. Fuimos juntos a la escuela de leyes. Él trabaja para la firma que representa la empresa de mi padre.
Yul la estudió y Lena tuvo que obligarse a sí misma a no moverse nerviosamente ante ella. Sabía, por supuesto, cuál sería la siguiente pregunta.
-Entonces ¿alguna vez has dormido con él? - Conocer la pregunta no la hacía más fácil de contestar. Pero no iba a mentir sobre eso.
-Dormimos en la escuela de leyes. Todavía estaba ... confundida - dijo ella. Yul se echó a reír.
-¿Confundida? Es obvio que aún no habías dormido con una mujer. Ya sabes lo que dicen, una vez que consigues una chica, nunca dejas ... - Lena cubrió la boca de Yul Con su mano sonriendo.
-Por favor, no lo digas.
-Así que ¿cuándo te acostaste con tu primera mujer?
-Eso es un poco personal ¿no te parece?
-Obviamente, fue después de Aleksei - Yul agarró la botella de vino, añadiendo un poco en ambas copas.
Lena pensó en esos días difíciles, días cuando estaba aterrorizada de su atracción por las mujeres, aterrorizada por lo que su familia diría si lo supiera. De hecho, se acostó con Aleksei con la esperanza de que eso ahuyentara esas atracciones. En realidad, sólo las reforzó.
-En realidad fue antes de Aleksei - dijo ella -Aleksei fue mi último intento por la normalidad - sonrió - No funcionó.
-Así que ¿entonces por qué no le dices a tus padres?
-Porque no funciona de esa manera - dijo ella. Se alejó poniéndole fin a la conversación - ¿Has hablado con Samir hoy? - preguntó cambiando de tema.
-Sí. No hay nada nuevo. Le pedí que actuara como un historiador y consiguiera algunos antecedentes sobre Hoganville. Tal vez algo surja - Lena miró los platos sucios.
-Tu turno - dijo dirigiéndose hacia la habitación y a su laptop.
Esther avanzó a través del laberinto de túneles sin molestarse, con la antorcha. Realmente prefería la oscuridad.
El olor a tierra mojada era reconfortante, familiar. La mayoría de los túneles habían sido construídos hacía muchos, muchos años, uniendo la casa principal Hogan y la cueva subterránea ... las cámaras ... con las principales edificaciones, como la tienda de comestibles y la cafetería.
Desde que tenía el control, había dirigido la construcción de los más recientes, que unía las casas. Ahora podía desplazarse libremente, sin tener que salir afuera. No había ninguna posibilidad de miradas indiscretas. Eran libres de hacer lo que quisieran. Sonrió por la anticipación de la próxima semana, sabiendo que el trabajo que ha elegido era más por la celebración de la semana que su bisabuela había comenzado. En cualquier caso, parecía disfrutarlo tanto como el rebaño lo hacía. Siguió por los túneles directamente hacia su casa, extrañando que Pasha estuviese allí para saludarla.
Pasha había sido su protector desde que tenía veinte años, mucho antes de que su madre le entregara el rebaño. La familia de Pasha siempre han sido los pastores, su padre había cuidado de su querida abuela años atrás. Ellos eran los pastores, sí. También eran los cazadores, habiendo aprendido sus habilidades desde el nacimiento, el linaje largo y de primera línea. No se preocupaba por que Pasha era el último de su familia. Sólo quedaba su hermana menor y no era de ninguna utilidad para Esther.
Eso era culpa de su madre. Ella no había tenido la mano de acero que su querida abuela había tenido. Su madre no controlaba la cópula. No hubo selección. Los nacidos en el rebaño no eran de buen linaje, su madre lo sabía, pero no pudo sacrificarlos, no como su abuela lo había hecho. Afortunadamente, su madre enfermó. Encuentra una pequeña sonrisa ante ese pensamiento, desvaneciéndola rápidamente. Su madre se había visto obligada a entregarle el manto púrpura. Esther estaba preparada. Sacrificó las ovejas rápidamente, gobernando con mano de hierro y recibiendo instrucciones de él. Por desgracia, ahora había un hueco.
Y por primera vez en más de cien años, no existía una verdadera Hogan para que siguiera adelante. Fiona era tan cercana como podía y había demostrado ser fiel. Si daba a luz a una niña, entonces él sería feliz. Él sería capaz de copular nuevamente. La verdadera línea Hogan terminaría, pero su reinado continuaría. Ese pensamiento la emocionó, casi tanto como la próxima ceremonia.
Se detuvo ante la puerta de su habitación, mirando hacia atrás por los túneles oscuros. Había escuchado un ruido, un sonido chirriante. Ladeó la cabeza, tratando de escuchar, pero todo estaba en silencio. Una rata tal vez.
***
-¿Por qué policía? - Lena se detuvo a medio llenado, la botella de vino era lo único que separaba sus ojos de los de Yul. Odiaba esa pregunta. Deseaba haber inventado una mentira años atrás.
-Quiero decir, tomando en cuenta tu familia y todo eso ... - Yul continuó - ... eso no pareciera lo que tenían en mente para ti.
-No. Difícilmente - dijo la pelirroja. En realidad, estaba sorprendida por el intento de Yul de buscar conversación. Había estado distante, aislada la mayor parte del día. Amenazante. Finalmente Lena renunció a tratar de hablar con ella. Así que ahora, en la cena ... cuando había asumido que sería un momento tranquilo ... Yul hacía esa pregunta.
-¿Y? - Lena se encogió de hombros.
-Quería ayudar a la gente - dijo ella - Fui a la escuela de derecho ...
-¿Para ayudar a la gente.
-Lo sé. Después del primer año, me di cuenta que no era para mí. Era todo sobre dinero y política - Lena se encontró con sus ojos - Hice una solicitud en la KGB sin que mis padres lo supieran. Realmente no creía que todo llegaría tan lejos - dijo.
-¿Así que ellos enloquecieron?
-Eso es un eufemismo - dijo ella - Fui criada ... entrenada ... para ser la esposa de un hombre rico. Ellos toleraron la escuela de derecho, porque era considerada una profesión noble. Y si insistía, me permitirían unirme a la empresa que se desempeña como abogados de mi padre - tomó un sorbo de su vino, recordando así la conversación - Hasta que me casara, por supuesto. Entonces resultaría siendo una buena esposa.
-¿Y la KGB? - Ella sonrió.
-¿Qué puedo decir? Me exigieron que lo dejara, pero en realidad, no tenían poder sobre mí. Por supuesto no monetariamente, aunque trataron de jugar esa carta - apartó la vista - Tenía fondos fiduciarios. No podía tocar eso. Pero me amenazaron con sacarme de su herencia -Lena bajó su copa de vino, incómoda con la conversación - Cuando se dieron cuenta que no me importaba, se retractaron. Supongo que pensaron que con el tiempo renunciaría.
-Bueno, si fueron sacudidos por el rollo del KGB, apuesto a que realmente enloquecieron sobre el asunto de ser gay - dijo Yul alejando su plato y ahuecando su copa de vino con las dos manos.
Lena sintió el rubor cubriendo su rostro, pero no pudo detenerlo. Agarró su copa, con la esperanza de que la pelinegra no se diera cuenta, pero consciente de que lo haría.
-¿Elena? - la ojiverde aclaró su garganta.
-Ellos no ... bueno, nunca lo he mencionado - Yul se la quedó mirando.
-¿Estás aún en el closet?
-Creo que podría decir eso - Yul la miró a los ojos, ampliandolos como platos. Se puso de pie rápidamente, empujando la silla hacia atrás, inclinando su cabeza hacia un lado, pensativa.
-Está bien, espera un minuto - se alejó de Lena por un segundo, luego volvió rápidamente a su alrededor - ¿Qué dijiste exactamente?
-Qué...?
-No tiene...?
-¿Qué?
-Quiero decir, conmigo, Dios ¿No fui tu primera vez? - Los ojos de Yul se ampliaron - Jesús, ¿no es así? - Lena levantó las cejas.
-Oh, vamos. ¿En serio?
-Por supuesto, sabías lo que estabas haciendo - murmuró Yul, casi para sí misma - No. No puede ser. Fuiste demasiado ... - miró hacia Lena ¿Cierto?
-Por favor, siéntate. Estás exagerando - dijo la pelirroja - Ni que yo hubiera sido la primera virgen con la que hubieses dormido - agregó. Yul nuevamente puso una mirada de pánico en su rostro.
-Lena, en serio. No fui la primera mujer con la que habías estado, ¿no? - Lena frunció el ceño.
-¿De dónde viene eso? ¿Estuve tan mal que pensaste que había sido mi primera vez?
-No. Dios, no. Estuviste fantásti ... - se detuvo -Eso no es ... - la pelinegra se sentó nuevamente. - Lo siento. Por supuesto que no era tu primera vez - trató de sonreír - ¿Qué estaba pensando? - Lena la miró fijamente.
-¿Qué te pasa? - Yul negó con la cabeza.
-Nada. Lo siento. Es sólo que no quiero ser la primera de nadie. Es aterrador - tomó un gran trago de su vino - ¿Así que estás en el closet? Guau. Quiero decir, ¿con todo el mundo?
-Obviamente, no contigo - Fue el turno de Yul de fruncir el ceño.
-Lena, los chicos ... Dima y Samir ... me refiero a que coqueteamos todo el tiempo.
-Sí. Y eso ahora es lo esperado. Puedo jugar con eso, al igual que tú.
-Pero sabes que ellos piensan que eres gay, ¿cierto? Quiero decir, ellos saben, no creen. Bueno, ellos creen que saben. Cristo ... - Lena se echó a reír.
-Aunque simplemente no llevo mi vida personal al trabajo ... nunca ... no me cabe duda que ellos lo asuman, por la falta de mención de un novio.
-¿Y no crees que tus padres asuman lo mismo?- Lena sonrió, esperando que llegara a sus ojos.
-Estoy muy ocupada. No tengo tiempo para citas - afirmó.
-Oh, Dios mío - murmuró Yul - No hay un sujeto ¿verdad? Quiero decir ¿alguien en quien tu familia mantiene las esperanzas? - Lena miró hacia otro lado. Mierda. Suspiró.
-Aleksei Borischev - Yul se la quedó mirando.
-Vamos ¿En serio? - Lena se puso de pie, recogiendo sus dos platos.
-En serio - tenía la esperanza de que fuera el final de todo, pero Yul la siguió a la cocina, llevando sus copas de vino con ella.
-Entonces ¿con qué frecuencia ves a esta persona, Aleksei? - Lena tomó la copa que Yul le ofrecía.
-Reuniones familiares, ese tipo de cosas - dijo evasivamente.
-¿Y cuán frecuentemente es eso?
-No muy a menudo. Mi familia está en otra ciudad, recuerdas - dejó la copa sobre la mesa -¿Por qué tanta curiosidad?
-¿Me estás tomando el pelo? Soltaste la bomba de estoy en el closet y ¿piensas que no tendré curiosidad? - Yul arqueó una ceja - ¿Te acuestas con él?
-¡Por supuesto que no me acuesto con él! - Espetó ella.
-¿Él sabe que eres gay? - Lena suspiró, deseando que esta conversación llegara a su fin.
-No lo sabe. Al menos no me ha dicho nada.
-Sin embargo, ¿tienen citas?
-No tenemos citas, Yul. Él es muy parecido a ti. Le gusta jugar - dijo preguntándose si así era cómo describiría realmente a Yulia.
-Él no tiene más interés en mí que yo en él.
-No lo entiendo.
-Mira, cuando estamos rodeados de familia, somos ... amables el uno con el otro. Eso es todo. Lo suficiente como para hacer que mis padres piensen que nos vemos y lo suficiente para hacer que sus padres dejen de preocuparse por su estilo de playboy - No agregó que sería mucho más fácil fingir si Aleksei no era un culo ostentoso.
-Entonces ¿dónde conociste a ese tipo?
-Lo conozco la mayor parte de mi vida. Fuimos juntos a la escuela de leyes. Él trabaja para la firma que representa la empresa de mi padre.
Yul la estudió y Lena tuvo que obligarse a sí misma a no moverse nerviosamente ante ella. Sabía, por supuesto, cuál sería la siguiente pregunta.
-Entonces ¿alguna vez has dormido con él? - Conocer la pregunta no la hacía más fácil de contestar. Pero no iba a mentir sobre eso.
-Dormimos en la escuela de leyes. Todavía estaba ... confundida - dijo ella. Yul se echó a reír.
-¿Confundida? Es obvio que aún no habías dormido con una mujer. Ya sabes lo que dicen, una vez que consigues una chica, nunca dejas ... - Lena cubrió la boca de Yul Con su mano sonriendo.
-Por favor, no lo digas.
-Así que ¿cuándo te acostaste con tu primera mujer?
-Eso es un poco personal ¿no te parece?
-Obviamente, fue después de Aleksei - Yul agarró la botella de vino, añadiendo un poco en ambas copas.
Lena pensó en esos días difíciles, días cuando estaba aterrorizada de su atracción por las mujeres, aterrorizada por lo que su familia diría si lo supiera. De hecho, se acostó con Aleksei con la esperanza de que eso ahuyentara esas atracciones. En realidad, sólo las reforzó.
-En realidad fue antes de Aleksei - dijo ella -Aleksei fue mi último intento por la normalidad - sonrió - No funcionó.
-Así que ¿entonces por qué no le dices a tus padres?
-Porque no funciona de esa manera - dijo ella. Se alejó poniéndole fin a la conversación - ¿Has hablado con Samir hoy? - preguntó cambiando de tema.
-Sí. No hay nada nuevo. Le pedí que actuara como un historiador y consiguiera algunos antecedentes sobre Hoganville. Tal vez algo surja - Lena miró los platos sucios.
-Tu turno - dijo dirigiéndose hacia la habitación y a su laptop.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Me gustó mucho este capitulo esa conversación profunda e importante de las chicas y saber más de lena hermosa. Y bueno Esther se ve q no tiene escrupulos y es capaz de todo me da un poco de miedo por las chicas. Gracias por los 2 capítulos feliz noche cariño
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Oh - oh! Creo que Lena se acostó por primera vez con Yulia y por eso se clavó con ella!
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Muy muy muy bueno el capítulo esa gente de Hoganville es demasiado extraña capas y son extraterrestres todos amé la confesión de lena que a mi parecer yulia si fue su primera vez con una mujer
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Genial espero que las chicas salgan bien de todo ese misterio que ronda Hoganville. Maten a Esther
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Saludos.... Me encanta como va la historia hasta ahora, es algo distinto a lo que he leído de las chicas anteriormente.
Abrazos
Abrazos
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 15:
Yul se paró junto a la ventana, mirando distraídamente hacia el bosque. Escuchó a Lena en la cocina y pronto olió el tocino, pero no estaba realmente interesada esta mañana. Se sentía inquieta.
Dejó escapar un suspiro. Bueno, estaba aburrida. Esta pequeña asignación le estaba aburriendo hasta el alma.
-¿Qué pasa? - Se dio la vuelta, aceptando la taza de café que Lena le ofrecía.
-¿Qué pasa? Todo - dijo ella - ¿Qué diablos estamos haciendo aquí? Quiero decir, me siento como que estamos perdiendo el tiempo. Realmente no estamos investigando nada, lo sabes.
-Si lo se.
-Estoy sentada en un aula llena de malditas delincuentes juveniles ... literalmente ... y ¿haciendo qué? ¿Siendo una niñera? Tú estás enseñando clases de gimnasia, por el amor de Dios. Ni siquiera hemos conocido a Fiona, quien es por lo menos y si es una persona de interés. Siento como que deberíamos estar haciendo algo - dijo ofuscada - Esta debe ser la asignación más aburrida en la que he perdido el tiempo, como nunca antes.
Lena regresó a la cocina, dándole la vuelta al tocino. Yul podía ver las lonjas girando en su cabeza. Finalmente alzó la vista, sólo para encogerse de hombros.
-Estoy de acuerdo, Yul.
-¿Eso es todo? ¿Estoy de acuerdo?
-¿Qué quieres que diga?
-No lo sé. Algo ... - dijo mientras se volvía nuevamente hacia la ventana - Ni siquiera sabemos si Hoganville es solo un pequeño lugar espeluznante o qué. Me gustaría sentir que hay una razón por la que estemos aquí y no sólo porque sacamos el extremo corto del palillo.
-Hoganville llamó la atención, es por eso que estamos aquí. Lo sabes. Pero tienes razón. No sabemos si Hoganville es la causa de las desapariciones o no. Una apuesta arriesgada, tomando en cuenta que no hay pruebas que apunten a la misma. Pero tengo la sensación de que algo está ocurriendo aquí. Simplemente con estar en la cafetería, con ver a la gente de esa manera. Algo raro está pasando.
-Raro, sí. Si es de naturaleza criminal está aún por determinarse - Yul dejó escapar un profundo suspiro, finalmente girando desde la ventana - ¿Necesitas un poco de ayuda? - ofreció señalando hacia la estufa.
-Puedes poner la mesa, por favor - dijo ella. Yul fue a los armarios, descubriendo con diversión que los platos no coincidían.
-¿Vas a ser capaz de comer en esto durante seis meses? - Lena la miró y sonrió.
-No soy jactanciosa, sabes. Pero en realidad ¿qué difícil es comprar un juego que coincida? - Bajó la espátula - Está bien, lo admito, me está volviendo loca. Y en nuestro próximo viaje a San Agustín, voy a comprar unos nuevos - Yul se echó a reír.
-Ves, ¿puedes comprar un televisor también? Boris dijo no a mi petición.
-¿Estás bromeando? ¿Realmente espera que nos quedemos aquí posiblemente por meses sin una?
-Él dijo que el presupuesto era demasiado estrecho para comprar frivolidades.
Lena puso las manos en sus caderas, mirándola fijamente.
-¿Frivolidades? ¿Sabe dónde estamos? El entretenimiento más cercano está a cuarenta y cinco minutos y la mayoría de las personas ni siquiera llamaría a eso entretenimiento. Me gustaría verlo atrapado aquí por unos meses - se volvió hacia la cocina y se detuvo nuevamente - Y si hubiesen sido Samir y Dima, se habrían quejado lo suficiente como para que él les hubiera entregado una. Te lo juro - murmuró - Hombres.
-Realmente no pareces del tipo de ver televisión- dijo Yul.
-No lo soy. Pero si no conseguimos una pronto, vas a volverme loca.
***
Fiona se sentó, con la cabeza palpitante.
Hacía frío en la cámara y la única antorcha encima de la cama era cegadora. Se alejó de esta. Sus pensamientos estaban confusos, a la deriva, yendo y viniendo, dejándola sin saber que era real y que era un sueño. Por fin abrió los ojos, atreviéndose a levantar las sábanas. Abrió la boca, dejándolas caer rápidamente. Inclinó su cabeza hacia atrás, estirando sus piernas, esperando un dolor punzante.
Sorprendentemente, no sintió nada.
Toda esa sangre y no sintió nada ¿Qué había pasado? Saltó cuando oyó pasos. Madre Hogan pareció sorprendida cuando se acercó.
-Estás despierta, Fiona - era una afirmación, casi acusadora.
-Si.
-¿Cómo te sientes?
-Me duele la cabeza.
-Sí. Se detendrá pronto - le entregó una copa -Aquí. Caldo. No has comido mucho esta semana.
-¿Esta semana? ¿Qué día es hoy?
-Es domingo, querida - Madre Hogan sonrió -Esta noche podrás regresar a la escuela ¿Estarás preparada para eso? - Fiona frunció el ceño. Había perdido toda una semana.
-No lo sé. No creo que pueda conducir.
-El caldo ayudará con tu cabeza. Tan pronto como oscurezca, prepararemos tu baño. He convocado a tu madre para que te ayude.
-Hay ... hay sangre - dijo en voz baja. Madre Hogan sonrió.
-Sí. Lamentable. Me temo que Antel fue ... bestial contigo. El baño va ayudar - se puso de pie - Ahora acuéstate. Pasha vendrá por ti cuando sea el momento.
Fiona hizo lo indicado, demasiado cansada para protestar. Vio la mole de una sombra detrás de la madre Hogan, luego este se había ido. Instintivamente, se agachó y cubrió su vientre, acelerándose su pulso. ¿Estaría embarazada? ¿Antel habría tenido éxito?
Trató de recordar lo que había sucedido durante la semana. No tenía ningún recuerdo de Antel, excepto por la primera noche en las cámaras.
El resto estaba borroso. Todo lo que podía recordar eran sus manos frías, una sombra ... y la oscuridad. Giró su cabeza hacia un lado, lejos de la entrada a las cámaras. Estaba ansiosa por volver a la escuela. Allí, al menos, sentía como si tuviese algún tipo de control.
Capítulo corto, lo sé, pero es parte de la historia. Gracias a las personas nuevas que se han registrado y tomado el tiempo en comentar. Bienvenidos ya que no había tenido chance de darles la bienvenida al foro. Espero disfruten todas las historias y que pasen y comenten como hasta ahora.
Yul se paró junto a la ventana, mirando distraídamente hacia el bosque. Escuchó a Lena en la cocina y pronto olió el tocino, pero no estaba realmente interesada esta mañana. Se sentía inquieta.
Dejó escapar un suspiro. Bueno, estaba aburrida. Esta pequeña asignación le estaba aburriendo hasta el alma.
-¿Qué pasa? - Se dio la vuelta, aceptando la taza de café que Lena le ofrecía.
-¿Qué pasa? Todo - dijo ella - ¿Qué diablos estamos haciendo aquí? Quiero decir, me siento como que estamos perdiendo el tiempo. Realmente no estamos investigando nada, lo sabes.
-Si lo se.
-Estoy sentada en un aula llena de malditas delincuentes juveniles ... literalmente ... y ¿haciendo qué? ¿Siendo una niñera? Tú estás enseñando clases de gimnasia, por el amor de Dios. Ni siquiera hemos conocido a Fiona, quien es por lo menos y si es una persona de interés. Siento como que deberíamos estar haciendo algo - dijo ofuscada - Esta debe ser la asignación más aburrida en la que he perdido el tiempo, como nunca antes.
Lena regresó a la cocina, dándole la vuelta al tocino. Yul podía ver las lonjas girando en su cabeza. Finalmente alzó la vista, sólo para encogerse de hombros.
-Estoy de acuerdo, Yul.
-¿Eso es todo? ¿Estoy de acuerdo?
-¿Qué quieres que diga?
-No lo sé. Algo ... - dijo mientras se volvía nuevamente hacia la ventana - Ni siquiera sabemos si Hoganville es solo un pequeño lugar espeluznante o qué. Me gustaría sentir que hay una razón por la que estemos aquí y no sólo porque sacamos el extremo corto del palillo.
-Hoganville llamó la atención, es por eso que estamos aquí. Lo sabes. Pero tienes razón. No sabemos si Hoganville es la causa de las desapariciones o no. Una apuesta arriesgada, tomando en cuenta que no hay pruebas que apunten a la misma. Pero tengo la sensación de que algo está ocurriendo aquí. Simplemente con estar en la cafetería, con ver a la gente de esa manera. Algo raro está pasando.
-Raro, sí. Si es de naturaleza criminal está aún por determinarse - Yul dejó escapar un profundo suspiro, finalmente girando desde la ventana - ¿Necesitas un poco de ayuda? - ofreció señalando hacia la estufa.
-Puedes poner la mesa, por favor - dijo ella. Yul fue a los armarios, descubriendo con diversión que los platos no coincidían.
-¿Vas a ser capaz de comer en esto durante seis meses? - Lena la miró y sonrió.
-No soy jactanciosa, sabes. Pero en realidad ¿qué difícil es comprar un juego que coincida? - Bajó la espátula - Está bien, lo admito, me está volviendo loca. Y en nuestro próximo viaje a San Agustín, voy a comprar unos nuevos - Yul se echó a reír.
-Ves, ¿puedes comprar un televisor también? Boris dijo no a mi petición.
-¿Estás bromeando? ¿Realmente espera que nos quedemos aquí posiblemente por meses sin una?
-Él dijo que el presupuesto era demasiado estrecho para comprar frivolidades.
Lena puso las manos en sus caderas, mirándola fijamente.
-¿Frivolidades? ¿Sabe dónde estamos? El entretenimiento más cercano está a cuarenta y cinco minutos y la mayoría de las personas ni siquiera llamaría a eso entretenimiento. Me gustaría verlo atrapado aquí por unos meses - se volvió hacia la cocina y se detuvo nuevamente - Y si hubiesen sido Samir y Dima, se habrían quejado lo suficiente como para que él les hubiera entregado una. Te lo juro - murmuró - Hombres.
-Realmente no pareces del tipo de ver televisión- dijo Yul.
-No lo soy. Pero si no conseguimos una pronto, vas a volverme loca.
***
Fiona se sentó, con la cabeza palpitante.
Hacía frío en la cámara y la única antorcha encima de la cama era cegadora. Se alejó de esta. Sus pensamientos estaban confusos, a la deriva, yendo y viniendo, dejándola sin saber que era real y que era un sueño. Por fin abrió los ojos, atreviéndose a levantar las sábanas. Abrió la boca, dejándolas caer rápidamente. Inclinó su cabeza hacia atrás, estirando sus piernas, esperando un dolor punzante.
Sorprendentemente, no sintió nada.
Toda esa sangre y no sintió nada ¿Qué había pasado? Saltó cuando oyó pasos. Madre Hogan pareció sorprendida cuando se acercó.
-Estás despierta, Fiona - era una afirmación, casi acusadora.
-Si.
-¿Cómo te sientes?
-Me duele la cabeza.
-Sí. Se detendrá pronto - le entregó una copa -Aquí. Caldo. No has comido mucho esta semana.
-¿Esta semana? ¿Qué día es hoy?
-Es domingo, querida - Madre Hogan sonrió -Esta noche podrás regresar a la escuela ¿Estarás preparada para eso? - Fiona frunció el ceño. Había perdido toda una semana.
-No lo sé. No creo que pueda conducir.
-El caldo ayudará con tu cabeza. Tan pronto como oscurezca, prepararemos tu baño. He convocado a tu madre para que te ayude.
-Hay ... hay sangre - dijo en voz baja. Madre Hogan sonrió.
-Sí. Lamentable. Me temo que Antel fue ... bestial contigo. El baño va ayudar - se puso de pie - Ahora acuéstate. Pasha vendrá por ti cuando sea el momento.
Fiona hizo lo indicado, demasiado cansada para protestar. Vio la mole de una sombra detrás de la madre Hogan, luego este se había ido. Instintivamente, se agachó y cubrió su vientre, acelerándose su pulso. ¿Estaría embarazada? ¿Antel habría tenido éxito?
Trató de recordar lo que había sucedido durante la semana. No tenía ningún recuerdo de Antel, excepto por la primera noche en las cámaras.
El resto estaba borroso. Todo lo que podía recordar eran sus manos frías, una sombra ... y la oscuridad. Giró su cabeza hacia un lado, lejos de la entrada a las cámaras. Estaba ansiosa por volver a la escuela. Allí, al menos, sentía como si tuviese algún tipo de control.
Capítulo corto, lo sé, pero es parte de la historia. Gracias a las personas nuevas que se han registrado y tomado el tiempo en comentar. Bienvenidos ya que no había tenido chance de darles la bienvenida al foro. Espero disfruten todas las historias y que pasen y comenten como hasta ahora.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
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A Fati20 y a Ice-Man les gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Si a veces es corto q nos mata la ansiedad de saber más pero hay vamos poco a poco pero seguro, es una historia muy interesante con mucho misterio y entre las chicas creo q las cosas se van dando bien . Saludos cariño mio
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Si fue muy corto a mi parecer pero no importa porque va adelantando parte de la historia. Saludos y gracias por la bienvenida
Ice-Man- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 08/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Extremadamente corto. Espero el próximo con muchas ansias, guapo! Besos
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Jajajaja Yulia debe tener al borde a la pobre Lenita n
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 16:
-Eso huele muy bien - dijo Yul, pero Lena golpeó su mano mientras la morena trataba de pasar el dedo para probar.
-Ni se te ocurra.
-Me sorprende que puedas cocinar - dijo ella -Quiero decir, creciendo como lo hiciste. Tenías sirvientes, cocineros ¿No es así? - Lena miró hacia otro lado y Yul notó la expresión casi avergonzada en su rostro.
-Los teníamos. Eso no quiere decir que no aprendiera de ellos - dijo la pelirroja - Me gusta cocinar. Algo que mi madre no ha hecho ni un solo día en su vida.
Había tantas cosas que Yul podía decir sobre eso, pero se mantuvo en silencio.
Lena no había compartido mucho de su educación, pero esa pequeña declaración decía mucho. No pudo evitar sentirse impresionada con Lena. Aquí estaba una mujer que había nacido con una cuchara de plata en su boca, sin embargo, estuvo a punto de rechazarlo todo, viviendo como pobretona con un trabajo en la KGB.
Yul le creía a Lena cuando había dicho que quería ayudar a la gente. Después de todo, esa fue la razón por la que la pelinegra se había convertido en policía. Para ayudar a la gente... a los niños.
***
Caminaron a la siguiente puerta hacia la casa de Svetlana y Becca tan pronto como vieron que otra pareja llegaba.
Yulia no tenía reparos en ser la primera, pero Lena le había dado esa mirada que indicaba que se trataba de mala educación ser las primeras en una fiesta.
El tema de hoy era comida mexicana, Yul trajo Coronas y limón para beber. Lena había hecho una cazuela que burbujeaba con queso. Otro de sus platos vegetarianos, sin embargo, parecía delicioso. Valerie y su pareja, Emma, estaban allí delante de ellas y las dos le dieron una cálida bienvenida.
Yul esperaba poder estar a solas con Valerie. Lena le había compartido el comentario de Gayla acerca de la visita de Valerie a la tienda local de comestibles. La pelinegra quería interrogarla al respecto. Por lo menos entonces sentiría como si estuviese trabajando.
-Oh, eso se ve delicioso, Lena.
-Gracias.
-¿Qué te hace pensar que no lo hice yo? -preguntó Yul con una sonrisa.
-Lo siento, querida. Solo asumí que Lena era la cocinera en la familia - dijo Svetlana, tomando el plato de la pelirroja y colocándolo en la mesa que más tarde se serviría como un bufet.
-No hay problema - Yul miró de pasada hacia Lena - Mi amor no me deja entrar en la cocina, excepto para lavar los platos.
-No puedo decir que la culpo - dijo Becca -Svetlana tiene dos pies izquierdos a la hora de cocinar. Prefiero que se quede afuera - Svetlana rió.
-Lo que está bien para mí. No me gusta cocinar.
Yulia mantuvo una sonrisa en su rostro, volteando mentalmente los ojos. Ya estaba aburrida y tenían toda la tarde delante de ellas.
Espió las sillas de jardín que se habían colocado en la sombra, notando con diversión los dos ventiladores que ubicaron para ayudar a ahuyentar el calor del verano. Tomó la mano de Lena, tirando de ella. Eligió una tumbona, sentándose y trayendo a la ojiverde con ella, dejando espacio para que se sentara entre sus piernas.
-Debemos compartir - dijo Yul.
Lena se sentó rígidamente, con su mano en el brazo de Yulia, en advertencia.
-Creo que hay muchas - dijo ella. Al ver que nadie estaba mirando, se dio la vuelta mirandola - ¿Qué diablos crees que estás haciendo?
-Ahora compórtate, mi amor - dijo Yul con una sonrisa en sus labios - Simplemente no puedo tener suficiente de ti - murmuró.
-Vas a pagar por esto - dijo Lena entre dientes, luego forzó una sonrisa rápidamente cuando Valerie se acercó.
-Ustedes son tan lindas - dijo esta mientras sacaba una silla.
-Cuando Emma y yo comenzamos nuestra relación, no dejamos la casa las primeras seis semanas - dijo riendo.
-¿Quieres decir que este sentimiento se detendrá? - preguntó Yul mientras permitía que sus dedos rozaran suavemente el estómago de Lena.
-Bueno, si estás enamorada, creo que no se detiene, sólo se mitiga un poco - La ojiverde entrelazó sus dedos con los de Yul, deteniendo efectivamente sus caricias. Con la otra mano, oculta de Valerie, pellizcó a la morena con fuerza en la pierna.
Yulia tuvo que morderse el labio para evitar una mueca y luego casi se ahogó con la risa que amenazaba con salir.
-Creo que a veces te olvida que no estamos solas - Lena sonrió dulcemente - ¿No es así, mi amor?
-Tal vez simplemente no puedo mantener mis manos lejos de ti.
-Tal vez deberías intentarlo - murmuró Lena. Yul aclaró su garganta, sin soltar la mano de esta.
-Así que, Valerie, escuché que tuviste una experiencia en la tienda de comestibles en Hoganville. Lena yo intentamos ir allí el pasado fin de semana, pero estaba cerrado - Valerie negó con la cabeza.
-No, no lo hagas. Ese lugar es espeluznante.
-Eso fue lo que pensamos acerca de la cafetería - dijo Lena - Fuimos ayer.
-Guau, ¿lograron entrar? - preguntó Valerie -¿Cómo es?
Lena se volteó ligeramente y Yulia la miró a los ojos, ambas con igual cuestionamiento. No habían hablado de cuanto compartir con los demás. Yul tomó la delantera.
-Fue muy raro - dijo - Nos sentamos, pero la señora del café no nos sirvió. Los que estaban allí se voltearon sin mirarnos. Entonces una mujer mayor apareció, Esther Hogan y dijo que estaba cerrado, que estaban teniendo una fiesta privada - Valerie asintió.
-Sí. Eso fue lo que pasó en la tienda de comestibles. Entré. Todo lo que necesitaba era harina. Tenía antojo de pan de plátano y no tenía harina - dijo con una sonrisa - Habían tal vez cinco o seis personas allí. Literalmente se esparcieron cuando entré. Quiero decir, como si hubiesen corrido. Como si simplemente hubiesen desaparecido - dijo chasqueando los dedos - No hubo señal de ellos por ninguna parte. Quiero decir, la tienda no es tan grande. Así que estaba allí de pie, preguntándome si debería buscar la harina y dejar el dinero o algo así, cuando esta mujer... Esther Hogan... simplemente apareció de la nada. Casi me mata del susto - se rió - Derribé todo un estante de productos enlatados, terminando sobre mi culo con esa atemorizante mujer de pie junto a mí - su sonrisa se desvaneció - Luego se puso frío. Muy, muy frío. Y hubo una... no estoy segura de cómo describirlo. Fue como una sombra, una presencia, algo. Entonces no pude respirar, como si alguien me estuviese ahogando - se estremeció y Yul sintió como los dedos de Lena se apretaban contra su mano -La mujer me levantó como si fuese una muñeca. Dijo que su tienda no era para los de afuera. Creo que me desmayé o algo así, porque eso es lo último que recuerdo. Lo siguiente, estaba sentada en mi coche - hizo una pausa - Eso fue raro, pero lo más extraño, era que había una bolsa de harina en el asiento - trató de sonreír, pero Yul supo que era forzada -¿Cómo sabía que había entrado a la tienda por harina?
-Guau - dijo Lena - Entramos allí para desayunar. No nos sirvieron, pero Esther Hogan nos envió a casa con una cesta de huevos, tocino y una hogaza de pan casero - Lena rió.
-Entonces ¿hiciste el pan de plátano o qué? - Valerie también se rió aliviándose un poco su tensión.
-Sí. Después de todo eso, me merecía un regalo - Yul sonrió.
-Sí. Puedo decir que el desayuno fue el mejor que tuve en años. Los huevos frescos, el tocino probablemente curado en casa. ¿Me pregunto por qué le temen a los extraños? - preguntó ella.
-No lo sé. Fiona es tan agradable y normal como se puede ser. Me resulta difícil creer que es de ese pueblo.
-No la hemos conocido todavía - dijo Lena - Nos dicen que es nuestra vecina.
-Ha estado enferma toda la semana. Realmente inusual. No creo que alguna vez haya perdido un día - dijo Valerie.
-Espero que no sea nada grave.
-¿Qué hay de ese grito de animal que escuchamos la otra noche? ¿Qué demonios fue eso? - preguntó Yul. Valerie se encogió de hombros.
-No tenemos ni idea. Me gustaría decir que te acostumbras a ello, pero que realmente no es así. A veces se oye tan cercano...
-¿Con qué frecuencia lo has oído?
-Oh, no es como si fuese cada noche ni nada de eso. Tal vez una vez a la semana. Es probable que sólo sea un león de montaña o algo así.
-Bueno, eso nos asustó de muerte - dijo Lena.
Fueron interrumpidas por la llegada de otros. Lena y Emma se levantaron para ayudar mientras Robbie cargaba con tres platos. Yul aprovechó la oportunidad para buscar una de las cervezas que trajo.
Cuando quitó la tapa de la botella, su interés fue captado al ver una máquina portátil de margarita sobre una mesa. El hombre que la atendía era poco familiar para ella así que le tendió una mano a modo de saludo.
-Soy Yulia Volkova - dijo ella.
-Hola. David Grumfeld. Encantado de conocerte - Yul asintió.
-Eres el esposo de Gayla - dijo ella.
-Sí. Es una de las nuevas ¿verdad? ¿Elena Katina? - Yul sonrió.
-Esas somos nosotras.
-¿Qué les parece hasta el momento? - preguntó.
-Bueno, viniendo de la capital, estoy en un shock cultural - admitió con sinceridad - El ritmo es un poco lento - Él se echó a reír.
-Sé lo que quieres decir. Antes de llegar acá, estábamos en Ekaterimburgo. No pensé que superaríamos el primer mes. Podría decir que te acostumbras, pero tal vez simplemente aprendes a tolerarlo - dijo él - Hacemos un viaje mensual a nuestra ciudad para llenar nuestra necesidad de sentirnos en casa. Pueden tratar con eso. Es un poco más cerca que Siev pero sin la pesadilla del tráfico. Al menos para nosotros. Probablemente están acostumbradas a ello.
-Puedo decir que es lo único que no echo de menos - dijo ella - Así que ¿qué tienes aquí?
-La traemos cada vez que hay una temática mexicana.
-En ese caso, tenemos que tener un tema mexicano cada fin de semana - dijo ella señalándolo con la Corona. Él asintió con una breve carcajada.
-Entonces veo que tenemos un interés en común. Dame unos quince minutos y voy a tener el primer lote listo.
-Gracias, Dave. Volveré.
Vio a Lena hablando con Svetlana y se acercó por detrás de ella, serpenteando un brazo alrededor de su cintura, riendo mientras Lena saltaba.
-No quise sorprenderte - dijo ella. Lena sonrió.
-Por supuesto que sí querías - miró la cerveza, luego otra vez hacia Yul. Me encantaría una. Gracias - Yul lo tomó como una invitación y se acercó besándola en la boca.
-Ya vuelvo. Svetlana ¿te traigo algo?
-Becca te ganó en eso, pero gracias - Yul le hizo un guiño a Lena, complacida de que había un atisbo de sonrisa en sus ojos en lugar de las dagas que había estado esperando.
Tal vez la ojiverde también estaba aburrida y no le importaba un poco de juego. Después de todo, lo hacían con Sam y Dima todo el tiempo. Por supuesto, el coqueteo que hacían mientras estaban alrededor de los chicos nunca era físico. Hoy, aquí, podrían extenderse. Los roles que jugaban les daba permiso, razonó. Tal vez pondría a prueba su suerte y vería cuán lejos lo llevaría Lena. Podría ser divertido. O podría matarla.
***
-Es tan cariñosa - dijo Svetlana - Tienes mucha suerte - Lena tuvo que morderse los labios para no reírse.
-Sí. Mucha suerte.
-Becca nunca fue así. Nunca me tocaba fuera de nuestra propia casa - dijo casi pensativa -Creo que ser una maestra de toda la vida hace eso. Es divertido verlas a las dos. Tan enamoradas, siempre tocándose. Echo de menos eso.
Lena no sabía qué decir a ese comentario. ¿Tan enamoradas? ¿Era su actuación tan buena? Levantó la vista cuando Yul se acercó y sus ojos se encontraron. Había un sugerente desafío en los ojos de la pelinegra y sintió un momento de pánico ante lo que Yulia pretendía.
-Aquí tienes, bebé - dijo con una sonrisa encantadora.
-Gracias.
La mano de Yul se deslizó sobre su cadera, deslizándola más abajo por una fracción de segundos y luego de vuelta a su cintura.
Svetlana las estaba mirando fijamente y Lena se acercó más a Yulia, rozando cariñosamente su hombro con el suyo, sintiendo los ojos de Svetlana en ellas.
-Conocí a Dave - dijo Yul - Tiene una máquina de margarita. Creo que va a ser mi nuevo mejor amigo - Lena y Svetlana se rieron.
-Tienes síndrome de abstinencia de tequila ¿verdad? - bromeó la ojiverde.
-Sí - entonces Yuliq meneó sus cejas - Sabes lo que el tequila me hace - Lena sonrió.
-Si, lo sé.
-Bueno, las dejo solas, tortolitas - dijo Svetlana - Creo que debería ayudar a Becca.
Tan pronto como estuvo fuera del alcance del oído, Lena se volvió hacia Yul con la intención de castigarla, pero encontró que estaba siendo atraída aún más.
Antes que pudiera protestar, la boca de Yulia estuvo sobre la suya, su lengua rozando juguetonamente su labio inferior. Para su horror, se descubrió respondiendo, sin poder mantener su boca cerrada y acogiendo a Yulia en su interior. La morena se retiró lentamente con sus ojos ensombrecidos.
-Me encanta como besas - murmuró ella.
-¿Qué demonios te pasa? - susurró Lena, sin poder evitar que sus manos se deslizaran hacia el pecho de la pelinegra. Yul la atrajo hacia sí aún más, con la boca en su oído.
-Sólo estoy tratando de combatir el aburrimiento - dijo ella - Besar es una cura aceptable - una vez más, su boca se movió hacia Lena.
Lena tuvo tiempo de girar su cabeza, si lo hubiese elegido. Desafortunadamente, su cuerpo no estuvo de acuerdo con su cerebro y aceptó el beso, cerrando sus ojos con el contacto. Para un observador casual, ellas no eran más que dos amantes teniendo un breve momento íntimo. Lo cual, por supuesto, era lo que estaban tratando de interpretar. Pero, maldita sea, ¿Yul tenía que hacer que pareciera tan real?
-Pensé que habíamos decidido que el beso no era aceptable - dijo Lena en voz baja, con los ojos fijos en los labios de Yulia.
-Nunca estuve de acuerdo con tus reglas.
Estaban a un soplo de distancia y si hubiesen sido verdaderas amantes, Lena se hubiese inclinado más cerca, poseyendo nuevamente los labios que estaban tentándola.
En vez de eso, dio un paso atrás, fuera de los brazos de Yul. Sea cual fuese el juego que la pelinegra estaba jugando, no quería saber nada de eso.
-Toma con calma el tequila, tigre. No querrás dormir en el sofá esta noche ¿verdad?
Lena fue a ayudar a los demás, escuchando la risa ligera de Yul mientras se dirigía en dirección a la máquina de margarita.
Hablaría con ella esta noche, decidió. No, esta asignación tampoco se encontraba en el tope de la escala de emoción para ella, pero eso no significaba que Yul podría improvisar en su juego de roles. Y ciertamente no significaba que podía tocarla y besarla a voluntad. El hecho de que respondiera al beso le hacía enojar aún más consigo misma que con Yul.
Ya no estaba de humor para fiestas, pero mantuvo una sonrisa en su rostro, prometiéndose a sí misma que evitaría a Yul el resto de la noche. Lo que no sería difícil de hacer. La vio conversando con Dave, con una margarita en la mano. Lena fue en la dirección opuesta
***
-¿Hasta cuándo vas a seguir con esto? - preguntó Yulia cuando Lena la rodeó en silencio para entrar en el cuarto de baño.
Una vez más, la pelirroja no respondió mientras se cepillaba los dientes.
Yul no era de las que mantenía las cosas en su interior. Si estás enojada por algo, dilo. No podía soportar el silencio. Así que de manera infantil bloqueó la puerta para que Lena no pudiese huir a la seguridad de la habitación. Arqueó sus cejas.
-¿Cuál es tu problema? - Lena se cruzó de brazos a la defensiva, dándole a Yul una mirada en blanco.
-¿Tienes que preguntar?
-Obviamente. Me evitaste en la fiesta. No me estás hablando. Así que estás enojada por algo - Lena sonrió.
-Eres un genio. Ahora por favor, déjame pasar.
-No. Quiero hablar ¿Es porque te besé?
-Guau. Gran deducción - Lena se movió para pasar por delante de ella pero Yul se lo impidió.
-¿Estás enojada porque te besé? Vamos, Elena ¿En serio? - Lena levantó la barbilla desafiante.
-No me siento cómoda con esto ¿de acuerdo? No quiero que me toques. Y definitivamente no quiero que me beses.
-No. Eso no es todo. Estás enojada conmigo porque respondiste a mi beso. Eso es todo ¿no es así? - Lena la miró.
-No hice tal cosa. Te lo dije, no quiero que me beses. Nunca.
-Oh, vamos, Elena ¿Qué pasa? ¿Es demasiado real? ¿Te recuerda esa noche?
-Te aseguro que nunca pienso en esa noche.
-Sé que estás mintiendo.
-No es así. No tengo necesidad de recordar esa noche. No significó nada - La risa de Yul fue amarga.
-Oh, cierto. Porque no soy tu tipo ¿Qué? ¿No soy lo suficientemente refinada para ti? ¿No soy lo suficientemente correcta? ¿Mi cabello no es perfecto? ¿Mi ropa? ¿Soy demasiado marimacho para ti? - se sorprendió cuando parte de la rabia abandonó los ojos de Lena.
-No es eso y tú lo sabes. Estamos pretendiendo ser amantes, pero no, no eres alguien con quien saldría. Y no tiene nada que ver con tu condición social o tu ropa o lo que sea. Es por quien eres - dijo Lena - Escoges mujeres y luego las tiras a la basura como si fuesen nada. No creo que sepas cómo tratar a las mujeres.
Yul mentiría si dijera que eso no la había herido. Lo hizo. Y tal vez eso era cierto. Después de todo, tenía a su padre como un modelo a seguir. La ira contra su padre resurgió y se desquitó con Lena.
-Cierto. Y tu compañera perfecta no tendría ninguno de los antecedentes terribles que tengo yo. No soy lo suficientemente buena para Elena Katina ¿verdad? Tu amante sería alguien con un trabajo mejor remunerado que el mío. Tu amante siempre sería agradable para ti, haría todo por ti, te haría el amor despacio y fluido. Ella te trataría como a una dama. ¿No es así?
Lena le sostuvo la mirada, pero no dijo nada. Yul se acercó más.
-Excepto esa noche - dijo Yul en voz baja - No lo querías despacio y fluido. No lo querías como una dama. Sólo querías a alguien que te follara esa noche - los ojos de Lena brillaron y trató de pasar por delante, pero Yul se lo impidió - No. Era lo suficientemente buena para ti esa noche ¿verdad? Querías que te follara hasta que no pudieses pensar, hasta que no pudieses sentir, no pudieses ver. No pudieses caminar. Querías a alguien para echarlo todo por la borda. Era lo suficientemente buena esa noche - Lena se sacudió soltando su brazo. -
Sí. Sí a todo eso. Era como tú esa noche.
-Sí. Lo eras. Supongo que las dos conseguimos lo que queríamos.
-El problema es que eres así todas las noches.
Yul la dejó pasar. La puerta de la habitación no se cerró de golpe como lo esperaba. En lugar de eso, Lena la cerró silenciosamente detrás de ella.
Yulia se volteó, mirándose a sí misma en el espejo, su ira iba cambiando a tristeza. Lena tenía razón. Ella no sabía cómo tratar a las mujeres. Oh, podía jugar el juego de la seducción. Era buena en eso. Y una vez que llevaba a una mujer a la cama, sabía exactamente qué hacer con ellas. También era buena en eso.
Pero Lena tenía razón. Eso era lo más lejos que podía llegar. No se molestaba con sus nombres, no tenía ningún interés en volver a verlas. No tenía ningún interés en una relación.
Había visto de primera mano cómo resultaban las cosas. Los gritos, el llanto... los golpes. Y cuando eso fallaba, todo cambiaba desquitándose con los niños.
Alejó sus recuerdos. No haría ningún bien viajar por ese camino nuevamente. Dios sabía que lo había hecho lo suficiente en los últimos quince, veinte años.
Suspiró, luego se fue a su propia rutina nocturna. Tal vez tomaría el sofá esta noche. Dudaba que Lena la quisiera en la misma habitación con ella y mucho menos en la misma cama. No tenían almohadas extra y el otro juego de sábanas estaba en el dormitorio así que apoyó su cabeza en el lado redondeado del sofá, tratando de no pensar en quién... y qué... había estado en el antes que ella.
No era exigente de ninguna manera, pero dormir en un sofá usado era repugnante.
Se retorció y se volvió, tratando de ponerse cómoda, pero el sueño la eludía. No estaba ni cerca de quedarse dormida cuando, una hora más tarde, unos faros destellaron a través de la ventana.
Se puso de pie, mirando en silencio hacia afuera. El coche se detuvo al lado. ¿Fiona? Entrecerró los ojos en la oscuridad, al ver como el hombre... el Hulk de la cafetería... abría la puerta del pasajero y ayudaba a salir a una mujer. Él esperaba en la puerta principal, sin entrar en la casa. Cuando cerró la puerta tras ella, él sujeto se alejó a pie, desapareciendo en el bosque.
-¿Qué demonios? - susurró.
Hizo una nota mental de consultar mañana con el jefe sobre quien estaría trabajando en la entrada. Miró el sofá nuevamente, luego miró hacia la puerta del dormitorio.
La habitación parecía el menor de los males. Lena estaba dormida, tomando más de su parte de la cama. Yul se la quedó mirando, su rostro era tan sereno y tranquilo. Hermoso. Y de ninguna manera su tipo.
Lena tendía a gravitar alrededor de las mujeres que tenían un lado lascivo. Maleducadas y malhabladas, el sexo siempre rudo y crudo.
Lena era todo lo contrario. Limpia, refinada. Elegante. La verdad era que lo que había comenzado como algo rudo y crudo había terminado siendo como algo pausado y lánguido. El sexo bajo y sucio dio paso a un acto tierno y sin prisa, como hacer el amor. Algo que no creía era capaz de hacer.
Miró unos segundos más y luego en silencio se deslizó al lado de la pelirroja.
Para su sorpresa, Lena murmuró algo en sueños, buscando a Yul con sus manos. El corazón de la pelinegra latió con más rapidez cuando una mano cálida se curvó alrededor de su brazo. Debió moverse, lo sabía. Lena estaría avergonzada. Pero eso se sentía tan bien. Ella sentía... que lo necesitaba. Así que se quedó dónde estaba, cerrando sus ojos cuando la mano de Lena la apretó inconscientemente.
-Eso huele muy bien - dijo Yul, pero Lena golpeó su mano mientras la morena trataba de pasar el dedo para probar.
-Ni se te ocurra.
-Me sorprende que puedas cocinar - dijo ella -Quiero decir, creciendo como lo hiciste. Tenías sirvientes, cocineros ¿No es así? - Lena miró hacia otro lado y Yul notó la expresión casi avergonzada en su rostro.
-Los teníamos. Eso no quiere decir que no aprendiera de ellos - dijo la pelirroja - Me gusta cocinar. Algo que mi madre no ha hecho ni un solo día en su vida.
Había tantas cosas que Yul podía decir sobre eso, pero se mantuvo en silencio.
Lena no había compartido mucho de su educación, pero esa pequeña declaración decía mucho. No pudo evitar sentirse impresionada con Lena. Aquí estaba una mujer que había nacido con una cuchara de plata en su boca, sin embargo, estuvo a punto de rechazarlo todo, viviendo como pobretona con un trabajo en la KGB.
Yul le creía a Lena cuando había dicho que quería ayudar a la gente. Después de todo, esa fue la razón por la que la pelinegra se había convertido en policía. Para ayudar a la gente... a los niños.
***
Caminaron a la siguiente puerta hacia la casa de Svetlana y Becca tan pronto como vieron que otra pareja llegaba.
Yulia no tenía reparos en ser la primera, pero Lena le había dado esa mirada que indicaba que se trataba de mala educación ser las primeras en una fiesta.
El tema de hoy era comida mexicana, Yul trajo Coronas y limón para beber. Lena había hecho una cazuela que burbujeaba con queso. Otro de sus platos vegetarianos, sin embargo, parecía delicioso. Valerie y su pareja, Emma, estaban allí delante de ellas y las dos le dieron una cálida bienvenida.
Yul esperaba poder estar a solas con Valerie. Lena le había compartido el comentario de Gayla acerca de la visita de Valerie a la tienda local de comestibles. La pelinegra quería interrogarla al respecto. Por lo menos entonces sentiría como si estuviese trabajando.
-Oh, eso se ve delicioso, Lena.
-Gracias.
-¿Qué te hace pensar que no lo hice yo? -preguntó Yul con una sonrisa.
-Lo siento, querida. Solo asumí que Lena era la cocinera en la familia - dijo Svetlana, tomando el plato de la pelirroja y colocándolo en la mesa que más tarde se serviría como un bufet.
-No hay problema - Yul miró de pasada hacia Lena - Mi amor no me deja entrar en la cocina, excepto para lavar los platos.
-No puedo decir que la culpo - dijo Becca -Svetlana tiene dos pies izquierdos a la hora de cocinar. Prefiero que se quede afuera - Svetlana rió.
-Lo que está bien para mí. No me gusta cocinar.
Yulia mantuvo una sonrisa en su rostro, volteando mentalmente los ojos. Ya estaba aburrida y tenían toda la tarde delante de ellas.
Espió las sillas de jardín que se habían colocado en la sombra, notando con diversión los dos ventiladores que ubicaron para ayudar a ahuyentar el calor del verano. Tomó la mano de Lena, tirando de ella. Eligió una tumbona, sentándose y trayendo a la ojiverde con ella, dejando espacio para que se sentara entre sus piernas.
-Debemos compartir - dijo Yul.
Lena se sentó rígidamente, con su mano en el brazo de Yulia, en advertencia.
-Creo que hay muchas - dijo ella. Al ver que nadie estaba mirando, se dio la vuelta mirandola - ¿Qué diablos crees que estás haciendo?
-Ahora compórtate, mi amor - dijo Yul con una sonrisa en sus labios - Simplemente no puedo tener suficiente de ti - murmuró.
-Vas a pagar por esto - dijo Lena entre dientes, luego forzó una sonrisa rápidamente cuando Valerie se acercó.
-Ustedes son tan lindas - dijo esta mientras sacaba una silla.
-Cuando Emma y yo comenzamos nuestra relación, no dejamos la casa las primeras seis semanas - dijo riendo.
-¿Quieres decir que este sentimiento se detendrá? - preguntó Yul mientras permitía que sus dedos rozaran suavemente el estómago de Lena.
-Bueno, si estás enamorada, creo que no se detiene, sólo se mitiga un poco - La ojiverde entrelazó sus dedos con los de Yul, deteniendo efectivamente sus caricias. Con la otra mano, oculta de Valerie, pellizcó a la morena con fuerza en la pierna.
Yulia tuvo que morderse el labio para evitar una mueca y luego casi se ahogó con la risa que amenazaba con salir.
-Creo que a veces te olvida que no estamos solas - Lena sonrió dulcemente - ¿No es así, mi amor?
-Tal vez simplemente no puedo mantener mis manos lejos de ti.
-Tal vez deberías intentarlo - murmuró Lena. Yul aclaró su garganta, sin soltar la mano de esta.
-Así que, Valerie, escuché que tuviste una experiencia en la tienda de comestibles en Hoganville. Lena yo intentamos ir allí el pasado fin de semana, pero estaba cerrado - Valerie negó con la cabeza.
-No, no lo hagas. Ese lugar es espeluznante.
-Eso fue lo que pensamos acerca de la cafetería - dijo Lena - Fuimos ayer.
-Guau, ¿lograron entrar? - preguntó Valerie -¿Cómo es?
Lena se volteó ligeramente y Yulia la miró a los ojos, ambas con igual cuestionamiento. No habían hablado de cuanto compartir con los demás. Yul tomó la delantera.
-Fue muy raro - dijo - Nos sentamos, pero la señora del café no nos sirvió. Los que estaban allí se voltearon sin mirarnos. Entonces una mujer mayor apareció, Esther Hogan y dijo que estaba cerrado, que estaban teniendo una fiesta privada - Valerie asintió.
-Sí. Eso fue lo que pasó en la tienda de comestibles. Entré. Todo lo que necesitaba era harina. Tenía antojo de pan de plátano y no tenía harina - dijo con una sonrisa - Habían tal vez cinco o seis personas allí. Literalmente se esparcieron cuando entré. Quiero decir, como si hubiesen corrido. Como si simplemente hubiesen desaparecido - dijo chasqueando los dedos - No hubo señal de ellos por ninguna parte. Quiero decir, la tienda no es tan grande. Así que estaba allí de pie, preguntándome si debería buscar la harina y dejar el dinero o algo así, cuando esta mujer... Esther Hogan... simplemente apareció de la nada. Casi me mata del susto - se rió - Derribé todo un estante de productos enlatados, terminando sobre mi culo con esa atemorizante mujer de pie junto a mí - su sonrisa se desvaneció - Luego se puso frío. Muy, muy frío. Y hubo una... no estoy segura de cómo describirlo. Fue como una sombra, una presencia, algo. Entonces no pude respirar, como si alguien me estuviese ahogando - se estremeció y Yul sintió como los dedos de Lena se apretaban contra su mano -La mujer me levantó como si fuese una muñeca. Dijo que su tienda no era para los de afuera. Creo que me desmayé o algo así, porque eso es lo último que recuerdo. Lo siguiente, estaba sentada en mi coche - hizo una pausa - Eso fue raro, pero lo más extraño, era que había una bolsa de harina en el asiento - trató de sonreír, pero Yul supo que era forzada -¿Cómo sabía que había entrado a la tienda por harina?
-Guau - dijo Lena - Entramos allí para desayunar. No nos sirvieron, pero Esther Hogan nos envió a casa con una cesta de huevos, tocino y una hogaza de pan casero - Lena rió.
-Entonces ¿hiciste el pan de plátano o qué? - Valerie también se rió aliviándose un poco su tensión.
-Sí. Después de todo eso, me merecía un regalo - Yul sonrió.
-Sí. Puedo decir que el desayuno fue el mejor que tuve en años. Los huevos frescos, el tocino probablemente curado en casa. ¿Me pregunto por qué le temen a los extraños? - preguntó ella.
-No lo sé. Fiona es tan agradable y normal como se puede ser. Me resulta difícil creer que es de ese pueblo.
-No la hemos conocido todavía - dijo Lena - Nos dicen que es nuestra vecina.
-Ha estado enferma toda la semana. Realmente inusual. No creo que alguna vez haya perdido un día - dijo Valerie.
-Espero que no sea nada grave.
-¿Qué hay de ese grito de animal que escuchamos la otra noche? ¿Qué demonios fue eso? - preguntó Yul. Valerie se encogió de hombros.
-No tenemos ni idea. Me gustaría decir que te acostumbras a ello, pero que realmente no es así. A veces se oye tan cercano...
-¿Con qué frecuencia lo has oído?
-Oh, no es como si fuese cada noche ni nada de eso. Tal vez una vez a la semana. Es probable que sólo sea un león de montaña o algo así.
-Bueno, eso nos asustó de muerte - dijo Lena.
Fueron interrumpidas por la llegada de otros. Lena y Emma se levantaron para ayudar mientras Robbie cargaba con tres platos. Yul aprovechó la oportunidad para buscar una de las cervezas que trajo.
Cuando quitó la tapa de la botella, su interés fue captado al ver una máquina portátil de margarita sobre una mesa. El hombre que la atendía era poco familiar para ella así que le tendió una mano a modo de saludo.
-Soy Yulia Volkova - dijo ella.
-Hola. David Grumfeld. Encantado de conocerte - Yul asintió.
-Eres el esposo de Gayla - dijo ella.
-Sí. Es una de las nuevas ¿verdad? ¿Elena Katina? - Yul sonrió.
-Esas somos nosotras.
-¿Qué les parece hasta el momento? - preguntó.
-Bueno, viniendo de la capital, estoy en un shock cultural - admitió con sinceridad - El ritmo es un poco lento - Él se echó a reír.
-Sé lo que quieres decir. Antes de llegar acá, estábamos en Ekaterimburgo. No pensé que superaríamos el primer mes. Podría decir que te acostumbras, pero tal vez simplemente aprendes a tolerarlo - dijo él - Hacemos un viaje mensual a nuestra ciudad para llenar nuestra necesidad de sentirnos en casa. Pueden tratar con eso. Es un poco más cerca que Siev pero sin la pesadilla del tráfico. Al menos para nosotros. Probablemente están acostumbradas a ello.
-Puedo decir que es lo único que no echo de menos - dijo ella - Así que ¿qué tienes aquí?
-La traemos cada vez que hay una temática mexicana.
-En ese caso, tenemos que tener un tema mexicano cada fin de semana - dijo ella señalándolo con la Corona. Él asintió con una breve carcajada.
-Entonces veo que tenemos un interés en común. Dame unos quince minutos y voy a tener el primer lote listo.
-Gracias, Dave. Volveré.
Vio a Lena hablando con Svetlana y se acercó por detrás de ella, serpenteando un brazo alrededor de su cintura, riendo mientras Lena saltaba.
-No quise sorprenderte - dijo ella. Lena sonrió.
-Por supuesto que sí querías - miró la cerveza, luego otra vez hacia Yul. Me encantaría una. Gracias - Yul lo tomó como una invitación y se acercó besándola en la boca.
-Ya vuelvo. Svetlana ¿te traigo algo?
-Becca te ganó en eso, pero gracias - Yul le hizo un guiño a Lena, complacida de que había un atisbo de sonrisa en sus ojos en lugar de las dagas que había estado esperando.
Tal vez la ojiverde también estaba aburrida y no le importaba un poco de juego. Después de todo, lo hacían con Sam y Dima todo el tiempo. Por supuesto, el coqueteo que hacían mientras estaban alrededor de los chicos nunca era físico. Hoy, aquí, podrían extenderse. Los roles que jugaban les daba permiso, razonó. Tal vez pondría a prueba su suerte y vería cuán lejos lo llevaría Lena. Podría ser divertido. O podría matarla.
***
-Es tan cariñosa - dijo Svetlana - Tienes mucha suerte - Lena tuvo que morderse los labios para no reírse.
-Sí. Mucha suerte.
-Becca nunca fue así. Nunca me tocaba fuera de nuestra propia casa - dijo casi pensativa -Creo que ser una maestra de toda la vida hace eso. Es divertido verlas a las dos. Tan enamoradas, siempre tocándose. Echo de menos eso.
Lena no sabía qué decir a ese comentario. ¿Tan enamoradas? ¿Era su actuación tan buena? Levantó la vista cuando Yul se acercó y sus ojos se encontraron. Había un sugerente desafío en los ojos de la pelinegra y sintió un momento de pánico ante lo que Yulia pretendía.
-Aquí tienes, bebé - dijo con una sonrisa encantadora.
-Gracias.
La mano de Yul se deslizó sobre su cadera, deslizándola más abajo por una fracción de segundos y luego de vuelta a su cintura.
Svetlana las estaba mirando fijamente y Lena se acercó más a Yulia, rozando cariñosamente su hombro con el suyo, sintiendo los ojos de Svetlana en ellas.
-Conocí a Dave - dijo Yul - Tiene una máquina de margarita. Creo que va a ser mi nuevo mejor amigo - Lena y Svetlana se rieron.
-Tienes síndrome de abstinencia de tequila ¿verdad? - bromeó la ojiverde.
-Sí - entonces Yuliq meneó sus cejas - Sabes lo que el tequila me hace - Lena sonrió.
-Si, lo sé.
-Bueno, las dejo solas, tortolitas - dijo Svetlana - Creo que debería ayudar a Becca.
Tan pronto como estuvo fuera del alcance del oído, Lena se volvió hacia Yul con la intención de castigarla, pero encontró que estaba siendo atraída aún más.
Antes que pudiera protestar, la boca de Yulia estuvo sobre la suya, su lengua rozando juguetonamente su labio inferior. Para su horror, se descubrió respondiendo, sin poder mantener su boca cerrada y acogiendo a Yulia en su interior. La morena se retiró lentamente con sus ojos ensombrecidos.
-Me encanta como besas - murmuró ella.
-¿Qué demonios te pasa? - susurró Lena, sin poder evitar que sus manos se deslizaran hacia el pecho de la pelinegra. Yul la atrajo hacia sí aún más, con la boca en su oído.
-Sólo estoy tratando de combatir el aburrimiento - dijo ella - Besar es una cura aceptable - una vez más, su boca se movió hacia Lena.
Lena tuvo tiempo de girar su cabeza, si lo hubiese elegido. Desafortunadamente, su cuerpo no estuvo de acuerdo con su cerebro y aceptó el beso, cerrando sus ojos con el contacto. Para un observador casual, ellas no eran más que dos amantes teniendo un breve momento íntimo. Lo cual, por supuesto, era lo que estaban tratando de interpretar. Pero, maldita sea, ¿Yul tenía que hacer que pareciera tan real?
-Pensé que habíamos decidido que el beso no era aceptable - dijo Lena en voz baja, con los ojos fijos en los labios de Yulia.
-Nunca estuve de acuerdo con tus reglas.
Estaban a un soplo de distancia y si hubiesen sido verdaderas amantes, Lena se hubiese inclinado más cerca, poseyendo nuevamente los labios que estaban tentándola.
En vez de eso, dio un paso atrás, fuera de los brazos de Yul. Sea cual fuese el juego que la pelinegra estaba jugando, no quería saber nada de eso.
-Toma con calma el tequila, tigre. No querrás dormir en el sofá esta noche ¿verdad?
Lena fue a ayudar a los demás, escuchando la risa ligera de Yul mientras se dirigía en dirección a la máquina de margarita.
Hablaría con ella esta noche, decidió. No, esta asignación tampoco se encontraba en el tope de la escala de emoción para ella, pero eso no significaba que Yul podría improvisar en su juego de roles. Y ciertamente no significaba que podía tocarla y besarla a voluntad. El hecho de que respondiera al beso le hacía enojar aún más consigo misma que con Yul.
Ya no estaba de humor para fiestas, pero mantuvo una sonrisa en su rostro, prometiéndose a sí misma que evitaría a Yul el resto de la noche. Lo que no sería difícil de hacer. La vio conversando con Dave, con una margarita en la mano. Lena fue en la dirección opuesta
***
-¿Hasta cuándo vas a seguir con esto? - preguntó Yulia cuando Lena la rodeó en silencio para entrar en el cuarto de baño.
Una vez más, la pelirroja no respondió mientras se cepillaba los dientes.
Yul no era de las que mantenía las cosas en su interior. Si estás enojada por algo, dilo. No podía soportar el silencio. Así que de manera infantil bloqueó la puerta para que Lena no pudiese huir a la seguridad de la habitación. Arqueó sus cejas.
-¿Cuál es tu problema? - Lena se cruzó de brazos a la defensiva, dándole a Yul una mirada en blanco.
-¿Tienes que preguntar?
-Obviamente. Me evitaste en la fiesta. No me estás hablando. Así que estás enojada por algo - Lena sonrió.
-Eres un genio. Ahora por favor, déjame pasar.
-No. Quiero hablar ¿Es porque te besé?
-Guau. Gran deducción - Lena se movió para pasar por delante de ella pero Yul se lo impidió.
-¿Estás enojada porque te besé? Vamos, Elena ¿En serio? - Lena levantó la barbilla desafiante.
-No me siento cómoda con esto ¿de acuerdo? No quiero que me toques. Y definitivamente no quiero que me beses.
-No. Eso no es todo. Estás enojada conmigo porque respondiste a mi beso. Eso es todo ¿no es así? - Lena la miró.
-No hice tal cosa. Te lo dije, no quiero que me beses. Nunca.
-Oh, vamos, Elena ¿Qué pasa? ¿Es demasiado real? ¿Te recuerda esa noche?
-Te aseguro que nunca pienso en esa noche.
-Sé que estás mintiendo.
-No es así. No tengo necesidad de recordar esa noche. No significó nada - La risa de Yul fue amarga.
-Oh, cierto. Porque no soy tu tipo ¿Qué? ¿No soy lo suficientemente refinada para ti? ¿No soy lo suficientemente correcta? ¿Mi cabello no es perfecto? ¿Mi ropa? ¿Soy demasiado marimacho para ti? - se sorprendió cuando parte de la rabia abandonó los ojos de Lena.
-No es eso y tú lo sabes. Estamos pretendiendo ser amantes, pero no, no eres alguien con quien saldría. Y no tiene nada que ver con tu condición social o tu ropa o lo que sea. Es por quien eres - dijo Lena - Escoges mujeres y luego las tiras a la basura como si fuesen nada. No creo que sepas cómo tratar a las mujeres.
Yul mentiría si dijera que eso no la había herido. Lo hizo. Y tal vez eso era cierto. Después de todo, tenía a su padre como un modelo a seguir. La ira contra su padre resurgió y se desquitó con Lena.
-Cierto. Y tu compañera perfecta no tendría ninguno de los antecedentes terribles que tengo yo. No soy lo suficientemente buena para Elena Katina ¿verdad? Tu amante sería alguien con un trabajo mejor remunerado que el mío. Tu amante siempre sería agradable para ti, haría todo por ti, te haría el amor despacio y fluido. Ella te trataría como a una dama. ¿No es así?
Lena le sostuvo la mirada, pero no dijo nada. Yul se acercó más.
-Excepto esa noche - dijo Yul en voz baja - No lo querías despacio y fluido. No lo querías como una dama. Sólo querías a alguien que te follara esa noche - los ojos de Lena brillaron y trató de pasar por delante, pero Yul se lo impidió - No. Era lo suficientemente buena para ti esa noche ¿verdad? Querías que te follara hasta que no pudieses pensar, hasta que no pudieses sentir, no pudieses ver. No pudieses caminar. Querías a alguien para echarlo todo por la borda. Era lo suficientemente buena esa noche - Lena se sacudió soltando su brazo. -
Sí. Sí a todo eso. Era como tú esa noche.
-Sí. Lo eras. Supongo que las dos conseguimos lo que queríamos.
-El problema es que eres así todas las noches.
Yul la dejó pasar. La puerta de la habitación no se cerró de golpe como lo esperaba. En lugar de eso, Lena la cerró silenciosamente detrás de ella.
Yulia se volteó, mirándose a sí misma en el espejo, su ira iba cambiando a tristeza. Lena tenía razón. Ella no sabía cómo tratar a las mujeres. Oh, podía jugar el juego de la seducción. Era buena en eso. Y una vez que llevaba a una mujer a la cama, sabía exactamente qué hacer con ellas. También era buena en eso.
Pero Lena tenía razón. Eso era lo más lejos que podía llegar. No se molestaba con sus nombres, no tenía ningún interés en volver a verlas. No tenía ningún interés en una relación.
Había visto de primera mano cómo resultaban las cosas. Los gritos, el llanto... los golpes. Y cuando eso fallaba, todo cambiaba desquitándose con los niños.
Alejó sus recuerdos. No haría ningún bien viajar por ese camino nuevamente. Dios sabía que lo había hecho lo suficiente en los últimos quince, veinte años.
Suspiró, luego se fue a su propia rutina nocturna. Tal vez tomaría el sofá esta noche. Dudaba que Lena la quisiera en la misma habitación con ella y mucho menos en la misma cama. No tenían almohadas extra y el otro juego de sábanas estaba en el dormitorio así que apoyó su cabeza en el lado redondeado del sofá, tratando de no pensar en quién... y qué... había estado en el antes que ella.
No era exigente de ninguna manera, pero dormir en un sofá usado era repugnante.
Se retorció y se volvió, tratando de ponerse cómoda, pero el sueño la eludía. No estaba ni cerca de quedarse dormida cuando, una hora más tarde, unos faros destellaron a través de la ventana.
Se puso de pie, mirando en silencio hacia afuera. El coche se detuvo al lado. ¿Fiona? Entrecerró los ojos en la oscuridad, al ver como el hombre... el Hulk de la cafetería... abría la puerta del pasajero y ayudaba a salir a una mujer. Él esperaba en la puerta principal, sin entrar en la casa. Cuando cerró la puerta tras ella, él sujeto se alejó a pie, desapareciendo en el bosque.
-¿Qué demonios? - susurró.
Hizo una nota mental de consultar mañana con el jefe sobre quien estaría trabajando en la entrada. Miró el sofá nuevamente, luego miró hacia la puerta del dormitorio.
La habitación parecía el menor de los males. Lena estaba dormida, tomando más de su parte de la cama. Yul se la quedó mirando, su rostro era tan sereno y tranquilo. Hermoso. Y de ninguna manera su tipo.
Lena tendía a gravitar alrededor de las mujeres que tenían un lado lascivo. Maleducadas y malhabladas, el sexo siempre rudo y crudo.
Lena era todo lo contrario. Limpia, refinada. Elegante. La verdad era que lo que había comenzado como algo rudo y crudo había terminado siendo como algo pausado y lánguido. El sexo bajo y sucio dio paso a un acto tierno y sin prisa, como hacer el amor. Algo que no creía era capaz de hacer.
Miró unos segundos más y luego en silencio se deslizó al lado de la pelirroja.
Para su sorpresa, Lena murmuró algo en sueños, buscando a Yul con sus manos. El corazón de la pelinegra latió con más rapidez cuando una mano cálida se curvó alrededor de su brazo. Debió moverse, lo sabía. Lena estaría avergonzada. Pero eso se sentía tan bien. Ella sentía... que lo necesitaba. Así que se quedó dónde estaba, cerrando sus ojos cuando la mano de Lena la apretó inconscientemente.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Yulia, te vas a llevar muchos coñazos con Lena, pero no dejes de luchar porque esa mujer está loca porque la hagas suya de inmediato
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Julia debería ya entender que sacar a relucir los padres ricos de lena no es algo bueno la hace sentir mal sabiendo q no es una persona q discrimine por el estatus social. Y bueno lena sabe q su cuerpo y corazón la traiciona y lucha por mantenerse lejos es cierto julia no ha sido una persona con quien se pueda aspirar una relación pero yo creo q si podría cambiar con la persona correcta es decir lenita . Saludos cariño mio
Fati20- Mensajes : 1370
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Edad : 32
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Muy de acuerdo con Fati20, Yulia debe dejar de comparar su vida con la de Lena. Ya las dos están en una misma situación y debería dejar el tema en el pasado, darse cuenta de quién es Lena en realidad y lo que le está demostrando ser estando las dos solas
Volkatin_420- Mensajes : 235
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Jajajajajaja, Yulia es una crack!!! La amo
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 17:
Lena esperó con impaciencia mientras la secretaria, la señora Miner, llamaba al director. No, no tenía una cita, pero en realidad, ¿era la gran cosa?
-No contesta - Lena miró la puerta cerrada -¿Estás segura que está adentro?
-Sí. Le traje café temprano. Ahora, señora Katina ...
-Elena, por favor.
-Elena, entonces. Creo que tengo que recordarle que tendremos una auditoría estatal este otoño. Sus planes de clases son muy escasos. Quiero decir, ¿zumba? Las niñas necesitan actividades, juegos. Deportes. No clase de baile.
-Disculpe, señora Miner, pero es una secretaria ¿verdad? ¿No una educadora? - Esbozó una sonrisa - Tal vez debería hablar de mis planes de clase con el director y no con ud. - Miró fijamente el teléfono - Por favor, vuelva a intentarlo - La seño no hizo ademán de agarrar el teléfono.
-Es nueva aquí. Yo no. He visto a gente ir y venir. Voy a estar aquí mucho tiempo después que te hayas ido. Así que creo que estoy capacitada para dar consejos.
Lena estaba a cinco segundos de tragarse a la mujercita maleducada cuando sonó su celular. Respiró profundamente, excusándose. Se sorprendió por el número que apareció.
-Soy Elena - dijo en voz baja - Necesito verte - Lena miró hacia la puerta cerrada y luego nuevamente a la señora Miner - Estoy justo afuera de su oficina - casi susurró.
-Está bien. He estado evitándola. Dígale que me llame de nuevo - Lena puso su teléfono en el bolsillo mientras se acercaba a la mesa de la señora Miner nuevamente.
-¿Le importaría darle otra llamada? Realmente necesito hablar con él esta mañana.
-Obviamente está ocupado con algo - Lena apretó los dientes.
-Por favor. Una vez más.
-Muy bien - la señora Miner pareció sorprendida cuando él contestó - Siento molestarlo, Director Marcus, pero Elena Katina está aquí para verlo - miró a Lena - Sí, señor - la decepción se reflejó claramente en su rostro e hizo un gesto hacia la puerta - Él la verá ahora.
-Gracias.
Lena abrió y cerró la puerta rápidamente, apoyándose contra ella. Marcus le estaba dando la espalda, la taza de café que la señora Miner le había entregado temprano parecía estar sin tocar.
-¿Marcus? - Él se volvió lentamente y ella quedó sin aliento, moviéndose rápidamente de la puerta - ¿Qué demonios ha pasado?
-Tuve un visitante anoche - Ella levantó su cabeza suavemente, viendo su labio partido e hinchado, sus ojos descoloridos.
-¿El tipo fisicoculturista de la ciudad? ¿Al que llaman Pasha? - Él asintió.
-¿Cómo lo sabes? - Lena sacó su teléfono, desplazándose a través de sus contactos buscando el número de Yulia.
-Yulia lo vio.
-¿A quién llamas?
-Yulia.
-No. Se vería raro que la convocara aquí, sin pasar por el jefe.
-No la estás convocando. Soy yo - Lena se puso de pie, esperando que Yulia respondiera, preguntándose si estaría en un salón de clases o no. Cuando respondió, no fue su habitual 'hola, bebé' sino más bien un saludo muy formal.
-¿Qué pasa?
-¿Puedes venir a la oficina del director?
-¿Le dijiste?
-No tuve que hacerlo. Tuvo una visita personal - Yulia hizo una pausa, bajando la voz.
-Estoy viendo una maldita película de entrenamiento sobre cómo ser un buen guardia de prisión. Estaré ahí tan pronto como pueda pensar en una excusa para salir.
Lena sonrió mientras colgaba, pero su sonrisa se desvaneció tan pronto como miró a Marcus.
-¿Él te amenazó?
-Supongo que así fue, sí. Un recordatorio para mantener a mi personal lejos de Hoganville - se tocó el labio e hizo una mueca - Ni siquiera pude tomar mi café.
-¿Por qué no nos llamaste anoche?
-Era muy tarde. No quería hacer una escena. Salir de tu casa a esa hora para venir a la mía produciría un escándalo - Se tocó el labio nuevamente - No soy un agente de campo - dijo, - No tengo entrenamiento para ...
-Hiciste lo que tenías que hacer - dijo ella -Jugaste el papel del director de esta escuela, nada más.
-Tuve miedo, no me importa decirlo.
Lena realmente sintió pena por él y tocó su hombro para tranquilizarlo.
-Él trajo a Fiona a casa anoche. Yulia estaba ... - ¿Qué? No podía decirle simplemente que había tenido una pelea y ella estaba durmiendo en el sofá - Ella todavía estaba levantada - dijo sin convicción - Él la acompañó hasta la puerta y luego se fue a pie. Por eso vine aquí esta mañana. Yulia quería saber cuán monitorizada estaban las puertas.
-Hay un registro de todo movimiento. Está registrado. Muy sofisticado, en realidad. La tarjeta de identificación tiene un código de barras, así como los peajes de las carreteras. Y la noche del domingo, la puerta debió ser bloqueada a las diez.
-¿Podemos obtener esa información?
-El jefe debe tenerla. Puedo pedirle a su secretaria que la saque. Digamos que una auditoría o algo.
Su teléfono sonó un segundo antes de que se abriera la puerta, con Yulia bailando el vals con una furiosa señora Miner manteniendo su teléfono inútilmente detrás de ella. La morena le cerró la puerta en las narices.
-Pequeña curiosa entrometida, ¿no es así? - Dijo la pelinegra.
-Sí, señora Miner, está bien - dijo Marcus a la secretaria que echaba humo en el teléfono -Entiendo. Se lo diré - trató de sonreír mientras colgaba - Protocolo de oficina - dijo.
-Lo que sea - murmuró Yulia mientras se inclinaba, observando su rostro maltrecho - Vas a tener un hermoso ojo morado allí ¿Qué quería?
-Una advertencia.
Yulia enarcó las cejas.
-Para que permanezcamos lejos - agregó Lena.
-¿Qué les hace pensar que no vas a levantar cargos con el sheriff y la prensa? - Preguntó Yulia - Tienen algo de agallas ¿no es así?
Era una pregunta que no requería una respuesta. Lena vio como Yulia paseaba, pasando su mano a través de su cabello una y otra vez. Es tan jodidamente atractiva. Parpadeó varias veces, tratando de sacar ese pensamiento de su mente. Por supuesto, tras eso llegó el recuerdo de la difícil situación en la que se había encontrado a sí misma esta mañana.
En la cama. Con Yulia. Sus brazos ... no los de Yulia ... lo vagado inapropiadamente durante la noche. Despertó y se encontró acurrucada cerca de su compañera, con su mano rodeando posesivamente el brazo de Yulia.
Gracias a Dios despertó primero. Sólo podía imaginar las burlas sin piedad si Yulia hubiera sido la primera en despertar y la hubiera encontrado acurrucada contra ella.
-¿Qué tal esto? - Dijo Yulia - Voy a la cafetería en uniforme. Lo enfrento. Y averiguo qué demonios está pasando.
-No creo que sea una buena idea - dijo Marcus -Nos gustaría pensar que la escuela es segura, pero al parecer no lo es. Desbloquear las puertas fuera del horario requiere permiso especial de mi persona. Obviamente ese no fue el caso.
-Si hicieron esto como una advertencia, sólo puedo imaginar las represalias en caso de que los enfrentemos - dijo Lena - ¿Así que sólo lo dejamos pasar?
-Creo que eso es a lo que están acostumbrados- dijo Marcus - Ellos controlan Hoganville, controlan la escuela - Yulia miró de uno a otro.
-Sí, pero ¿quiénes son ellos?
***
Fiona tomó un sorbo de café, escuchando las preocupaciones de sus amigos.
Amigos. Ese pensamiento le pareció divertido y levantó la mirada, sonriendo mientras Robbie frotaba su brazo cariñosamente.
-Te ves tan pálida, Fiona ¿Te ha visto un médico?
-Sí - mintió - Sólo fue una infección. No podía retener nada.
-Bueno ¿necesitas algo? Puedo pedirle a Charlotte que te haga sopa - ofreció ella.
-Gracias, pero ... - Estuvo a punto de declinar, pero se sintió genuinamente conmovida.
-Eso estaría bien - dijo a cambio.
-Grandioso - Robbie hizo una pausa - Supongo que no has conocido a tus nuevas vecinas ¿verdad? - Fiona negó con la cabeza.
-Ya era tarde cuando llegué a casa ¿Son agradables?
-Sí, parecen agradables. Han asistido a nuestras reuniones. Desearía que estuvieses este fin de semana, Fiona. Nos divertimos mucho.
-Lo sé. Pero mi madre me espera en casa.
-Tienes más de treinta años, Fiona - dijo Jules -Seguramente puedes hacer tus propias cosas - Fiona negó con la cabeza.
-No funciona de esa manera - dijo reconociendo la tristeza en su voz. Inmediatamente se sintió culpable, sabiendo que le debía a Madre Hogan todo lo que tenía -Quiero decir, la familia es lo primero - ahora más, pensó.
-Está bien. Bueno, si necesitas algo, háznoslo saber - dijo Jules.
-Te traeré algo de sopa esta tarde - añadió Robbie. Jules frotó su hombro mientras pasaba junto a ella.
-Espero que te sientas mejor.
Una vez a solas, Fiona dejó su café a un lado. Sí, eran sus amigas. No en el sentido tradicional, por supuesto.
Esencialmente manejaba dos vidas, a la que había sido asignada años atrás. Fue una de las pocas que tuvo que dejar la seguridad de Hoganville para aventurarse en el mundo, todo para mantener Hoganville ... y las cuevas ... a salvo. Había cierta seguridad con el número y había sabido por algún tiempo que su rebaño se estaba reduciendo. Nunca hizo mención de eso, ni siquiera a su propia madre.
Ahora parecía un poco tarde para preocupar a Madre Hogan con eso. Instintivamente pasó la mano por su vientre, frotándolo suavemente. Estaba creciendo allí, lo sabía. Podía sentirlo.
Pero un escalofrío pasó por su cuerpo cuando recordó la sangre entre sus piernas y las manos frías como reptiles sobre su cuerpo. A pesar que Madre Hogan insistía en que era Antel quien la visitaba todas las noches, sabía que no era así. Antel tomó su inocencia en la cámara durante la cópula. Sospechaba que Antel nunca la había tocado nuevamente. Sintió una lágrima deslizándose por su rostro y la limpió rápidamente.
Sin lágrimas. No se le permitía llorar. Era demasiado tarde para eso.
Se puso de pie, con las piernas adoloridas. Los moretones no se han desvanecido por completo, pero nadie había hecho mención de los pantalones y camisa manga larga que llevaba durante el calor de verano.
Echó un vistazo al reloj de pared y luego miró la cafetera nuevamente. Su primera clase sería en otros cuarenta y cinco minutos. Podía disponer de tiempo para otra taza. Luego se dirigiría a su salón de clases para prepararse. A pesar de que se sintió baja de energía, estaba ansiando volver a ella. Allí, por lo menos, se sentía normal. Se sorprendió por la rápida sonrisa que surgió de sus labios ¿Normal? Esta era la semana de la Celebración. Cualquiera de sus compañeros de trabajo enloquecerían por la ceremonia ... y la persecución que se produciría dentro de las cuevas. Su sonrisa rápidamente se desvaneció de su rostro, el sabor del café ya no era atractivo.
Salió por la puerta mecánicamente, con la mente en blanco mientras caminaba por el pasillo familiar hacia su salón de clases.
Lena esperó con impaciencia mientras la secretaria, la señora Miner, llamaba al director. No, no tenía una cita, pero en realidad, ¿era la gran cosa?
-No contesta - Lena miró la puerta cerrada -¿Estás segura que está adentro?
-Sí. Le traje café temprano. Ahora, señora Katina ...
-Elena, por favor.
-Elena, entonces. Creo que tengo que recordarle que tendremos una auditoría estatal este otoño. Sus planes de clases son muy escasos. Quiero decir, ¿zumba? Las niñas necesitan actividades, juegos. Deportes. No clase de baile.
-Disculpe, señora Miner, pero es una secretaria ¿verdad? ¿No una educadora? - Esbozó una sonrisa - Tal vez debería hablar de mis planes de clase con el director y no con ud. - Miró fijamente el teléfono - Por favor, vuelva a intentarlo - La seño no hizo ademán de agarrar el teléfono.
-Es nueva aquí. Yo no. He visto a gente ir y venir. Voy a estar aquí mucho tiempo después que te hayas ido. Así que creo que estoy capacitada para dar consejos.
Lena estaba a cinco segundos de tragarse a la mujercita maleducada cuando sonó su celular. Respiró profundamente, excusándose. Se sorprendió por el número que apareció.
-Soy Elena - dijo en voz baja - Necesito verte - Lena miró hacia la puerta cerrada y luego nuevamente a la señora Miner - Estoy justo afuera de su oficina - casi susurró.
-Está bien. He estado evitándola. Dígale que me llame de nuevo - Lena puso su teléfono en el bolsillo mientras se acercaba a la mesa de la señora Miner nuevamente.
-¿Le importaría darle otra llamada? Realmente necesito hablar con él esta mañana.
-Obviamente está ocupado con algo - Lena apretó los dientes.
-Por favor. Una vez más.
-Muy bien - la señora Miner pareció sorprendida cuando él contestó - Siento molestarlo, Director Marcus, pero Elena Katina está aquí para verlo - miró a Lena - Sí, señor - la decepción se reflejó claramente en su rostro e hizo un gesto hacia la puerta - Él la verá ahora.
-Gracias.
Lena abrió y cerró la puerta rápidamente, apoyándose contra ella. Marcus le estaba dando la espalda, la taza de café que la señora Miner le había entregado temprano parecía estar sin tocar.
-¿Marcus? - Él se volvió lentamente y ella quedó sin aliento, moviéndose rápidamente de la puerta - ¿Qué demonios ha pasado?
-Tuve un visitante anoche - Ella levantó su cabeza suavemente, viendo su labio partido e hinchado, sus ojos descoloridos.
-¿El tipo fisicoculturista de la ciudad? ¿Al que llaman Pasha? - Él asintió.
-¿Cómo lo sabes? - Lena sacó su teléfono, desplazándose a través de sus contactos buscando el número de Yulia.
-Yulia lo vio.
-¿A quién llamas?
-Yulia.
-No. Se vería raro que la convocara aquí, sin pasar por el jefe.
-No la estás convocando. Soy yo - Lena se puso de pie, esperando que Yulia respondiera, preguntándose si estaría en un salón de clases o no. Cuando respondió, no fue su habitual 'hola, bebé' sino más bien un saludo muy formal.
-¿Qué pasa?
-¿Puedes venir a la oficina del director?
-¿Le dijiste?
-No tuve que hacerlo. Tuvo una visita personal - Yulia hizo una pausa, bajando la voz.
-Estoy viendo una maldita película de entrenamiento sobre cómo ser un buen guardia de prisión. Estaré ahí tan pronto como pueda pensar en una excusa para salir.
Lena sonrió mientras colgaba, pero su sonrisa se desvaneció tan pronto como miró a Marcus.
-¿Él te amenazó?
-Supongo que así fue, sí. Un recordatorio para mantener a mi personal lejos de Hoganville - se tocó el labio e hizo una mueca - Ni siquiera pude tomar mi café.
-¿Por qué no nos llamaste anoche?
-Era muy tarde. No quería hacer una escena. Salir de tu casa a esa hora para venir a la mía produciría un escándalo - Se tocó el labio nuevamente - No soy un agente de campo - dijo, - No tengo entrenamiento para ...
-Hiciste lo que tenías que hacer - dijo ella -Jugaste el papel del director de esta escuela, nada más.
-Tuve miedo, no me importa decirlo.
Lena realmente sintió pena por él y tocó su hombro para tranquilizarlo.
-Él trajo a Fiona a casa anoche. Yulia estaba ... - ¿Qué? No podía decirle simplemente que había tenido una pelea y ella estaba durmiendo en el sofá - Ella todavía estaba levantada - dijo sin convicción - Él la acompañó hasta la puerta y luego se fue a pie. Por eso vine aquí esta mañana. Yulia quería saber cuán monitorizada estaban las puertas.
-Hay un registro de todo movimiento. Está registrado. Muy sofisticado, en realidad. La tarjeta de identificación tiene un código de barras, así como los peajes de las carreteras. Y la noche del domingo, la puerta debió ser bloqueada a las diez.
-¿Podemos obtener esa información?
-El jefe debe tenerla. Puedo pedirle a su secretaria que la saque. Digamos que una auditoría o algo.
Su teléfono sonó un segundo antes de que se abriera la puerta, con Yulia bailando el vals con una furiosa señora Miner manteniendo su teléfono inútilmente detrás de ella. La morena le cerró la puerta en las narices.
-Pequeña curiosa entrometida, ¿no es así? - Dijo la pelinegra.
-Sí, señora Miner, está bien - dijo Marcus a la secretaria que echaba humo en el teléfono -Entiendo. Se lo diré - trató de sonreír mientras colgaba - Protocolo de oficina - dijo.
-Lo que sea - murmuró Yulia mientras se inclinaba, observando su rostro maltrecho - Vas a tener un hermoso ojo morado allí ¿Qué quería?
-Una advertencia.
Yulia enarcó las cejas.
-Para que permanezcamos lejos - agregó Lena.
-¿Qué les hace pensar que no vas a levantar cargos con el sheriff y la prensa? - Preguntó Yulia - Tienen algo de agallas ¿no es así?
Era una pregunta que no requería una respuesta. Lena vio como Yulia paseaba, pasando su mano a través de su cabello una y otra vez. Es tan jodidamente atractiva. Parpadeó varias veces, tratando de sacar ese pensamiento de su mente. Por supuesto, tras eso llegó el recuerdo de la difícil situación en la que se había encontrado a sí misma esta mañana.
En la cama. Con Yulia. Sus brazos ... no los de Yulia ... lo vagado inapropiadamente durante la noche. Despertó y se encontró acurrucada cerca de su compañera, con su mano rodeando posesivamente el brazo de Yulia.
Gracias a Dios despertó primero. Sólo podía imaginar las burlas sin piedad si Yulia hubiera sido la primera en despertar y la hubiera encontrado acurrucada contra ella.
-¿Qué tal esto? - Dijo Yulia - Voy a la cafetería en uniforme. Lo enfrento. Y averiguo qué demonios está pasando.
-No creo que sea una buena idea - dijo Marcus -Nos gustaría pensar que la escuela es segura, pero al parecer no lo es. Desbloquear las puertas fuera del horario requiere permiso especial de mi persona. Obviamente ese no fue el caso.
-Si hicieron esto como una advertencia, sólo puedo imaginar las represalias en caso de que los enfrentemos - dijo Lena - ¿Así que sólo lo dejamos pasar?
-Creo que eso es a lo que están acostumbrados- dijo Marcus - Ellos controlan Hoganville, controlan la escuela - Yulia miró de uno a otro.
-Sí, pero ¿quiénes son ellos?
***
Fiona tomó un sorbo de café, escuchando las preocupaciones de sus amigos.
Amigos. Ese pensamiento le pareció divertido y levantó la mirada, sonriendo mientras Robbie frotaba su brazo cariñosamente.
-Te ves tan pálida, Fiona ¿Te ha visto un médico?
-Sí - mintió - Sólo fue una infección. No podía retener nada.
-Bueno ¿necesitas algo? Puedo pedirle a Charlotte que te haga sopa - ofreció ella.
-Gracias, pero ... - Estuvo a punto de declinar, pero se sintió genuinamente conmovida.
-Eso estaría bien - dijo a cambio.
-Grandioso - Robbie hizo una pausa - Supongo que no has conocido a tus nuevas vecinas ¿verdad? - Fiona negó con la cabeza.
-Ya era tarde cuando llegué a casa ¿Son agradables?
-Sí, parecen agradables. Han asistido a nuestras reuniones. Desearía que estuvieses este fin de semana, Fiona. Nos divertimos mucho.
-Lo sé. Pero mi madre me espera en casa.
-Tienes más de treinta años, Fiona - dijo Jules -Seguramente puedes hacer tus propias cosas - Fiona negó con la cabeza.
-No funciona de esa manera - dijo reconociendo la tristeza en su voz. Inmediatamente se sintió culpable, sabiendo que le debía a Madre Hogan todo lo que tenía -Quiero decir, la familia es lo primero - ahora más, pensó.
-Está bien. Bueno, si necesitas algo, háznoslo saber - dijo Jules.
-Te traeré algo de sopa esta tarde - añadió Robbie. Jules frotó su hombro mientras pasaba junto a ella.
-Espero que te sientas mejor.
Una vez a solas, Fiona dejó su café a un lado. Sí, eran sus amigas. No en el sentido tradicional, por supuesto.
Esencialmente manejaba dos vidas, a la que había sido asignada años atrás. Fue una de las pocas que tuvo que dejar la seguridad de Hoganville para aventurarse en el mundo, todo para mantener Hoganville ... y las cuevas ... a salvo. Había cierta seguridad con el número y había sabido por algún tiempo que su rebaño se estaba reduciendo. Nunca hizo mención de eso, ni siquiera a su propia madre.
Ahora parecía un poco tarde para preocupar a Madre Hogan con eso. Instintivamente pasó la mano por su vientre, frotándolo suavemente. Estaba creciendo allí, lo sabía. Podía sentirlo.
Pero un escalofrío pasó por su cuerpo cuando recordó la sangre entre sus piernas y las manos frías como reptiles sobre su cuerpo. A pesar que Madre Hogan insistía en que era Antel quien la visitaba todas las noches, sabía que no era así. Antel tomó su inocencia en la cámara durante la cópula. Sospechaba que Antel nunca la había tocado nuevamente. Sintió una lágrima deslizándose por su rostro y la limpió rápidamente.
Sin lágrimas. No se le permitía llorar. Era demasiado tarde para eso.
Se puso de pie, con las piernas adoloridas. Los moretones no se han desvanecido por completo, pero nadie había hecho mención de los pantalones y camisa manga larga que llevaba durante el calor de verano.
Echó un vistazo al reloj de pared y luego miró la cafetera nuevamente. Su primera clase sería en otros cuarenta y cinco minutos. Podía disponer de tiempo para otra taza. Luego se dirigiría a su salón de clases para prepararse. A pesar de que se sintió baja de energía, estaba ansiando volver a ella. Allí, por lo menos, se sentía normal. Se sorprendió por la rápida sonrisa que surgió de sus labios ¿Normal? Esta era la semana de la Celebración. Cualquiera de sus compañeros de trabajo enloquecerían por la ceremonia ... y la persecución que se produciría dentro de las cuevas. Su sonrisa rápidamente se desvaneció de su rostro, el sabor del café ya no era atractivo.
Salió por la puerta mecánicamente, con la mente en blanco mientras caminaba por el pasillo familiar hacia su salón de clases.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Las chicas deben ser mas cuidadosa de aora en adelante porque las tienen vigiladas la tal Esther
Ice-Man- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 08/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Muy mala espina todos en ese pueblo y ahora han amenazado al director de la escuela. Deben dedicarse a investigar lo que está pasando alrededor
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Reptiles? Que clase de pueblo es ese? Yulenas, a cuidarse las espaldas. Deberían enviar a los chicos también
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Wuaooo esta semana de celebración debe deberse a la última secuestrada y no solo la matan si no que hacen persecuciones por los túneles q horrible son gente muy mala y eso forma de gestar bebés . Espero las chicas se mantengan a salvo y puedan describir más y Fiona cae bien la pobre esta allí a la fuerza por sobrevivir. Saludos cariño mio
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
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