MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Excelente capítulo, ya más o menos están atando cabos sueltos y pueden investigar más a fondo... yulia le está jugando vivo a Lenita jajaja y eso me gusta
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 18:
A pesar de su interacción anterior con Marcus, la tensión entre ellas todavía era marcada y la conversación intrascendente, por lo menos. Lena sabía que tenía que pedir disculpas. Ella había empezado la discusión. Fuese cual fuese el juego que estuviesen jugando en público, tenía que seguirlo y no tomarlo como algo personal. ¿Besar? Bueno, podría manejarlo. No podía enojarse cada vez que Yul hiciera algo que ella considerara inadecuado. Eso haría que la asignación fuera más larga. Después de sazonar las pechugas de pollo y colocarlas en el horno, encontró a la morena donde la había dejado anteriormente ... estirada en el sofá ... con los ojos cerrados.
No estaba dormida, lo sabía. Miró hacia el espacio vacío en la pared donde los inquilinos anteriores, sin duda, mantenían un televisor. Tal vez como ofrenda de paz, sugeriría un viaje a San Agustín para comprar uno para ellas. No era una gran observadora de televisión, pero tal vez Yul lo era. Aunque nada más, eso podría proporcionar entretenimiento sin sentido.
Se aclaró la garganta, a punto de hacer participar a Yul en la conversación cuando el teléfono de esta sonó. Sin abrir los ojos, extendió la mano y lo agarró. Yul asintió, luego se sentó, cambió su teléfono en modo de altavoz y lo colocó sobre la mesa.
-Está bien. Estás en altavoz - dijo Yul.
-Hola, Lena - la pelirroja sonrió.
-Hola, Sam ¿Cómo estás?
-Calvo y hermoso como siempre - dijo él -¿Cómo están ustedes?
Lena y Yul se miraron la una a la otra, ambas con las cejas levantadas. Yulia finalmente sonrió.
-No me ha matado todavía - dijo - Sin embargo ha pensado en ello - Lena también sonrió.
-Sí. Lo he pensado tres veces.
-Y ni siquiera han pasado tres semanas - se rió él - Pero no te culpo.
-Claro. Toma partido - dijo Yul - ¿Qué pasa? ¿Tienes algo nuevo?
-Permítanme decir que ya estoy harto de toda la investigación sobre Hoganville. Ya que es muy difícil de encontrar. Al parecer, siempre han mantenido un perfil bajo.
-¿Surgió algo en las partidas de nacimiento? - Preguntó Lena.
-Inconsistente. Aún están revisando los datos, pero Marcus parece estar en lo correcto. Escuchen lo que encontramos hoy ... - dijo - ... primero encontramos mención de eso en un libro publicado en los años 60 sobre la historia de Angelina National Forest. Encontramos la historia en el periódico Lufkin fechado en 1959 - hizo una pausa - ¿Pueden creer que tienen esa mierda archivada desde ese tiempo? En fin, un pastor desapareció después de decir todo un cuento - dijo él. Yul se levantó y fue hacia la nevera.
-Espera. Creo que voy a necesitar una cerveza para esto - dijo ella. Echó un vistazo a Lena, quien negó con la cabeza.
-Al parecer, algo le estaba robando ovejas a este hombre. Sospechaba que eran coyotes, no robo de ganado, tan sólo uno o dos se perdían a la vez. Una mañana, estaba afuera con la manada y encontró a uno mutilado y destripado, pero no comido. Una vez más, supuso que sería un coyote. Así que su plan fue vigilar a la manada esa noche ... con su arma ... y matar al coyote sediento de sangre - dijo él. Yul se echó a reír.
-¿En serio? ¿Eso es lo que dice el periódico? ¿Sediento de sangre?
-No. Ellos dijeron bribón. Estoy parafraseando.
-¿Bribón? - Yul negó con la cabeza - Está bien. Sigue adelante - dijo tomando un largo trago de su cerveza.
-Correcto. Así que él está afuera con el rebaño, vigilando. Dijo que a medianoche, ante su nariz, vio movimiento en el bosque. Pero no eran coyotes. Contó a quince personas, todas vestidas con túnicas negras. Tenían cuerdas y estaban tratando de enlazar a una de sus ovejas. Así que disparó al aire para asustarlos. En lugar de huir, corrieron tras él - dijo Sam - Obviamente, él llegó a casa de manera segura. Echó su cuento la siguiente noche en el bar local. Nadie le creyó.
-¿Y terminó desaparecido?
-Sip. Dos días más tarde. Nunca encontraron rastro de él.
-¿Alguna evidencia de que su historia fue investigada?
-No en este artículo. Dima revisó los dos meses siguientes, creo, pero la única mención sobre eso fue que no hubo pistas de su desaparición. Así que no.
-¿Dónde vivía ese sujeto? ¿Qué tan cerca de Hoganville?
-Vivía cerca de un pequeño lugar llamado Straw- dijo él - Veinte kilómetros más o menos de Hoganville. Y sí, lo revisamos. Nada. La taberna, donde contó su historia es cosa del pasado. Hay algunas casas, nada más - Yul se encogió de hombros.
-Interesante historia - dijo.
-¿Túnicas? ¿Ovejas mutiladas? - Miró a Lena -¿Satánico?
-Algo de eso, supongo. Ciertamente no soy una experta - dijo ella - Seguimos regresando a los cultos ¿no es así?
-Así que han estado en el pueblo ¿no? - Preguntó Sam - Me enteré de su visita a una cafetería.
-Sí, el café era muy divertido. Pero sabes que no es realmente un pueblo ¿no? Incluso las casas, todas se ven desiertas - dijo Yul.
-Como si la comunidad se estuviese muriendo - agregó Lena.
-Marcus la llama vieja. No hay niños o jóvenes.
-Entonces ¿es tan espeluznante cómo suena?
-Y algo más - dijo Yul - Algo está pasando ahí. Pero, obviamente, la mayor parte es especulación. Una de las profesoras relató su historia sobre su visita a la tienda de comestibles. Eso sí que fue francamente aterrador.
-Permítanme decir que me alegra que sean ustedes las que están allí y no Dima y yo - hizo una pausa - Así que ¿cómo es el entretenimiento nocturno? - Yul miró a Lena.
-¿Qué quieres decir?-
-Bueno, ya sabes, ¿ya has conocido alguna amiguita?
-Se supone que somos una pareja felizmente casada ¿recuerdas? - Dijo Yul.
-Sí, por supuesto. Pero si Lena está amenazando con dispararte, imagino que has estado examinando a las damas con ojos de deseo - Yul miró fijamente a Lena, con una ceja arqueada.
-¿Quieres que le diga por qué estás enojada conmigo?
-No - dijo ella.
-Sam, ¿hay algo más?
-Oh, ya veo. Mi señal para colgar. Está bien, chicas. Traten de no pelear. Estaremos en contacto.
La disculpa que originalmente había planeado pronunciar, quedó en el olvido cuando la sonrisa en el rostro de Yul creció.
Lena giró sobre sus talones y se retiró hacia la cocina, mirando la botella de vino que pretendía tomar con su cena. Suspiró tratando de alcanzar el sacacorchos.
Cortito, pero ya saben cómo es esto ... Besos!!
A pesar de su interacción anterior con Marcus, la tensión entre ellas todavía era marcada y la conversación intrascendente, por lo menos. Lena sabía que tenía que pedir disculpas. Ella había empezado la discusión. Fuese cual fuese el juego que estuviesen jugando en público, tenía que seguirlo y no tomarlo como algo personal. ¿Besar? Bueno, podría manejarlo. No podía enojarse cada vez que Yul hiciera algo que ella considerara inadecuado. Eso haría que la asignación fuera más larga. Después de sazonar las pechugas de pollo y colocarlas en el horno, encontró a la morena donde la había dejado anteriormente ... estirada en el sofá ... con los ojos cerrados.
No estaba dormida, lo sabía. Miró hacia el espacio vacío en la pared donde los inquilinos anteriores, sin duda, mantenían un televisor. Tal vez como ofrenda de paz, sugeriría un viaje a San Agustín para comprar uno para ellas. No era una gran observadora de televisión, pero tal vez Yul lo era. Aunque nada más, eso podría proporcionar entretenimiento sin sentido.
Se aclaró la garganta, a punto de hacer participar a Yul en la conversación cuando el teléfono de esta sonó. Sin abrir los ojos, extendió la mano y lo agarró. Yul asintió, luego se sentó, cambió su teléfono en modo de altavoz y lo colocó sobre la mesa.
-Está bien. Estás en altavoz - dijo Yul.
-Hola, Lena - la pelirroja sonrió.
-Hola, Sam ¿Cómo estás?
-Calvo y hermoso como siempre - dijo él -¿Cómo están ustedes?
Lena y Yul se miraron la una a la otra, ambas con las cejas levantadas. Yulia finalmente sonrió.
-No me ha matado todavía - dijo - Sin embargo ha pensado en ello - Lena también sonrió.
-Sí. Lo he pensado tres veces.
-Y ni siquiera han pasado tres semanas - se rió él - Pero no te culpo.
-Claro. Toma partido - dijo Yul - ¿Qué pasa? ¿Tienes algo nuevo?
-Permítanme decir que ya estoy harto de toda la investigación sobre Hoganville. Ya que es muy difícil de encontrar. Al parecer, siempre han mantenido un perfil bajo.
-¿Surgió algo en las partidas de nacimiento? - Preguntó Lena.
-Inconsistente. Aún están revisando los datos, pero Marcus parece estar en lo correcto. Escuchen lo que encontramos hoy ... - dijo - ... primero encontramos mención de eso en un libro publicado en los años 60 sobre la historia de Angelina National Forest. Encontramos la historia en el periódico Lufkin fechado en 1959 - hizo una pausa - ¿Pueden creer que tienen esa mierda archivada desde ese tiempo? En fin, un pastor desapareció después de decir todo un cuento - dijo él. Yul se levantó y fue hacia la nevera.
-Espera. Creo que voy a necesitar una cerveza para esto - dijo ella. Echó un vistazo a Lena, quien negó con la cabeza.
-Al parecer, algo le estaba robando ovejas a este hombre. Sospechaba que eran coyotes, no robo de ganado, tan sólo uno o dos se perdían a la vez. Una mañana, estaba afuera con la manada y encontró a uno mutilado y destripado, pero no comido. Una vez más, supuso que sería un coyote. Así que su plan fue vigilar a la manada esa noche ... con su arma ... y matar al coyote sediento de sangre - dijo él. Yul se echó a reír.
-¿En serio? ¿Eso es lo que dice el periódico? ¿Sediento de sangre?
-No. Ellos dijeron bribón. Estoy parafraseando.
-¿Bribón? - Yul negó con la cabeza - Está bien. Sigue adelante - dijo tomando un largo trago de su cerveza.
-Correcto. Así que él está afuera con el rebaño, vigilando. Dijo que a medianoche, ante su nariz, vio movimiento en el bosque. Pero no eran coyotes. Contó a quince personas, todas vestidas con túnicas negras. Tenían cuerdas y estaban tratando de enlazar a una de sus ovejas. Así que disparó al aire para asustarlos. En lugar de huir, corrieron tras él - dijo Sam - Obviamente, él llegó a casa de manera segura. Echó su cuento la siguiente noche en el bar local. Nadie le creyó.
-¿Y terminó desaparecido?
-Sip. Dos días más tarde. Nunca encontraron rastro de él.
-¿Alguna evidencia de que su historia fue investigada?
-No en este artículo. Dima revisó los dos meses siguientes, creo, pero la única mención sobre eso fue que no hubo pistas de su desaparición. Así que no.
-¿Dónde vivía ese sujeto? ¿Qué tan cerca de Hoganville?
-Vivía cerca de un pequeño lugar llamado Straw- dijo él - Veinte kilómetros más o menos de Hoganville. Y sí, lo revisamos. Nada. La taberna, donde contó su historia es cosa del pasado. Hay algunas casas, nada más - Yul se encogió de hombros.
-Interesante historia - dijo.
-¿Túnicas? ¿Ovejas mutiladas? - Miró a Lena -¿Satánico?
-Algo de eso, supongo. Ciertamente no soy una experta - dijo ella - Seguimos regresando a los cultos ¿no es así?
-Así que han estado en el pueblo ¿no? - Preguntó Sam - Me enteré de su visita a una cafetería.
-Sí, el café era muy divertido. Pero sabes que no es realmente un pueblo ¿no? Incluso las casas, todas se ven desiertas - dijo Yul.
-Como si la comunidad se estuviese muriendo - agregó Lena.
-Marcus la llama vieja. No hay niños o jóvenes.
-Entonces ¿es tan espeluznante cómo suena?
-Y algo más - dijo Yul - Algo está pasando ahí. Pero, obviamente, la mayor parte es especulación. Una de las profesoras relató su historia sobre su visita a la tienda de comestibles. Eso sí que fue francamente aterrador.
-Permítanme decir que me alegra que sean ustedes las que están allí y no Dima y yo - hizo una pausa - Así que ¿cómo es el entretenimiento nocturno? - Yul miró a Lena.
-¿Qué quieres decir?-
-Bueno, ya sabes, ¿ya has conocido alguna amiguita?
-Se supone que somos una pareja felizmente casada ¿recuerdas? - Dijo Yul.
-Sí, por supuesto. Pero si Lena está amenazando con dispararte, imagino que has estado examinando a las damas con ojos de deseo - Yul miró fijamente a Lena, con una ceja arqueada.
-¿Quieres que le diga por qué estás enojada conmigo?
-No - dijo ella.
-Sam, ¿hay algo más?
-Oh, ya veo. Mi señal para colgar. Está bien, chicas. Traten de no pelear. Estaremos en contacto.
La disculpa que originalmente había planeado pronunciar, quedó en el olvido cuando la sonrisa en el rostro de Yul creció.
Lena giró sobre sus talones y se retiró hacia la cocina, mirando la botella de vino que pretendía tomar con su cena. Suspiró tratando de alcanzar el sacacorchos.
Cortito, pero ya saben cómo es esto ... Besos!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 y a Corderito_Agron les gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Uy si, muy cortito bro pero entiendo que la historia es así. Gracias y buenas noches
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Fue cortito si, pero no importa ya vendrá otro maratón... Si? 🥺
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Hay esas disculpas hubieran sido muy buenas, ojalá poco a poco se vayan acercando más y más . Saludos cariño mio espero con ansias leer más
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Me encanta mucho el fics... Saludos!
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Jajaja la parte que dice Yulia: quieres que le diga porque estás molesta conmigo? Y Lena: NO! Jajajaja me la imaginé
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Esperamos otro maratón muero por saber que hay en hoganvill
Ice-Man- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 08/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 19:
Fiona sintió su excitación crecer cuando se unió a los demás en la cámara.
Con su nuevo traje negro, ya no se sentía como una paria, relegada al fondo de la pared, donde se colocaban a los inocentes, vestidos de túnica blanca. Ahora miraba hacia atrás, viendo solamente una túnica blanca.
Era Elizabeth, la hermana de Pasha. Ahora tendrán unos cincuenta años, supuso Fiona. Se preguntaba qué había hecho para desagradar a la Madre Hogan.
Apartó la mirada, sintiendo lástima por la mujer. En la última celebración en octubre, Fiona había estado de pie al lado de Elizabeth, eran las últimas dos inocentes.
Por supuesto, ese no había sido siempre el caso. Recordó un momento en que había habido ocho o nueve de ellos. Poco a poco, han sido sacrificados, en su mayoría por la desobediencia. Randal se había escapado, algo que Fiona había soñado en secreto. Pasha y los cazadores lo encontraron y lo trajeron de vuelta. Randal simplemente no había sido sacrificado. Había sido ofrecido como un sacrificio.
Había sido llevado más allá de la cámara en las cuevas donde sus gritos se escucharon en el silencio sepulcral. Escuchar eso había ahuyentado cualquier pensamiento de escapar.
Ella conocía su lugar y se había resignado a su destino. Madre Hogan tenía planes para ella y absorbió todo lo que pudo de los libros, consciente de que iba a ser enviada al exterior para que pudiera aprender a enseñar. Su misión era la de integrarse en la escuela, algo que había logrado.
Por desgracia, los cuatro años que había pasado en el exterior sólo había alimentado su sueño de salir de aquí ... y dejar las pesadillas que la atormentaban. En última instancia, el miedo se impuso y se mantuvo fiel a la Madre Hogan y al rebaño.
Ahora temía que todo sería más complicado que antes, mientras frotaba suavemente su vientre, consciente de que algo estaba creciendo dentro de ella ¿Era hijo de Antel? ¿O era algo más? Cerró los ojos, persiguiendo el sueño inalcanzable que quedaba justo fuera de su alcance. Sin rostro, sin cuerpo. Sólo manos frías. El grito la sacó de sus cavilaciones.
Pasha y los otros estaban llevando a la chica que había sido elegida para el sacrificio. Fiona está mirando con fascinación como la chica luchaba, haciendo sus gritos altos y chillones. A madre Hogan le gustaba eso, lo sabía.
Miró el rostro de la mujer mayor, quien ampliaba su sonrisa con cada grito. Esta noche sólo sería un aperitivo. Mañana, la chica se vería obligada a tomar una de las pociones de Madre Hogan.
Mañana, no gritaría. Mañana iba a ser ofrecida. Mañana iban a darse un festín. Se darían todo un festín mientras la chica corría por su vida en las cuevas.
Madre Hogan dio un paso adelante, mirando a la chica.
Fiona podía sentir la emoción en la cámara. Era un ritual que había ocurrido durante más años de lo que alguien pudiese saber.
Madre Hogan asintió hacia Pasha y la chica fue levantada con facilidad en el altar. Su lucha no duró mucho ya que las correas de cuero fueron aseguradas con soltura. Fiona pudo ver a la temblorosa chica, con sus ojos muy abiertos por el miedo.
Madre Hogan metió la mano en el altar de piedra donde guardaba el cuchillo. Oyó el roce suave mientras era retirado de su funda protectora. Madre Hogan lo sostuvo en alto, su larga superficie lisa reflejaba la luz de las antorchas y brillaba agradablemente sobre su cabeza.
-¡No! Por favor, no - la chica gritaba entonces, con los ojos clavados en el cuchillo.
Madre Hogan rió deliciosamente mientras jugueteaba con el cuchillo hacia atrás y hacia delante en frente de la chica, sus gritos se convirtieron en sollozos.
-Por favor, no me haga daño - exclamó la muchacha - Por favor.
-Sí. Hemos escuchado esa súplica cientos de veces anteriormente - dijo Madre Hogan.
Se volvió hacia los ancianos, todos ellos observando cada movimiento. El cuchillo golpeó rápidamente, cortando el brazo de la chica como si fuera nada más que mantequilla. Fiona, como los otros, aplaudieron cuando el primer sangrado fue derramado. Era esperado por ellos.
La chica maulló como el animal herido que era.
Madre Hogan pasó los dedos por la sangre que corría por el brazo de la chica y luego los levantó para que el rebaño viera. Todos observaron con gran expectación mientras Madre Hogan se lamía los dedos secándolos y luego fue por más.
La cabeza de la chica giró hacia un lado, con sus ojos vidriosos por la angustia ante su desesperada situación.
Por un segundo, Fiona sintió compasión por ella, consciente de lo que vendría mañana por la noche. Apartó ese sentimiento. Esto no tendrá ninguna utilidad para ella si empatizaba con esta chica. Su destino estaba sellado.
En cambio, los seis ancianos imitaban las acciones de Madre Hogan, participando de su aperitivo para la fiesta de mañana.
Hola chicos!! Feliz finde. Sorry porque ayer no subí el capítulo pero hoy los recompensaré, les aseguro.
Saludos!!!
Fiona sintió su excitación crecer cuando se unió a los demás en la cámara.
Con su nuevo traje negro, ya no se sentía como una paria, relegada al fondo de la pared, donde se colocaban a los inocentes, vestidos de túnica blanca. Ahora miraba hacia atrás, viendo solamente una túnica blanca.
Era Elizabeth, la hermana de Pasha. Ahora tendrán unos cincuenta años, supuso Fiona. Se preguntaba qué había hecho para desagradar a la Madre Hogan.
Apartó la mirada, sintiendo lástima por la mujer. En la última celebración en octubre, Fiona había estado de pie al lado de Elizabeth, eran las últimas dos inocentes.
Por supuesto, ese no había sido siempre el caso. Recordó un momento en que había habido ocho o nueve de ellos. Poco a poco, han sido sacrificados, en su mayoría por la desobediencia. Randal se había escapado, algo que Fiona había soñado en secreto. Pasha y los cazadores lo encontraron y lo trajeron de vuelta. Randal simplemente no había sido sacrificado. Había sido ofrecido como un sacrificio.
Había sido llevado más allá de la cámara en las cuevas donde sus gritos se escucharon en el silencio sepulcral. Escuchar eso había ahuyentado cualquier pensamiento de escapar.
Ella conocía su lugar y se había resignado a su destino. Madre Hogan tenía planes para ella y absorbió todo lo que pudo de los libros, consciente de que iba a ser enviada al exterior para que pudiera aprender a enseñar. Su misión era la de integrarse en la escuela, algo que había logrado.
Por desgracia, los cuatro años que había pasado en el exterior sólo había alimentado su sueño de salir de aquí ... y dejar las pesadillas que la atormentaban. En última instancia, el miedo se impuso y se mantuvo fiel a la Madre Hogan y al rebaño.
Ahora temía que todo sería más complicado que antes, mientras frotaba suavemente su vientre, consciente de que algo estaba creciendo dentro de ella ¿Era hijo de Antel? ¿O era algo más? Cerró los ojos, persiguiendo el sueño inalcanzable que quedaba justo fuera de su alcance. Sin rostro, sin cuerpo. Sólo manos frías. El grito la sacó de sus cavilaciones.
Pasha y los otros estaban llevando a la chica que había sido elegida para el sacrificio. Fiona está mirando con fascinación como la chica luchaba, haciendo sus gritos altos y chillones. A madre Hogan le gustaba eso, lo sabía.
Miró el rostro de la mujer mayor, quien ampliaba su sonrisa con cada grito. Esta noche sólo sería un aperitivo. Mañana, la chica se vería obligada a tomar una de las pociones de Madre Hogan.
Mañana, no gritaría. Mañana iba a ser ofrecida. Mañana iban a darse un festín. Se darían todo un festín mientras la chica corría por su vida en las cuevas.
Madre Hogan dio un paso adelante, mirando a la chica.
Fiona podía sentir la emoción en la cámara. Era un ritual que había ocurrido durante más años de lo que alguien pudiese saber.
Madre Hogan asintió hacia Pasha y la chica fue levantada con facilidad en el altar. Su lucha no duró mucho ya que las correas de cuero fueron aseguradas con soltura. Fiona pudo ver a la temblorosa chica, con sus ojos muy abiertos por el miedo.
Madre Hogan metió la mano en el altar de piedra donde guardaba el cuchillo. Oyó el roce suave mientras era retirado de su funda protectora. Madre Hogan lo sostuvo en alto, su larga superficie lisa reflejaba la luz de las antorchas y brillaba agradablemente sobre su cabeza.
-¡No! Por favor, no - la chica gritaba entonces, con los ojos clavados en el cuchillo.
Madre Hogan rió deliciosamente mientras jugueteaba con el cuchillo hacia atrás y hacia delante en frente de la chica, sus gritos se convirtieron en sollozos.
-Por favor, no me haga daño - exclamó la muchacha - Por favor.
-Sí. Hemos escuchado esa súplica cientos de veces anteriormente - dijo Madre Hogan.
Se volvió hacia los ancianos, todos ellos observando cada movimiento. El cuchillo golpeó rápidamente, cortando el brazo de la chica como si fuera nada más que mantequilla. Fiona, como los otros, aplaudieron cuando el primer sangrado fue derramado. Era esperado por ellos.
La chica maulló como el animal herido que era.
Madre Hogan pasó los dedos por la sangre que corría por el brazo de la chica y luego los levantó para que el rebaño viera. Todos observaron con gran expectación mientras Madre Hogan se lamía los dedos secándolos y luego fue por más.
La cabeza de la chica giró hacia un lado, con sus ojos vidriosos por la angustia ante su desesperada situación.
Por un segundo, Fiona sintió compasión por ella, consciente de lo que vendría mañana por la noche. Apartó ese sentimiento. Esto no tendrá ninguna utilidad para ella si empatizaba con esta chica. Su destino estaba sellado.
En cambio, los seis ancianos imitaban las acciones de Madre Hogan, participando de su aperitivo para la fiesta de mañana.
Hola chicos!! Feliz finde. Sorry porque ayer no subí el capítulo pero hoy los recompensaré, les aseguro.
Saludos!!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 le gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Todos son culpables de las muertes y desaparisiones de todos los jovenes que estan buscando las chicas. Esto se.pone interesante. Saludos
Ice-Man- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 08/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Que bueno tenerte por aquí temprano cariño y con este capitulo tan oscuro q horrible lo q hacen a los demás espero que al final todos pague tanta tortura y asesinato. Saludos querida mía estaré pendiente si subes más, feliz sábado
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 20:
-Conocí a Fiona hoy - dijo Lena mientras servía patatas para ella. La ojiazul levantó una ceja.
-¿Y? ¿Tiene cuernos? - Lena sonrió, la primera sonrisa verdadera que la ojiazul había recibido de ella el día de hoy.
-No, no tiene cuernos. Fue muy amable, pero definitivamente había algo raro en ella - dijo Lena - Fue demasiado cordial, pero distante, si eso tiene sentido.
-¿Pretende ser abierta, pero sin serlo?
-Supongo, pero fue agradable. Creo que podría llamarla dulce. Sin embargo la visita no duró mucho. Traía a su clase para su hora de ejercicio - Lena se echó a reír - Te lo juro, esta es la peor asignación que he tenido. Hicimos carreras de velocidad y las chicas lo odiaron. Y como castigo, no me hablaron.
-¿Ese fue el castigo? - preguntó la ojiazul, tomando su plato de las manos de Lena -Gracias.
-No hay de qué. Y no, eso fue un bono, sólo que no lo sabían - dijo con una sonrisa - He decidido que odio a los chicos. Los adolescentes, de todos modos.
La morena cortó el pescado al horno con su tenedor, mirándolo con recelo. Sólo comía pescado de una manera y era frito. Pero tomando en cuenta cuan frías habían estado las cosas entre ellas, no quiso molestar más a Lena con su comentario. Así que se armó de valor con el primer bocado, preparándose para tragarlo a la fuerza. Estaba sorprendentemente bueno. Levantó la vista, viendo la expresión divertida de la pelirroja.
-¿Qué? - dijo con la boca llena.
-Preparada para odiarlo ¿no es así?
-Estoy acostumbrada al pescado frito del sur - dijo - Pero esto está bueno.
-Gracias. Normalmente pongo una pasta de harina de maíz cuando cocino pescado... - dijo - ...pero pensé que te gustaría más así.
La ojiazul estuvo conmovida por el hecho de que Lena se preocupara por lo que a ella pudiese o no gustarle. Sobre todo por su argumento de la otra noche, algo de lo que aún no habían hablado o pedido disculpas.
-Gracias - dijo Yulia - Pero tomando en cuenta que no cocino, no puedo exactamente ser exigente. No tienes que cambiar las cosas por mí.
-Sé que no tengo que hacerlo.
El silencio se prolongó, su ligereza anterior dio paso a la tensión reprimida nuevamente. La ojiazul, por su parte, había tenido bastante de eso.
Agarró su copa de vino tomando un gran sorbo. Nunca había sido de las que hablaban de cosas... sentimientos. Sabía que eso provenía de su infancia, donde hablar nunca ocurría. Como adulta, nunca había estado en ninguna clase de relación en la que se requiriera hacerlo. Pero estaba atrapada aquí con Lena en algo que podría durar varios meses. Si estas primeras semanas eran una muestra, terminarían matándose una a la otra antes de llegar al final de su asignación...
-Hablemos de ello - dijo - Terminemos con esto, limpiemos el aire - Lena bajó su tenedor.
-¿Qué quieres decir?
-Hablemos de esa noche. Hablemos de nosotras teniendo relaciones sexuales. Hablemos de nuestra discusión la semana pasada. Solo hagámoslo y acabemos de una vez. Siento como si estuviese caminando sobre cáscaras de huevo alrededor de ti - admitió la ojiazul - Lo odio.
Lena le miró fijamente durante un largo momento y Yulia pensó que iba a negarse a hablar. Pero al parecer, sólo estaba poniendo en orden sus pensamientos. Ella asintió.
-Está bien.
-Tú primero - sugirió la ojiazul.
-Yo no... - Lena aclaró su garganta -Normalmente no hago ese tipo de cosas. Como aquella noche - dijo - Ese es tu juego, no el mío - La ojiazul negó con la cabeza.
-No, Elena, eres como yo. Simplemente que no quieres admitirlo.
-Eso no es cierto. Tú no tienes citas. Es probable que ni siquiera te molestes en aprender sus nombres - La ojiazul ladeó la cabeza.
-¿Y tú tienes citas? Quiero decir ¿aparte de Aleksei?
-No salgo con Aleksei, pero sí, tengo citas. De vez en cuando. Si quisiera, las tendría. Si encontrara a la persona adecuada... - dijo tomando un sorbo de su vino - Este trabajo hace que eso sea algo difícil.
-Cierto. Y eso es parte del problema. No tengo el tiempo ni la energía para dedicarlo a tener citas - dijo la ojiazul - Y en ocasiones, me gusta tener compañía femenina - Lena resopló.
-¿En ocasiones?
-Sí, en ocasiones. Cuando tenemos un mal caso, me gusta olvidarlo todo y escapar. No soy diferente a ti en ese sentido.
-Sí, lo eres. Normalmente me voy a casa y tomo un baño de burbujas de una hora y bebo una botella de vino caro. No me pierdo a mí misma teniendo sexo anónimo - La ojiazul se echó a reír.
-¿Qué te hace pensar que no hago lo mismo?
-Oh, vamos ¿En serio?
-¿Qué? ¿Crees que todas las mañanas cuando me ves luciendo como una mierda significa que he estado con una mujer la noche anterior? - Lena sonrió.
-¿No es así?
-No necesariamente.
-Vamos, Yulia. Sam y Dima son tan chismosos como un grupo de chicas. Sé todo lo que pasa, tal como tú lo sabes - La ojiazul suspiró.
-Está bien, algunas veces no quiero volver a casa, a una casa vacía. A veces no quiero estar sola. El bar es una alternativa, encontrar una pareja dispuesta e ir a su casa.
-¿Por qué siempre a su casa?
-Para mantener el anonimato. Nunca llevo a nadie a mi casa - Lena la miró, con las cejas levantadas - Está bien, bueno, tú, pero fuiste la primera - concedió.
-¿Realmente esperas que crea eso?
La morenq pensó que tal vez debería mentir y decirle a Lena que muchas mujeres habían compartido su cama. Por alguna razón, el hecho de que ella hubiese sido la única mujer que hubiese llevado a su apartamento la sorprendió.
Pensó nuevamente en esa noche en el bar, cuando sus caricias se habían vuelto más urgentes y sus besos abrasadores. Con otras mujeres, hubiese preferido marcharse antes de invitarlas a su espacio personal... su apartamento. Pero con Lena, ese pensamiento nunca cruzó su mente. El único pensamiento que había cruzado su mente había sido desnudarse con Lena lo más rápido posible.
Levantó su mirada encontrándose con la de ella, preguntándose si también estaba recordando su tiempo juntas ¿Se daba cuenta Lena de lo sujeta que había estado a ella esa noche? ¿Se daba cuenta que Yulia le habría rogado que fuese a casa con ella? Lo cual, por supuesto, no había sido necesario. Lena le había seguido voluntariamente al apartamento. Obviamente, ahora, la ojiverde no tenía nada más que arrepentimientos de esa noche.
Finalmente asintió, respondiendo a la pregunta original de Lena.
-Sí, es la verdad. No ha habido nadie más que tú en mi cama - Lena la miró asombrada, arqueando sus cejas.
-¿Por qué?
-¿Por qué, qué?
-¿Por qué yo y nadie más? - preguntó en voz baja.
La ojiazul apartó la mirada, incómoda. No sabía la respuesta ¿Era porque conocía a Lena y sabía que estaría a salvo? Si era así, eso fue completamente subconsciente. El hecho era, que en ese momento, estaba demasiado excitada para preocuparse. Siempre se había sentido atraída por Lena, aunque sabía que Lena estaba fuera de su liga. Decidió que esa no era la respuesta que debía darle.
-No quiero que nadie sepa donde vivo - dijo a cambio - No quiero complicaciones - se encogió de hombros - No lo sé. Tal vez porque te conocía - dijo descubriendo la mirada inquisitiva de Lena - Me sentí segura... contigo - admitió finalmente. Lena asintió.
-¿Te arrepientes de esa noche? - La morena sonrió.
-Probablemente no tanto como te arrepientes tú.
Lena también sonrió y entonces añadió más vino a ambas copas.
-No sé si arrepentimiento sea la palabra correcta - dijo ella - En realidad estaba terriblemente avergonzada de enfrentarte al día siguiente.
-¿Por qué? Las dos estuvimos dispuestas a participar.
-Sí. Pero como he dicho, no es algo que yo haga.
-No es como si yo fuese una extraña, Lena.
-Es cierto - lucía como si quisiera decir algo más y Yulia casi podía verla en guerra consigo misma. Al parecer, perdió la batalla - Me daba vergüenza que no fuese diferente a cualquiera de las otras mujeres que enganchabas en el bar y con las que tenías relaciones sexuales. Otra muesca para ti, por así decirlo.
Esas palabras dolieron más de lo que debieron, La ojiazul lo sabía, pero el dolor era agudo. Las otras mujeres, conocían el juego. Una conexión rápida y luego fuera de allí. Era diferente con Lena. Como ella había dicho, no era el juego que jugaba. Yulia sentía como si la hubiese arrastrado hacia una cuneta con ella. En realidad, no fue así en absoluto. Probablemente había sido la noche más satisfactoria que jamás hubiese tenido. Un maravilloso dar y recibir entre ellas, habían hecho el amor como si conocieran muy bien sus caricias. De hecho, estaría mintiendo si dijera que no había buscado a Lena nuevamente en el bar, con la esperanza de que se repitiera.
-No fuiste una muesca, Lena. No fue así contigo Lena sólo le ofreció una sonrisa triste. Al parecer, no le creía.
-¿Y? ¿Alguna palabra del registro de la puerta? -La ojiazul reconoció el cambio de tema, sabiendo que su discusión había terminado.
-Envié el archivo a Samir esta mañana. Lo miré. Lucia como un archivo de texto, pero sólo con números por todos lados. Marcus me dio una lista de los números de identificación de cada código de barras de los vehículos - dijo ella - Si Samir intenta descifrar eso por sí mismo, podría tardar un poco. Espero que solicite ayuda con eso.
-Esperemos que no sea la ayuda de Dima la que solicite. Sabemos cómo es con los números.
-Sí, lo enloquecen. Y descubrí que Richard Barr era quien estaba trabajando en la puerta esa noche, cuando Pasha realizó la visita a Marcus.
-¿Le contaste al Jefe Aims lo qué pasó?
-No. Marcus piensa que no debemos llamar la atención sobre eso.
-Entonces, ¿qué hay de Barr? ¿Alguna idea del por qué dejó entrar a Pasha ? ¿Especialmente a esas horas?
-Supongo que fue porque Fiona estaba en el coche - se encogió de hombros - La seguridad no es, obviamente, la más estricta como debería ser.
-Conocí a Fiona hoy - dijo Lena mientras servía patatas para ella. La ojiazul levantó una ceja.
-¿Y? ¿Tiene cuernos? - Lena sonrió, la primera sonrisa verdadera que la ojiazul había recibido de ella el día de hoy.
-No, no tiene cuernos. Fue muy amable, pero definitivamente había algo raro en ella - dijo Lena - Fue demasiado cordial, pero distante, si eso tiene sentido.
-¿Pretende ser abierta, pero sin serlo?
-Supongo, pero fue agradable. Creo que podría llamarla dulce. Sin embargo la visita no duró mucho. Traía a su clase para su hora de ejercicio - Lena se echó a reír - Te lo juro, esta es la peor asignación que he tenido. Hicimos carreras de velocidad y las chicas lo odiaron. Y como castigo, no me hablaron.
-¿Ese fue el castigo? - preguntó la ojiazul, tomando su plato de las manos de Lena -Gracias.
-No hay de qué. Y no, eso fue un bono, sólo que no lo sabían - dijo con una sonrisa - He decidido que odio a los chicos. Los adolescentes, de todos modos.
La morena cortó el pescado al horno con su tenedor, mirándolo con recelo. Sólo comía pescado de una manera y era frito. Pero tomando en cuenta cuan frías habían estado las cosas entre ellas, no quiso molestar más a Lena con su comentario. Así que se armó de valor con el primer bocado, preparándose para tragarlo a la fuerza. Estaba sorprendentemente bueno. Levantó la vista, viendo la expresión divertida de la pelirroja.
-¿Qué? - dijo con la boca llena.
-Preparada para odiarlo ¿no es así?
-Estoy acostumbrada al pescado frito del sur - dijo - Pero esto está bueno.
-Gracias. Normalmente pongo una pasta de harina de maíz cuando cocino pescado... - dijo - ...pero pensé que te gustaría más así.
La ojiazul estuvo conmovida por el hecho de que Lena se preocupara por lo que a ella pudiese o no gustarle. Sobre todo por su argumento de la otra noche, algo de lo que aún no habían hablado o pedido disculpas.
-Gracias - dijo Yulia - Pero tomando en cuenta que no cocino, no puedo exactamente ser exigente. No tienes que cambiar las cosas por mí.
-Sé que no tengo que hacerlo.
El silencio se prolongó, su ligereza anterior dio paso a la tensión reprimida nuevamente. La ojiazul, por su parte, había tenido bastante de eso.
Agarró su copa de vino tomando un gran sorbo. Nunca había sido de las que hablaban de cosas... sentimientos. Sabía que eso provenía de su infancia, donde hablar nunca ocurría. Como adulta, nunca había estado en ninguna clase de relación en la que se requiriera hacerlo. Pero estaba atrapada aquí con Lena en algo que podría durar varios meses. Si estas primeras semanas eran una muestra, terminarían matándose una a la otra antes de llegar al final de su asignación...
-Hablemos de ello - dijo - Terminemos con esto, limpiemos el aire - Lena bajó su tenedor.
-¿Qué quieres decir?
-Hablemos de esa noche. Hablemos de nosotras teniendo relaciones sexuales. Hablemos de nuestra discusión la semana pasada. Solo hagámoslo y acabemos de una vez. Siento como si estuviese caminando sobre cáscaras de huevo alrededor de ti - admitió la ojiazul - Lo odio.
Lena le miró fijamente durante un largo momento y Yulia pensó que iba a negarse a hablar. Pero al parecer, sólo estaba poniendo en orden sus pensamientos. Ella asintió.
-Está bien.
-Tú primero - sugirió la ojiazul.
-Yo no... - Lena aclaró su garganta -Normalmente no hago ese tipo de cosas. Como aquella noche - dijo - Ese es tu juego, no el mío - La ojiazul negó con la cabeza.
-No, Elena, eres como yo. Simplemente que no quieres admitirlo.
-Eso no es cierto. Tú no tienes citas. Es probable que ni siquiera te molestes en aprender sus nombres - La ojiazul ladeó la cabeza.
-¿Y tú tienes citas? Quiero decir ¿aparte de Aleksei?
-No salgo con Aleksei, pero sí, tengo citas. De vez en cuando. Si quisiera, las tendría. Si encontrara a la persona adecuada... - dijo tomando un sorbo de su vino - Este trabajo hace que eso sea algo difícil.
-Cierto. Y eso es parte del problema. No tengo el tiempo ni la energía para dedicarlo a tener citas - dijo la ojiazul - Y en ocasiones, me gusta tener compañía femenina - Lena resopló.
-¿En ocasiones?
-Sí, en ocasiones. Cuando tenemos un mal caso, me gusta olvidarlo todo y escapar. No soy diferente a ti en ese sentido.
-Sí, lo eres. Normalmente me voy a casa y tomo un baño de burbujas de una hora y bebo una botella de vino caro. No me pierdo a mí misma teniendo sexo anónimo - La ojiazul se echó a reír.
-¿Qué te hace pensar que no hago lo mismo?
-Oh, vamos ¿En serio?
-¿Qué? ¿Crees que todas las mañanas cuando me ves luciendo como una mierda significa que he estado con una mujer la noche anterior? - Lena sonrió.
-¿No es así?
-No necesariamente.
-Vamos, Yulia. Sam y Dima son tan chismosos como un grupo de chicas. Sé todo lo que pasa, tal como tú lo sabes - La ojiazul suspiró.
-Está bien, algunas veces no quiero volver a casa, a una casa vacía. A veces no quiero estar sola. El bar es una alternativa, encontrar una pareja dispuesta e ir a su casa.
-¿Por qué siempre a su casa?
-Para mantener el anonimato. Nunca llevo a nadie a mi casa - Lena la miró, con las cejas levantadas - Está bien, bueno, tú, pero fuiste la primera - concedió.
-¿Realmente esperas que crea eso?
La morenq pensó que tal vez debería mentir y decirle a Lena que muchas mujeres habían compartido su cama. Por alguna razón, el hecho de que ella hubiese sido la única mujer que hubiese llevado a su apartamento la sorprendió.
Pensó nuevamente en esa noche en el bar, cuando sus caricias se habían vuelto más urgentes y sus besos abrasadores. Con otras mujeres, hubiese preferido marcharse antes de invitarlas a su espacio personal... su apartamento. Pero con Lena, ese pensamiento nunca cruzó su mente. El único pensamiento que había cruzado su mente había sido desnudarse con Lena lo más rápido posible.
Levantó su mirada encontrándose con la de ella, preguntándose si también estaba recordando su tiempo juntas ¿Se daba cuenta Lena de lo sujeta que había estado a ella esa noche? ¿Se daba cuenta que Yulia le habría rogado que fuese a casa con ella? Lo cual, por supuesto, no había sido necesario. Lena le había seguido voluntariamente al apartamento. Obviamente, ahora, la ojiverde no tenía nada más que arrepentimientos de esa noche.
Finalmente asintió, respondiendo a la pregunta original de Lena.
-Sí, es la verdad. No ha habido nadie más que tú en mi cama - Lena la miró asombrada, arqueando sus cejas.
-¿Por qué?
-¿Por qué, qué?
-¿Por qué yo y nadie más? - preguntó en voz baja.
La ojiazul apartó la mirada, incómoda. No sabía la respuesta ¿Era porque conocía a Lena y sabía que estaría a salvo? Si era así, eso fue completamente subconsciente. El hecho era, que en ese momento, estaba demasiado excitada para preocuparse. Siempre se había sentido atraída por Lena, aunque sabía que Lena estaba fuera de su liga. Decidió que esa no era la respuesta que debía darle.
-No quiero que nadie sepa donde vivo - dijo a cambio - No quiero complicaciones - se encogió de hombros - No lo sé. Tal vez porque te conocía - dijo descubriendo la mirada inquisitiva de Lena - Me sentí segura... contigo - admitió finalmente. Lena asintió.
-¿Te arrepientes de esa noche? - La morena sonrió.
-Probablemente no tanto como te arrepientes tú.
Lena también sonrió y entonces añadió más vino a ambas copas.
-No sé si arrepentimiento sea la palabra correcta - dijo ella - En realidad estaba terriblemente avergonzada de enfrentarte al día siguiente.
-¿Por qué? Las dos estuvimos dispuestas a participar.
-Sí. Pero como he dicho, no es algo que yo haga.
-No es como si yo fuese una extraña, Lena.
-Es cierto - lucía como si quisiera decir algo más y Yulia casi podía verla en guerra consigo misma. Al parecer, perdió la batalla - Me daba vergüenza que no fuese diferente a cualquiera de las otras mujeres que enganchabas en el bar y con las que tenías relaciones sexuales. Otra muesca para ti, por así decirlo.
Esas palabras dolieron más de lo que debieron, La ojiazul lo sabía, pero el dolor era agudo. Las otras mujeres, conocían el juego. Una conexión rápida y luego fuera de allí. Era diferente con Lena. Como ella había dicho, no era el juego que jugaba. Yulia sentía como si la hubiese arrastrado hacia una cuneta con ella. En realidad, no fue así en absoluto. Probablemente había sido la noche más satisfactoria que jamás hubiese tenido. Un maravilloso dar y recibir entre ellas, habían hecho el amor como si conocieran muy bien sus caricias. De hecho, estaría mintiendo si dijera que no había buscado a Lena nuevamente en el bar, con la esperanza de que se repitiera.
-No fuiste una muesca, Lena. No fue así contigo Lena sólo le ofreció una sonrisa triste. Al parecer, no le creía.
-¿Y? ¿Alguna palabra del registro de la puerta? -La ojiazul reconoció el cambio de tema, sabiendo que su discusión había terminado.
-Envié el archivo a Samir esta mañana. Lo miré. Lucia como un archivo de texto, pero sólo con números por todos lados. Marcus me dio una lista de los números de identificación de cada código de barras de los vehículos - dijo ella - Si Samir intenta descifrar eso por sí mismo, podría tardar un poco. Espero que solicite ayuda con eso.
-Esperemos que no sea la ayuda de Dima la que solicite. Sabemos cómo es con los números.
-Sí, lo enloquecen. Y descubrí que Richard Barr era quien estaba trabajando en la puerta esa noche, cuando Pasha realizó la visita a Marcus.
-¿Le contaste al Jefe Aims lo qué pasó?
-No. Marcus piensa que no debemos llamar la atención sobre eso.
-Entonces, ¿qué hay de Barr? ¿Alguna idea del por qué dejó entrar a Pasha ? ¿Especialmente a esas horas?
-Supongo que fue porque Fiona estaba en el coche - se encogió de hombros - La seguridad no es, obviamente, la más estricta como debería ser.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Cobardes, Sam y Dima!!! Pero Yulia tiene los cojones que ellos no tenéis. Lena, cariño, date cuenta que estás hasta el cuello por Yulia y Fiona no es más que un juguete de la vieja Hogan
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 21:
Esther abrió la puerta lentamente, como si no quisiera molestar a nadie dentro.
Ese pensamiento siempre le pareció divertido, pero mantuvo la ligereza para sí misma. Esta habitación estaba santificada, sólo vista por unos pocos.
Las camas estaban hechas a mano, hechas por Devin, el padre de Gretchen. Sus manos ahora estaban plagadas de artritis e inútiles para ella, pero su lugar de descanso final ya estaba preparado. Esperaba que no fuera necesario por muchos años, pero todavía le inquietaba ver la cama hecha para ella. Tal vez fue prematuro hacer que Devin la construyera.
No había nadie codiciando la túnica púrpura. No como ella lo había hecho cuando su madre la llevaba. Por supuesto, el reinado de su madre fue de corta duración, gracias a su repentina enfermedad.
Esther miró la cama donde yacía su madre, con una pequeña sonrisa en sus labios. Su madre había sido una tonta y demasiado confiada. Esther había aprendido a hacer la poción mágica casi por accidente. A su madre le encantaba el sabor de la misma. Había ocho camas en total, siete ocupadas.
Se movió lentamente por delante de ellas, deteniéndose frente a su querida abuela. Todo lo que sabía, lo había aprendido de ella. Si tan sólo había vivido más tiempo, el rebaño aún podría ser próspero. Como estaban las cosas, incluso ella tenía que admitir que el rebaño estaba sufriendo una muerte lenta.
Por supuesto, él vivía a través del rebaño. Si el rebaño moría ¿qué sería de él? ¿Estaría satisfecho simplemente cazando? Por la manera en que el mundo estaba hoy, eso sería demasiado peligroso. No, los necesario para proteger las cuevas.
La primera vez que lo descubrieron fue cuando sus antepasados se asentaron en el área después que los zares derrotaran al ejército ucraniano. Se toparon con la entrada a las cavernas subterráneas y debido a la corriente que fluía a través de ellas, se establecieron allí.
A menudo se preguntaba cómo había sido si un Hogan no las has descubierto. Incluso entonces, siempre fue a las mujeres a quien él le otorgó el don... el poder de ver las cosas... el poder de las cosas.
Todas menos su propia madre. Por alguna razón, ella se había saltado. Mucho mejor, ya que Esther había sido lo suficientemente fuerte como para acabar con su reinado y tomar el relevo. Miró disimuladamente hacia su madre. Cerca del fin, su madre había descubierto el veneno, pero para entonces ya era demasiado tarde. Al menos Esther le había dado un lugar de honor aquí en la sala de sepultura.
Miró hacia abajo, hacia la línea de camas, sin saber realmente la historia de todas ellas. Algunas habían sido muy jóvenes cuando murieron, un corto reinado. Sabía que Velma y Opal sólo habían vivido hasta sus treinta años. Por supuesto, su abuela sólo había tenido cincuenta años cuando enfermó, lo que obligó a su madre, quien no estaba preparada, a dirigir el rebaño.
Y ahora no había una verdadera Hogan a quien pasar el don. Había copulado varias veces, siempre sin éxito. Los hombres eran considerados deficientes y eran sacrificados. Había copulado con su hermano, Antel, con la esperanza de seguir una línea de sangre pura, pero también había fracasado. Había nacido un hijo varón. Debió ser sacrificado cuando se dio cuenta que no podía... que no iba a hablar... pero él había demostrado ser su única debilidad. En castigo, casi había ofrecido a Antel como un sacrificio, pero no estuvo interesado.
Rodel, su hijo, ahora se había ido, lo había liberado de su silencioso sufrimiento por una de sus pociones mágicas. Nadie supo de su fallecimiento. Ni siquiera Antel. Siempre lo mantuvo alejado del rebaño, sin querer ver la duda, las preguntas en sus ojos en cuanto del por qué ella... Madre Hogan... había procreado un niño deficiente.
Pero ahora había esperanza para su futuro. Fiona.
Tiempos desesperados, lo eran. Aunque Antel había copulado con Fiona, no era el hijo de Antel a quién ella llevaba.
Sonrió ante la idea, pensar que eso, finalmente salvaría al rebaño. Tocó el encaje que cubría las piernas de su abuela, sus ojos viajaban por los restos del esqueleto hacia el rostro, ya no era capaz de distinguir sus facciones.
-Adiós, madre Estele. Vendré a visitarte pronto.
Cerró la puerta sin hacer ruido, haciendo una pausa para levantar la capucha de su túnica sobre su cabeza.
Había llegado el momento. El rebaño se reuniría en la cámara. Ofrecerían su sacrificio esta noche. Luego se darían un festín con el cordero que los hombres han estado preparando durante todo el día.
Y él iba a darse un festín con la joven después que jugara con ella, dándole caza en las cuevas.
Esther abrió la puerta lentamente, como si no quisiera molestar a nadie dentro.
Ese pensamiento siempre le pareció divertido, pero mantuvo la ligereza para sí misma. Esta habitación estaba santificada, sólo vista por unos pocos.
Las camas estaban hechas a mano, hechas por Devin, el padre de Gretchen. Sus manos ahora estaban plagadas de artritis e inútiles para ella, pero su lugar de descanso final ya estaba preparado. Esperaba que no fuera necesario por muchos años, pero todavía le inquietaba ver la cama hecha para ella. Tal vez fue prematuro hacer que Devin la construyera.
No había nadie codiciando la túnica púrpura. No como ella lo había hecho cuando su madre la llevaba. Por supuesto, el reinado de su madre fue de corta duración, gracias a su repentina enfermedad.
Esther miró la cama donde yacía su madre, con una pequeña sonrisa en sus labios. Su madre había sido una tonta y demasiado confiada. Esther había aprendido a hacer la poción mágica casi por accidente. A su madre le encantaba el sabor de la misma. Había ocho camas en total, siete ocupadas.
Se movió lentamente por delante de ellas, deteniéndose frente a su querida abuela. Todo lo que sabía, lo había aprendido de ella. Si tan sólo había vivido más tiempo, el rebaño aún podría ser próspero. Como estaban las cosas, incluso ella tenía que admitir que el rebaño estaba sufriendo una muerte lenta.
Por supuesto, él vivía a través del rebaño. Si el rebaño moría ¿qué sería de él? ¿Estaría satisfecho simplemente cazando? Por la manera en que el mundo estaba hoy, eso sería demasiado peligroso. No, los necesario para proteger las cuevas.
La primera vez que lo descubrieron fue cuando sus antepasados se asentaron en el área después que los zares derrotaran al ejército ucraniano. Se toparon con la entrada a las cavernas subterráneas y debido a la corriente que fluía a través de ellas, se establecieron allí.
A menudo se preguntaba cómo había sido si un Hogan no las has descubierto. Incluso entonces, siempre fue a las mujeres a quien él le otorgó el don... el poder de ver las cosas... el poder de las cosas.
Todas menos su propia madre. Por alguna razón, ella se había saltado. Mucho mejor, ya que Esther había sido lo suficientemente fuerte como para acabar con su reinado y tomar el relevo. Miró disimuladamente hacia su madre. Cerca del fin, su madre había descubierto el veneno, pero para entonces ya era demasiado tarde. Al menos Esther le había dado un lugar de honor aquí en la sala de sepultura.
Miró hacia abajo, hacia la línea de camas, sin saber realmente la historia de todas ellas. Algunas habían sido muy jóvenes cuando murieron, un corto reinado. Sabía que Velma y Opal sólo habían vivido hasta sus treinta años. Por supuesto, su abuela sólo había tenido cincuenta años cuando enfermó, lo que obligó a su madre, quien no estaba preparada, a dirigir el rebaño.
Y ahora no había una verdadera Hogan a quien pasar el don. Había copulado varias veces, siempre sin éxito. Los hombres eran considerados deficientes y eran sacrificados. Había copulado con su hermano, Antel, con la esperanza de seguir una línea de sangre pura, pero también había fracasado. Había nacido un hijo varón. Debió ser sacrificado cuando se dio cuenta que no podía... que no iba a hablar... pero él había demostrado ser su única debilidad. En castigo, casi había ofrecido a Antel como un sacrificio, pero no estuvo interesado.
Rodel, su hijo, ahora se había ido, lo había liberado de su silencioso sufrimiento por una de sus pociones mágicas. Nadie supo de su fallecimiento. Ni siquiera Antel. Siempre lo mantuvo alejado del rebaño, sin querer ver la duda, las preguntas en sus ojos en cuanto del por qué ella... Madre Hogan... había procreado un niño deficiente.
Pero ahora había esperanza para su futuro. Fiona.
Tiempos desesperados, lo eran. Aunque Antel había copulado con Fiona, no era el hijo de Antel a quién ella llevaba.
Sonrió ante la idea, pensar que eso, finalmente salvaría al rebaño. Tocó el encaje que cubría las piernas de su abuela, sus ojos viajaban por los restos del esqueleto hacia el rostro, ya no era capaz de distinguir sus facciones.
-Adiós, madre Estele. Vendré a visitarte pronto.
Cerró la puerta sin hacer ruido, haciendo una pausa para levantar la capucha de su túnica sobre su cabeza.
Había llegado el momento. El rebaño se reuniría en la cámara. Ofrecerían su sacrificio esta noche. Luego se darían un festín con el cordero que los hombres han estado preparando durante todo el día.
Y él iba a darse un festín con la joven después que jugara con ella, dándole caza en las cuevas.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Me encanta la historia, es atrapante aunque vaya algo lenta pero entiendo que tienes cosas que hacer. Aprecio te tomes tiempo para subirla, me conformo con ello
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Me muero por saber a qué clase de cosa le ofrecen los sacrificios si es humano o algo peor que toda esa gente
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Lena debería creerme a julia por primera vez no salio con sus comentarios fuera de lugar y fue casi totalmente sincera ojalá las cosas entre ellas mejoren más. Y en cuento a lo demás es genial el misterio de q es ese "el" q adoran y alimentan y les da poderes y de quien es el hijo de Fiona. Saludos cariño gracias por esos 2 capítulos
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Muero por saber qué clase de bicho raro vive en ese pueblo y del que tanto habláis los Hoganvillanos jajaja
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 22:
Lena conducía lentamente por el camino sinuoso del pueblo, sintiéndose casi claustrofóbica cuando los pinos gigantes que flanqueaban ambos lados prohibían cualquier atisbo del horizonte. Sin embargo, encontró el paseo muy agradable, tan diferente de la prisa constante a la que estaba acostumbrada en la ciudad.
El asiento trasero estaba lleno con las compras que había hecho en la tienda de comestibles en su viaje a San Agustín, junto con un televisor que había comprado para Yul.
El acuerdo que habían hecho era que ella conseguiría la TV y la morena se encargaría del servicio de satélite. Bien sea que estuviesen allí un mes... o seis... tendrían por lo menos algún tipo de entretenimiento.
Realmente no le importaba viajar sola para ir a
de compras. Eso le daría tiempo para pensar, tiempo para reflexionar sobre la semana. Había dejado la escuela a las 2:00pm, después de que el grupo de chicas había terminado lo que ahora llamaban clases de baile.
Realmente no le importaba lo que pensaran los demás profesores, las chicas estaban disfrutando los DVD's de Zumba y hasta podía ver una diferencia en ellas. Algunas eran muy buenas en eso y por lo menos se estaban ejercitando. Pero supuso, que en algún momento, realmente tendría que aprender algo sobre baloncesto y voleibol para que pudieran hacer los verdaderos deportes en equipo.
Yul se había ofrecido a enseñarle, pero entonces ella misma había declinado.
Ella y Yul tenían suficiente interacción así como estaban.
La semana pasada había sido insoportablemente dura. No porque ella y Yulia discutieran o no se llevaran bien. Todo lo contrario, la morena había estado en su mejor comportamiento, coqueteando con ella en broma algunas veces, incluso sorprendiéndola un día en el gimnasio con una taza de verdadero café. Lena había estado tan conmovida por el gesto que estuvo a punto de besarla, una reacción aparentemente natural. Había retrocedido en el último minuto y luego se sonrojó completamente cuando Yul se rió de buena gana.
Por supuesto, las noches eran lo peor. En dos ocasiones esta semana, había despertado durante la noche para encontrar sus brazos y piernas enredadas. La primera vez, había tratado de alejarse pero sólo había logrado que Yul murmurara algo incoherente apretando su agarre alrededor de su cintura. Ella se quedó quieta, orando para que Yulia no despertara. Y ayer por la noche, una vez más, se había encontrado acurrucada alrededor de su compañera, con la cabeza apoyada en su hombro, y su mano, no la de Yul, estaba en una situación comprometida. Una vez que había logrado recuperar su mano, no pudo alejar sus brazos de Yulia y había vuelto a caer en un sueño tranquilo. Cuando la alarma había sonado esta mañana, la ojiazul ya se había levantado y Lena estaba... por suerte... en su propio lado de la cama.
Todo la hacía sentir extremadamente nerviosa por el viaje que harían con las demás mañana por la noche, para ir a bailar. Conociendo a Yul, sacaría el máximo provecho de la situación.
-Me va a estar besando-, murmuró sorprendida por la súbita sacudida de excitación que ese pensamiento le trajo.
No iba a mentirse a sí misma. Se sentía atraída por Yulia. No quería estarlo, pero lo estaba ¿Por qué más le habría seguido al bar de lesbianas en primer lugar? Podía decirse a sí misma que Yul no era su tipo... y definitivamente no lo era... pero eso no cambiaba nada. Siempre había habido una atracción allí. Sólo deseaba poder lanzar la precaución al viento y salir con el grupo, desempeñando su papel con la morena, sin ningún tipo de preocupación de que sus acciones en público se trasladaran a su tiempo a solas.
Dejó escapar un profundo suspiro, sacudiendo rápidamente la cabeza, tratando de disipar la imagen de ellas en la cama de la pelinegra, haciendo mucho más que besarse.
Odiaba cuando los recuerdos de esa noche brotaban hacia la superficie. Estar cerca de Yulia cada día como lo estaban, hacía que esos recuerdos fuesen más vibrantes, llegando a ser mucho más que simples instantáneas borrosas.
***
Yul cambió el televisor, emocionada de que finalmente tuviesen alguna forma de entretenimiento. El satélite había sido instalado por la mañana y ahora estaba cómoda, agarrando el control remoto posesivamente mientras pasaba por los canales.
-¿Eres feliz? - Echó un vistazo hacia Lena con una sonrisa.
-Mucho. Eres la mejor novia del mundo - bromeó.
-Gracias.
-Así que ¿necesitas algo de ayuda allí? - ofreció ella. Lena negó con la cabeza.
-Mantente alejada de mi cocina.
Ese fue el desafío necesario para que Yul mordiera olvidando de tratar de encontrar una buena película para ver.
En cambio, entró en la cocina, pasando cerca de Lena, rozando su cuerpo contra el de ella.
-¿Dónde está la carne?
-No hay - dijo la pelirroja dando un paso lejos de ella.
Yulia miró las manos que sostenían el cuchillo, la hoja afilada pasó a un segundo plano cuando recordó haber despertado durante la noche para encontrar la mano de Lena bajo su camiseta, peligrosamente cerca de su pecho. Debió haber hecho lo correcto y alejarse pero no lo hizo, con la secreta esperanza de que los dedos de Lena terminaran su viaje.
-¿Estás tratando de convertirme en vegetariana o qué?
-Bueno, ya que el único ejercicio que he visto que haces es correr, pensé que podrías necesitar una comida baja en grasa - Lena agitó el cuchillo hacia su estómago - Ya sabes, para mantener los abdominales de roca que las chicas quieren tanto - dijo ella obviamente recordando la descripción que Yul había hecho de ellas. La morena sonrió y levantó su remera.
-¿Quieres comprobarlo? ¿Ver si he perdido algo?- se acercó más - Recuerdas como se sienten ¿no? - Lena se volvió hacia ella con sus ojos deslumbrantes.
-Tengo un cuchillo en la mano. No me tientes a usarlo - Yul se echó a reír.
-Oh, bebé, te pones tan condenadamente hermosa cuando estás enojada.
-Y no me llames bebé. Lo odio. No soy tu bebé - Lena bajó de golpe el cuchillo - Y aunque fuera tu bebé, no quiero ser llamada bebé ¿Entiendes?
Yul arqueó una ceja, preguntándose cómo su intercambio juguetón se había transformado en algo feo tan rápidamente.
-¿Estás en la pre-menstruación?
Lena gruñó, literalmente, luego giró sobre sus talones, cerrando de golpe la puerta de la habitación con la fuerza suficiente para sacudir las paredes.
-Tomaré eso como un sí - murmuró.
Miró la pila de verduras y los dos platos que estaban en la cocina, tratando de averiguar lo que Elena había estado haciendo. ¿Un sofrito de algún tipo?
Estuvo a punto de apoderarse de las verduras y echarlas en una de las cacerolas cuando la puerta de la habitación se abrió.
-No lo toques - Levantó las manos a la defensiva.
-Está bien.
-Fuera de mi cocina.
-Absolutamente - dijo retrocediendo.
Lena tomó el cuchillo nuevamente, volviendo a su picadillo. Yul se escabulló de vuelta al sofá, manteniendo un ojo cauteloso sobre la pelirroja... y el cuchillo.
Lena conducía lentamente por el camino sinuoso del pueblo, sintiéndose casi claustrofóbica cuando los pinos gigantes que flanqueaban ambos lados prohibían cualquier atisbo del horizonte. Sin embargo, encontró el paseo muy agradable, tan diferente de la prisa constante a la que estaba acostumbrada en la ciudad.
El asiento trasero estaba lleno con las compras que había hecho en la tienda de comestibles en su viaje a San Agustín, junto con un televisor que había comprado para Yul.
El acuerdo que habían hecho era que ella conseguiría la TV y la morena se encargaría del servicio de satélite. Bien sea que estuviesen allí un mes... o seis... tendrían por lo menos algún tipo de entretenimiento.
Realmente no le importaba viajar sola para ir a
de compras. Eso le daría tiempo para pensar, tiempo para reflexionar sobre la semana. Había dejado la escuela a las 2:00pm, después de que el grupo de chicas había terminado lo que ahora llamaban clases de baile.
Realmente no le importaba lo que pensaran los demás profesores, las chicas estaban disfrutando los DVD's de Zumba y hasta podía ver una diferencia en ellas. Algunas eran muy buenas en eso y por lo menos se estaban ejercitando. Pero supuso, que en algún momento, realmente tendría que aprender algo sobre baloncesto y voleibol para que pudieran hacer los verdaderos deportes en equipo.
Yul se había ofrecido a enseñarle, pero entonces ella misma había declinado.
Ella y Yul tenían suficiente interacción así como estaban.
La semana pasada había sido insoportablemente dura. No porque ella y Yulia discutieran o no se llevaran bien. Todo lo contrario, la morena había estado en su mejor comportamiento, coqueteando con ella en broma algunas veces, incluso sorprendiéndola un día en el gimnasio con una taza de verdadero café. Lena había estado tan conmovida por el gesto que estuvo a punto de besarla, una reacción aparentemente natural. Había retrocedido en el último minuto y luego se sonrojó completamente cuando Yul se rió de buena gana.
Por supuesto, las noches eran lo peor. En dos ocasiones esta semana, había despertado durante la noche para encontrar sus brazos y piernas enredadas. La primera vez, había tratado de alejarse pero sólo había logrado que Yul murmurara algo incoherente apretando su agarre alrededor de su cintura. Ella se quedó quieta, orando para que Yulia no despertara. Y ayer por la noche, una vez más, se había encontrado acurrucada alrededor de su compañera, con la cabeza apoyada en su hombro, y su mano, no la de Yul, estaba en una situación comprometida. Una vez que había logrado recuperar su mano, no pudo alejar sus brazos de Yulia y había vuelto a caer en un sueño tranquilo. Cuando la alarma había sonado esta mañana, la ojiazul ya se había levantado y Lena estaba... por suerte... en su propio lado de la cama.
Todo la hacía sentir extremadamente nerviosa por el viaje que harían con las demás mañana por la noche, para ir a bailar. Conociendo a Yul, sacaría el máximo provecho de la situación.
-Me va a estar besando-, murmuró sorprendida por la súbita sacudida de excitación que ese pensamiento le trajo.
No iba a mentirse a sí misma. Se sentía atraída por Yulia. No quería estarlo, pero lo estaba ¿Por qué más le habría seguido al bar de lesbianas en primer lugar? Podía decirse a sí misma que Yul no era su tipo... y definitivamente no lo era... pero eso no cambiaba nada. Siempre había habido una atracción allí. Sólo deseaba poder lanzar la precaución al viento y salir con el grupo, desempeñando su papel con la morena, sin ningún tipo de preocupación de que sus acciones en público se trasladaran a su tiempo a solas.
Dejó escapar un profundo suspiro, sacudiendo rápidamente la cabeza, tratando de disipar la imagen de ellas en la cama de la pelinegra, haciendo mucho más que besarse.
Odiaba cuando los recuerdos de esa noche brotaban hacia la superficie. Estar cerca de Yulia cada día como lo estaban, hacía que esos recuerdos fuesen más vibrantes, llegando a ser mucho más que simples instantáneas borrosas.
***
Yul cambió el televisor, emocionada de que finalmente tuviesen alguna forma de entretenimiento. El satélite había sido instalado por la mañana y ahora estaba cómoda, agarrando el control remoto posesivamente mientras pasaba por los canales.
-¿Eres feliz? - Echó un vistazo hacia Lena con una sonrisa.
-Mucho. Eres la mejor novia del mundo - bromeó.
-Gracias.
-Así que ¿necesitas algo de ayuda allí? - ofreció ella. Lena negó con la cabeza.
-Mantente alejada de mi cocina.
Ese fue el desafío necesario para que Yul mordiera olvidando de tratar de encontrar una buena película para ver.
En cambio, entró en la cocina, pasando cerca de Lena, rozando su cuerpo contra el de ella.
-¿Dónde está la carne?
-No hay - dijo la pelirroja dando un paso lejos de ella.
Yulia miró las manos que sostenían el cuchillo, la hoja afilada pasó a un segundo plano cuando recordó haber despertado durante la noche para encontrar la mano de Lena bajo su camiseta, peligrosamente cerca de su pecho. Debió haber hecho lo correcto y alejarse pero no lo hizo, con la secreta esperanza de que los dedos de Lena terminaran su viaje.
-¿Estás tratando de convertirme en vegetariana o qué?
-Bueno, ya que el único ejercicio que he visto que haces es correr, pensé que podrías necesitar una comida baja en grasa - Lena agitó el cuchillo hacia su estómago - Ya sabes, para mantener los abdominales de roca que las chicas quieren tanto - dijo ella obviamente recordando la descripción que Yul había hecho de ellas. La morena sonrió y levantó su remera.
-¿Quieres comprobarlo? ¿Ver si he perdido algo?- se acercó más - Recuerdas como se sienten ¿no? - Lena se volvió hacia ella con sus ojos deslumbrantes.
-Tengo un cuchillo en la mano. No me tientes a usarlo - Yul se echó a reír.
-Oh, bebé, te pones tan condenadamente hermosa cuando estás enojada.
-Y no me llames bebé. Lo odio. No soy tu bebé - Lena bajó de golpe el cuchillo - Y aunque fuera tu bebé, no quiero ser llamada bebé ¿Entiendes?
Yul arqueó una ceja, preguntándose cómo su intercambio juguetón se había transformado en algo feo tan rápidamente.
-¿Estás en la pre-menstruación?
Lena gruñó, literalmente, luego giró sobre sus talones, cerrando de golpe la puerta de la habitación con la fuerza suficiente para sacudir las paredes.
-Tomaré eso como un sí - murmuró.
Miró la pila de verduras y los dos platos que estaban en la cocina, tratando de averiguar lo que Elena había estado haciendo. ¿Un sofrito de algún tipo?
Estuvo a punto de apoderarse de las verduras y echarlas en una de las cacerolas cuando la puerta de la habitación se abrió.
-No lo toques - Levantó las manos a la defensiva.
-Está bien.
-Fuera de mi cocina.
-Absolutamente - dijo retrocediendo.
Lena tomó el cuchillo nuevamente, volviendo a su picadillo. Yul se escabulló de vuelta al sofá, manteniendo un ojo cauteloso sobre la pelirroja... y el cuchillo.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
La tensión sexual que ahí entre estas dos mujeres me está matando
Ice-Man- Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 08/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Pufff. Lena sola por ese bosque no es recomendable y Yulia va a matarla jajajaja pobrecita
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Estas dos niñas ya huelen a sexo reprimido, al diablo los Hoganvillanos, queremos que estas dos se maten en la cama de una buena vez
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 23:
Elena se dio la vuelta con un suspiro de cansancio golpeando su almohada. No era capaz de volver a dormir fácilmente después de que Yulia abandonara la cama antes del amanecer, presumiblemente para salir a su carrera de la mañana.
Después de una cena muy silenciosa, ella se había retirado a la habitación y Yul había reclamado el televisor. Mantuvo el volumen bajo para no perturbar a Elena. Había esperado... anhelado... que Yulia durmiera en el sofá, pero vino a la cama poco después de que ella apagara la luz.
Durmió a ratos, resguardando sus deseos de acurrucarse con Yul.
Gimió ante ese pensamiento. ¿Acurrucarse? ¿Con Yul? Oh, realmente estaba en un estado lamentable.
Olió a café y a pesar de que sentía que podía dormir una hora más, el aroma la tentó sacándola de la cama.
Aparentemente Yulia había regresado de su ejercicio. Después de un rápido viaje al baño, se sirvió una taza, haciendo una pausa para cerrar sus ojos y disfrutar del olor antes de tomar su primer sorbo. Notó que Yulia había elegido su mezcla favorita esta mañana.
Miró hacia ella, encontrando ojos cautelosos sobre la morena. Bajó su taza, dándose cuenta en ese momento de lo infantil que había actuado la noche anterior.
Se habían llevado bien durante toda la semana e incluso anoche sabía que Yul solo había estado bromeando con ella. Pero el hecho de que en realidad estaba empezando a gustarle la situación domestica con ella... que estaba empezando a gustarle Yul... eso la había descentrado por completo. Y cuando la pelinegra levantó su remera, dejando al descubierto sus abdominales asesinos, ella había estallado. Literalmente.
-Lena, escucha, siento lo de anoche. Yo no...
-Detente - dijo Lena - No tienes nada de qué disculparte. Yo sí - tomó su taza y se unió a Yul en el sofá - Lo siento. Te ladré sin motivo. Estuve fuera de lugar.
-Sólo estaba jugando - dijo la pelinegra.
-Sé que fue así. Reaccioné mal. Lo siento - se acercó y tocó el brazo de Yul, apretándolo ligeramente - Por cierto, si empecé mi periodo, así que... - Yul sonrió.
-Ya veo. Me aseguraré de marcarlo en mi calendario - Lena también sonrió pero no dijo nada.
Nunca había vivido con alguien anteriormente. El síndrome premenstrual era algo a lo que le había prestado poca atención. Si había alguien a quien gruñir, ese era Dima y él ya estaba acostumbrado a estas alturas, estaba segura.
-¿Sabes lo que echo de menos? - preguntó Yulia inesperadamente.
-No. Dime.
-Hay un pequeño lugar de comida mexicana a pocas cuadras del sendero y la pista de bicicletas donde corro. Los sábados en la mañana, siempre voy allí para desayunar. Leer el periódico, pasar una hora o algo así bebiendo café gratis. Echo de menos esa rutina - Lena asintió.
-Echo de menos mi Starbucks - Yul se echó a reír.
-Debí haber sabido que implicaría el café.
-También extraño Whole Foods. Era una parada de una vez a la semana para mí - Yul se acercó más sin dejar de sonreír.
- Echo de menos comer verdaderas hamburguesas - Lena también se acercó.
-Entonces tal vez deberías aprender a cocinar.
Yul no se apartó y su proximidad causó que el corazón de Lena revoloteara. Maldita sea. Suspiró y se echó hacia atrás, evitando los ojos de la pelinegra.
-¿Es eso un reto? ¿Te gustaría probar un desayuno hecho por mí? - Lena la miró sospechosamente.
-¿Qué tienes en mente?
-¿Sándwich de huevo frito? - Lena arrugó la nariz.
-¿Tortilla? - sugirió a cambio. Yul rodó los ojos.
-¿Revueltos? - Lena negó con la cabeza.
-Papas fritas y tortilla.
-Supongo que realmente quieres una tortilla - Yul sonrió.
-¿Eso significa que vas a cocinar?
-¿Hubo alguna vez alguna duda?
***
Yul no podía creer que se dirigían hacia su cita para bailar del sábado por la noche a las tempranas horas de las siete.
Trató de tomar en cuenta que Svetlana y Becca eran mayores de lo que parecían, pero aún así, no le parecía bien con el sol todavía afuera y todo eso. Golpeó su pie con impaciencia mientras Becca Intentaba encontrar una emisora de radio.
Lena se acercó poniendo una mano en su muslo para que no lo rebotara.
-Estás inquieta.
Cerró sus ojos por un segundo, las palabras susurradas en su oído ocasionaron que un escalofrío corriera por su cuerpo. Aunque estaba anhelando esta noche por razones completamente personales, realmente temía... que si exageraba su papel esta noche... eso amenazaría los esfuerzos que ella y Elena habían hecho para mantener su relación en un nivel estable. Pero, maldita sea, iba a ser difícil mantener sus manos para sí misma. De todos modos, lo intentaría.
Se quedó mirando la mano sobre su muslo y luego la cubrió con la suya, dejando que sus dedos se entrelazaran con los de Lena.
-¿Sabes lo que estoy deseando? - Lena sonrió.
-Bailar.
-Bueno, además de bailar - bromeó moviendo sus cejas.
-Entonces mi segunda conjetura sería la hamburguesa grasienta que estás a punto de consumir - Yul se echó a reír.
-Eso es porque me estás matando de hambre - Svetlana se dio la vuelta en el asiento delantero mirándolas.
-¿Estás cansada de la cocina? - le preguntó a Lena.
-Se ha convertido en una tarea, sí. No me importa, de verdad, pero sería bueno tener otras opciones.
-Esa es una razón por la que tomamos ventaja de nuestra salida. Es más de una hora en coche, para empezar, así que detenernos para comer es siempre un placer. Todas tenemos nuestros lugares favoritos así que nos alternamos - dijo - Jules eligió el lugar de hamburguesas. Te va a encantar.
Finalmente, Becca sonrió en señal de triunfo mientras la música campestre llenaba el aire. Oyó gemir a Lena a su lado.
-¿Qué? ¿No te gusta el campestre?
-No particularmente - dijo en voz baja - Me sorprende que a ti sí.
-Sólo cuando bailo. Me gusta todo tipo de música. Cuando estoy corriendo, me gusta algo optimista, divertido. Cuando quiero algo bajo y sucio, me gusta...
-Está bien - dijo Lena apretando su mano con fuerza - Lo entiendo - Yul sonrió.
-Oh, pero la música campestre... - dijo ella - ...tienes la oportunidad de sostener a tu bebé apretada -, se acercó más, susurrando sus palabras - No puedo esperar para sacarte a la pista de baile - Lena mantuvo una sonrisa en su rostro, pero sus palabras la contradijeron.
-Lo juro Yul, no me hagas hacerte daño. Porque lo haré - Yul sintió con su risa burbujeando.
-¿Es una amenaza? ¿O un desafío? - Lena se inclinó tocando con su boca el oído de Yul, haciendo que su pulso se acelerara.
-Recuerda, llevo un arma - dijo ella, su voz baja cosquilleando su oído.
Cualquier réplica que Yul tuviese murió en su garganta. Dios, esa boca, esa lengua. Volteó su cabeza, mirando por la ventana, sin ver nada si no la falta de definición de los pinos. Recordaba exactamente lo que esa boca y esa lengua podían hacerle.
***
Lena se aferró a la mano de Yulia, el abarrotado y ruidoso bar la hizo sentir incómoda. Nunca había sido de las que iba a los bares.
De hecho, la noche que había seguido a la morena había sido la segunda vez que había ido a un bar de cualquier tipo. El primero fue a un club de baile a donde Aleksei le había arrastrado cuando estaban en la universidad. Afortunadamente, Yul pareció sentir su malestar y la atrajo hacia sí, casi protegiéndola.
-Allá hay una mesa - dijo Becca en voz alta, señalando hacia la parte posterior.
Una de las ventajas de llegar temprano, les había dicho Svetlana, era poder conseguir una de las mesas más grandes. Serían ocho en su grupo esta tarde, lo que haría de la cena algo interesante.
A su favor, el restaurante de hamburguesas del pequeño pueblo se mostró inalterable cuando las ocho lesbianas entraron en él. Encontrar mesas y seguir la conversación había sido lo más desafiante. Lena logró manejarse bien, luego de toda la crianza que había recibido para ser anfitriona de grandes reuniones para cenar, pero Yul... quién normalmente irradiaba tanta confianza... lucía fuera de su elemento y había estado bastante silenciosa todo el tiempo.
Ahora, sin embargo, era Lena quien se encontraba en un entorno extraño. Yul lucía como en casa.
-Este es un enorme bar para estar en las afueras del culo del mundo - dijo Yulia a Becca -¿Siempre está lleno de gente?
-Más o menos. No es como si hubiese mucho donde elegir - Yulia se inclinó más cerca de ella.
-¿Quieres una cerveza? ¿O algo más? - Ella asintió con la cabeza.
-Cerveza está bien.
Observó cómo Yulia se alejaba, notando como las mujeres la miraban mientras pasaba. Había visto de primera mano cómo la morena se movía en un bar y le sorprendió que no estuviese evaluando a alguna de estas mujeres. Pero entonces, estaban en sus roles esta noche. Se preguntaba si sería difícil para Yul permanecer como una novia fiel con tantas oportunidades alrededor. Svetlana le sonrió desde el otro lado de la mesa.
-Ella es jodidamente atractiva - dijo - Y tu eres como la hermosa chica de portada. Son un par llamativo.
Lena sintió que se ruborizaba y agradeció la iluminación tenue. Ciertamente no le importaba el comentario acerca de Yul. Ella era jodidamente atractiva. Pero siempre se había sentido cohibida cuando otros comentaban sobre su propia apariencia. Lo había encontrado casi como un obstáculo en lo que se refiere a su carrera. Los hombres, sobre todo, no la tomaban en serio. Siempre tenía que probarse a sí misma. Yulia, por otro lado, tenía la buena apariencia juvenil que la mayoría de los hombres envidiaba, no deseaban. Cuando ella hablaba, ellos escuchaban. Cuando Lena hablaba, miraban sus pechos, ajenos a todo lo demás.
Pero sus buenos modales nunca le fallaban y sonrió cortésmente a Svetlana.
-Gracias.
-La luna de miel nunca dura... - dijo ella -...pero entonces las veo a las dos juntas y creo que es posible que sean así dentro de diez años - se inclinó sobre la mesa, bajando su voz - El sexo debe ser fabuloso.
Lena se sonrojó nuevamente, agradeciendo que Yul había regresado, impidiéndole responder.
-Aquí tienes, bebé - dijo mostrando una sonrisa maligna mientras le entregaba una cerveza.
Lena casi rió, reconociendo la puya de Yulia con una leve inclinación de cabeza.
-Gracias.
-Bebé - dijo ella - Estoy a punto de arrastrarte hacia la pista de baile. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que bailamos.
Consciente de que Svetlana las estaba viendo, Lena le dio a Yul lo que esperaba fuese una sonrisa sexy.
-No puedo esperar, tigre.
Al parecer, Yulia apenas pudo permitir a Lena terminar la mitad de su cerveza. Antes de que pudiese protestar, estaban en la pista de baile, la pelinegra la arrastró hacia sus brazos. Por supuesto la canción era lenta y Yul se aprovechó de eso, su mano sobre la espalda de Lena deslizándola hacia la parte inferior, acercando sus cuerpos y poniéndolos en completo contacto.
Lena tropezó, haciendo que Yulia afianzara su agarre.
En las barbacoas, se sentaban juntas, se tocaban, pero nunca como esto, nunca tocaban sus cuerpos en una danza íntima.
Lena trató de recordarse a sí misma que no era más que un juego de roles, pero su cuerpo la traicionó, volviendo a la vida cuando los labios de la pelinegra rozaron su cuello.
-Advertencia, voy a darte un beso - le susurró la ojiazul al oído.
-Tu amiga Svetlana no nos ha quitado los ojos de encima.
Debió haber sido un simple beso... un beso fingido... pero cuando la boca de Yul se encontró con la suya, Lena olvidó los papeles que estaban jugando mientras su cuerpo respondía. Si Yul lo había olvidado o si sólo estaba probando sus límites, Lena nunca lo sabría. Pero cuando la lengua de Yul rozó su labio inferior, la boca de Lena se abrió voluntariamente, invitando a la morena a su interior. Eso fue un error, un gran error. Contuvo el gemido que trató de escapar, pero no pudo evitar que su cuerpo se presionara aún más hacia Yul, sus pechos se rozaron mientras la mano que tenía detrás del cuello de la pelinegra encontraba su camino hacia su cabello.
Cerró sus ojos mientras su pulso se aceleraba sin control, los recuerdos inundaron su mente, visiones de la lengua de Yul en los lugares más íntimos. Afortunadamente, el beso llegó a su fin y se sorprendió al no encontrar señales victoriosas y de regodeo en los ojos de la morena. Casi deseaba que la hubiese. Podía manejar el regodeo. Pero el deseo que vio, el deseo que Yul aparentemente no necesitaba ocultar, estaba causando que su corazón se acelerara aún más.
Agachó su cabeza, temerosa de que Yul viera lo mismo en sus ojos. Sorprendentemente, seguían bailando, sus pies se movían de memoria. No dijeron nada y cuando la canción se desvaneció, Yul tomó su mano y la condujo en silencio nuevamente hacia la mesa.
Consciente de que eran observabas, Lena se sintió avergonzada. Ese fue un beso entre amantes, como estaban pretendiendo ser, pero también fue un beso que prometía mucho más por venir.
Para ellas, ese no sería el caso. No por primera vez... sino incluso la décima... hubiese deseado tener dormitorios separados. Temía que no lograría dormir esta noche.
El resto de la noche pasó rápidamente, las dos bailaron con las otras del grupo. Y a pesar que bailaron juntas varias veces, Yul eligió canciones más rápidas y no hizo ningún otro intento de besarla. Por eso, Lena estuvo agradecida.
El regreso a casa estuvo llenó de chácharas, Yul participó mucho más que ella. Aparentemente habían acordado volver al bar la próxima semana cuando se presentaría una banda en vivo, una que Svetlana aseguraba era impresionante.
Cuando Becca detuvo el coche frente a su casa, Lena les dio las gracias cortésmente, ya temiendo estar a solas con Yulia.
Sus preocupaciones fueron en vano, sin embargo, cuando Yul reclamó de inmediato el cuarto de baño para una ducha y Lena se ocupó de preparar la cafetera para la mañana. Cuando terminó su propia ducha, Yul ya estaba en la cama, con las luces apagadas.
El corazón de Lena estaba literalmente saltando cuando se arrastró a su lado. Yulia estaba de espaldas a ella y parecía estar bien dentro de la línea imaginaria que Lena había creado para ellas. No estaba segura de sí sentirse agradecida... o decepcionada. Suspiró y se dio la vuelta, imitando la posición de Yul. Sólo pasó unos momentos de silencio antes de que la pelinegra hablara.
-Lo siento.
Esas no eran las palabras que estaba esperando y no supo cómo responder a ellas. Además, no estaba segura del porque se estaba disculpando Yul. ¿Por besarla? ¿Por no hablar? ¿Por el deseo que Lena vio en sus ojos? Lena sabía que ella misma era culpable de las tres. Sin saber qué decir, no dijo nada. Se sorprendió al descubrir que el sueño la reclamaba y se relajó en él. Tal vez mañana hablarían de ello.
Elena se dio la vuelta con un suspiro de cansancio golpeando su almohada. No era capaz de volver a dormir fácilmente después de que Yulia abandonara la cama antes del amanecer, presumiblemente para salir a su carrera de la mañana.
Después de una cena muy silenciosa, ella se había retirado a la habitación y Yul había reclamado el televisor. Mantuvo el volumen bajo para no perturbar a Elena. Había esperado... anhelado... que Yulia durmiera en el sofá, pero vino a la cama poco después de que ella apagara la luz.
Durmió a ratos, resguardando sus deseos de acurrucarse con Yul.
Gimió ante ese pensamiento. ¿Acurrucarse? ¿Con Yul? Oh, realmente estaba en un estado lamentable.
Olió a café y a pesar de que sentía que podía dormir una hora más, el aroma la tentó sacándola de la cama.
Aparentemente Yulia había regresado de su ejercicio. Después de un rápido viaje al baño, se sirvió una taza, haciendo una pausa para cerrar sus ojos y disfrutar del olor antes de tomar su primer sorbo. Notó que Yulia había elegido su mezcla favorita esta mañana.
Miró hacia ella, encontrando ojos cautelosos sobre la morena. Bajó su taza, dándose cuenta en ese momento de lo infantil que había actuado la noche anterior.
Se habían llevado bien durante toda la semana e incluso anoche sabía que Yul solo había estado bromeando con ella. Pero el hecho de que en realidad estaba empezando a gustarle la situación domestica con ella... que estaba empezando a gustarle Yul... eso la había descentrado por completo. Y cuando la pelinegra levantó su remera, dejando al descubierto sus abdominales asesinos, ella había estallado. Literalmente.
-Lena, escucha, siento lo de anoche. Yo no...
-Detente - dijo Lena - No tienes nada de qué disculparte. Yo sí - tomó su taza y se unió a Yul en el sofá - Lo siento. Te ladré sin motivo. Estuve fuera de lugar.
-Sólo estaba jugando - dijo la pelinegra.
-Sé que fue así. Reaccioné mal. Lo siento - se acercó y tocó el brazo de Yul, apretándolo ligeramente - Por cierto, si empecé mi periodo, así que... - Yul sonrió.
-Ya veo. Me aseguraré de marcarlo en mi calendario - Lena también sonrió pero no dijo nada.
Nunca había vivido con alguien anteriormente. El síndrome premenstrual era algo a lo que le había prestado poca atención. Si había alguien a quien gruñir, ese era Dima y él ya estaba acostumbrado a estas alturas, estaba segura.
-¿Sabes lo que echo de menos? - preguntó Yulia inesperadamente.
-No. Dime.
-Hay un pequeño lugar de comida mexicana a pocas cuadras del sendero y la pista de bicicletas donde corro. Los sábados en la mañana, siempre voy allí para desayunar. Leer el periódico, pasar una hora o algo así bebiendo café gratis. Echo de menos esa rutina - Lena asintió.
-Echo de menos mi Starbucks - Yul se echó a reír.
-Debí haber sabido que implicaría el café.
-También extraño Whole Foods. Era una parada de una vez a la semana para mí - Yul se acercó más sin dejar de sonreír.
- Echo de menos comer verdaderas hamburguesas - Lena también se acercó.
-Entonces tal vez deberías aprender a cocinar.
Yul no se apartó y su proximidad causó que el corazón de Lena revoloteara. Maldita sea. Suspiró y se echó hacia atrás, evitando los ojos de la pelinegra.
-¿Es eso un reto? ¿Te gustaría probar un desayuno hecho por mí? - Lena la miró sospechosamente.
-¿Qué tienes en mente?
-¿Sándwich de huevo frito? - Lena arrugó la nariz.
-¿Tortilla? - sugirió a cambio. Yul rodó los ojos.
-¿Revueltos? - Lena negó con la cabeza.
-Papas fritas y tortilla.
-Supongo que realmente quieres una tortilla - Yul sonrió.
-¿Eso significa que vas a cocinar?
-¿Hubo alguna vez alguna duda?
***
Yul no podía creer que se dirigían hacia su cita para bailar del sábado por la noche a las tempranas horas de las siete.
Trató de tomar en cuenta que Svetlana y Becca eran mayores de lo que parecían, pero aún así, no le parecía bien con el sol todavía afuera y todo eso. Golpeó su pie con impaciencia mientras Becca Intentaba encontrar una emisora de radio.
Lena se acercó poniendo una mano en su muslo para que no lo rebotara.
-Estás inquieta.
Cerró sus ojos por un segundo, las palabras susurradas en su oído ocasionaron que un escalofrío corriera por su cuerpo. Aunque estaba anhelando esta noche por razones completamente personales, realmente temía... que si exageraba su papel esta noche... eso amenazaría los esfuerzos que ella y Elena habían hecho para mantener su relación en un nivel estable. Pero, maldita sea, iba a ser difícil mantener sus manos para sí misma. De todos modos, lo intentaría.
Se quedó mirando la mano sobre su muslo y luego la cubrió con la suya, dejando que sus dedos se entrelazaran con los de Lena.
-¿Sabes lo que estoy deseando? - Lena sonrió.
-Bailar.
-Bueno, además de bailar - bromeó moviendo sus cejas.
-Entonces mi segunda conjetura sería la hamburguesa grasienta que estás a punto de consumir - Yul se echó a reír.
-Eso es porque me estás matando de hambre - Svetlana se dio la vuelta en el asiento delantero mirándolas.
-¿Estás cansada de la cocina? - le preguntó a Lena.
-Se ha convertido en una tarea, sí. No me importa, de verdad, pero sería bueno tener otras opciones.
-Esa es una razón por la que tomamos ventaja de nuestra salida. Es más de una hora en coche, para empezar, así que detenernos para comer es siempre un placer. Todas tenemos nuestros lugares favoritos así que nos alternamos - dijo - Jules eligió el lugar de hamburguesas. Te va a encantar.
Finalmente, Becca sonrió en señal de triunfo mientras la música campestre llenaba el aire. Oyó gemir a Lena a su lado.
-¿Qué? ¿No te gusta el campestre?
-No particularmente - dijo en voz baja - Me sorprende que a ti sí.
-Sólo cuando bailo. Me gusta todo tipo de música. Cuando estoy corriendo, me gusta algo optimista, divertido. Cuando quiero algo bajo y sucio, me gusta...
-Está bien - dijo Lena apretando su mano con fuerza - Lo entiendo - Yul sonrió.
-Oh, pero la música campestre... - dijo ella - ...tienes la oportunidad de sostener a tu bebé apretada -, se acercó más, susurrando sus palabras - No puedo esperar para sacarte a la pista de baile - Lena mantuvo una sonrisa en su rostro, pero sus palabras la contradijeron.
-Lo juro Yul, no me hagas hacerte daño. Porque lo haré - Yul sintió con su risa burbujeando.
-¿Es una amenaza? ¿O un desafío? - Lena se inclinó tocando con su boca el oído de Yul, haciendo que su pulso se acelerara.
-Recuerda, llevo un arma - dijo ella, su voz baja cosquilleando su oído.
Cualquier réplica que Yul tuviese murió en su garganta. Dios, esa boca, esa lengua. Volteó su cabeza, mirando por la ventana, sin ver nada si no la falta de definición de los pinos. Recordaba exactamente lo que esa boca y esa lengua podían hacerle.
***
Lena se aferró a la mano de Yulia, el abarrotado y ruidoso bar la hizo sentir incómoda. Nunca había sido de las que iba a los bares.
De hecho, la noche que había seguido a la morena había sido la segunda vez que había ido a un bar de cualquier tipo. El primero fue a un club de baile a donde Aleksei le había arrastrado cuando estaban en la universidad. Afortunadamente, Yul pareció sentir su malestar y la atrajo hacia sí, casi protegiéndola.
-Allá hay una mesa - dijo Becca en voz alta, señalando hacia la parte posterior.
Una de las ventajas de llegar temprano, les había dicho Svetlana, era poder conseguir una de las mesas más grandes. Serían ocho en su grupo esta tarde, lo que haría de la cena algo interesante.
A su favor, el restaurante de hamburguesas del pequeño pueblo se mostró inalterable cuando las ocho lesbianas entraron en él. Encontrar mesas y seguir la conversación había sido lo más desafiante. Lena logró manejarse bien, luego de toda la crianza que había recibido para ser anfitriona de grandes reuniones para cenar, pero Yul... quién normalmente irradiaba tanta confianza... lucía fuera de su elemento y había estado bastante silenciosa todo el tiempo.
Ahora, sin embargo, era Lena quien se encontraba en un entorno extraño. Yul lucía como en casa.
-Este es un enorme bar para estar en las afueras del culo del mundo - dijo Yulia a Becca -¿Siempre está lleno de gente?
-Más o menos. No es como si hubiese mucho donde elegir - Yulia se inclinó más cerca de ella.
-¿Quieres una cerveza? ¿O algo más? - Ella asintió con la cabeza.
-Cerveza está bien.
Observó cómo Yulia se alejaba, notando como las mujeres la miraban mientras pasaba. Había visto de primera mano cómo la morena se movía en un bar y le sorprendió que no estuviese evaluando a alguna de estas mujeres. Pero entonces, estaban en sus roles esta noche. Se preguntaba si sería difícil para Yul permanecer como una novia fiel con tantas oportunidades alrededor. Svetlana le sonrió desde el otro lado de la mesa.
-Ella es jodidamente atractiva - dijo - Y tu eres como la hermosa chica de portada. Son un par llamativo.
Lena sintió que se ruborizaba y agradeció la iluminación tenue. Ciertamente no le importaba el comentario acerca de Yul. Ella era jodidamente atractiva. Pero siempre se había sentido cohibida cuando otros comentaban sobre su propia apariencia. Lo había encontrado casi como un obstáculo en lo que se refiere a su carrera. Los hombres, sobre todo, no la tomaban en serio. Siempre tenía que probarse a sí misma. Yulia, por otro lado, tenía la buena apariencia juvenil que la mayoría de los hombres envidiaba, no deseaban. Cuando ella hablaba, ellos escuchaban. Cuando Lena hablaba, miraban sus pechos, ajenos a todo lo demás.
Pero sus buenos modales nunca le fallaban y sonrió cortésmente a Svetlana.
-Gracias.
-La luna de miel nunca dura... - dijo ella -...pero entonces las veo a las dos juntas y creo que es posible que sean así dentro de diez años - se inclinó sobre la mesa, bajando su voz - El sexo debe ser fabuloso.
Lena se sonrojó nuevamente, agradeciendo que Yul había regresado, impidiéndole responder.
-Aquí tienes, bebé - dijo mostrando una sonrisa maligna mientras le entregaba una cerveza.
Lena casi rió, reconociendo la puya de Yulia con una leve inclinación de cabeza.
-Gracias.
-Bebé - dijo ella - Estoy a punto de arrastrarte hacia la pista de baile. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que bailamos.
Consciente de que Svetlana las estaba viendo, Lena le dio a Yul lo que esperaba fuese una sonrisa sexy.
-No puedo esperar, tigre.
Al parecer, Yulia apenas pudo permitir a Lena terminar la mitad de su cerveza. Antes de que pudiese protestar, estaban en la pista de baile, la pelinegra la arrastró hacia sus brazos. Por supuesto la canción era lenta y Yul se aprovechó de eso, su mano sobre la espalda de Lena deslizándola hacia la parte inferior, acercando sus cuerpos y poniéndolos en completo contacto.
Lena tropezó, haciendo que Yulia afianzara su agarre.
En las barbacoas, se sentaban juntas, se tocaban, pero nunca como esto, nunca tocaban sus cuerpos en una danza íntima.
Lena trató de recordarse a sí misma que no era más que un juego de roles, pero su cuerpo la traicionó, volviendo a la vida cuando los labios de la pelinegra rozaron su cuello.
-Advertencia, voy a darte un beso - le susurró la ojiazul al oído.
-Tu amiga Svetlana no nos ha quitado los ojos de encima.
Debió haber sido un simple beso... un beso fingido... pero cuando la boca de Yul se encontró con la suya, Lena olvidó los papeles que estaban jugando mientras su cuerpo respondía. Si Yul lo había olvidado o si sólo estaba probando sus límites, Lena nunca lo sabría. Pero cuando la lengua de Yul rozó su labio inferior, la boca de Lena se abrió voluntariamente, invitando a la morena a su interior. Eso fue un error, un gran error. Contuvo el gemido que trató de escapar, pero no pudo evitar que su cuerpo se presionara aún más hacia Yul, sus pechos se rozaron mientras la mano que tenía detrás del cuello de la pelinegra encontraba su camino hacia su cabello.
Cerró sus ojos mientras su pulso se aceleraba sin control, los recuerdos inundaron su mente, visiones de la lengua de Yul en los lugares más íntimos. Afortunadamente, el beso llegó a su fin y se sorprendió al no encontrar señales victoriosas y de regodeo en los ojos de la morena. Casi deseaba que la hubiese. Podía manejar el regodeo. Pero el deseo que vio, el deseo que Yul aparentemente no necesitaba ocultar, estaba causando que su corazón se acelerara aún más.
Agachó su cabeza, temerosa de que Yul viera lo mismo en sus ojos. Sorprendentemente, seguían bailando, sus pies se movían de memoria. No dijeron nada y cuando la canción se desvaneció, Yul tomó su mano y la condujo en silencio nuevamente hacia la mesa.
Consciente de que eran observabas, Lena se sintió avergonzada. Ese fue un beso entre amantes, como estaban pretendiendo ser, pero también fue un beso que prometía mucho más por venir.
Para ellas, ese no sería el caso. No por primera vez... sino incluso la décima... hubiese deseado tener dormitorios separados. Temía que no lograría dormir esta noche.
El resto de la noche pasó rápidamente, las dos bailaron con las otras del grupo. Y a pesar que bailaron juntas varias veces, Yul eligió canciones más rápidas y no hizo ningún otro intento de besarla. Por eso, Lena estuvo agradecida.
El regreso a casa estuvo llenó de chácharas, Yul participó mucho más que ella. Aparentemente habían acordado volver al bar la próxima semana cuando se presentaría una banda en vivo, una que Svetlana aseguraba era impresionante.
Cuando Becca detuvo el coche frente a su casa, Lena les dio las gracias cortésmente, ya temiendo estar a solas con Yulia.
Sus preocupaciones fueron en vano, sin embargo, cuando Yul reclamó de inmediato el cuarto de baño para una ducha y Lena se ocupó de preparar la cafetera para la mañana. Cuando terminó su propia ducha, Yul ya estaba en la cama, con las luces apagadas.
El corazón de Lena estaba literalmente saltando cuando se arrastró a su lado. Yulia estaba de espaldas a ella y parecía estar bien dentro de la línea imaginaria que Lena había creado para ellas. No estaba segura de sí sentirse agradecida... o decepcionada. Suspiró y se dio la vuelta, imitando la posición de Yul. Sólo pasó unos momentos de silencio antes de que la pelinegra hablara.
-Lo siento.
Esas no eran las palabras que estaba esperando y no supo cómo responder a ellas. Además, no estaba segura del porque se estaba disculpando Yul. ¿Por besarla? ¿Por no hablar? ¿Por el deseo que Lena vio en sus ojos? Lena sabía que ella misma era culpable de las tres. Sin saber qué decir, no dijo nada. Se sorprendió al descubrir que el sueño la reclamaba y se relajó en él. Tal vez mañana hablarían de ello.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Estas dos entrarán en combustión en algún momento!!! Señor!!!!
Corderito_Agron- Mensajes : 305
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Re: MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Siiiii ya podemos sentir que esa tensión esta muy muy cerca de explotar y esa noche q tanto disfrutaron se repetirá aun mejor y nosotros morimos por ser testigos de ese encuentro . Ojalá puedas subir uno más cariño. Saludos
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
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